Ap / La Voz de Micahocán AP. Mientras Estados Unidos actuaba agresivamente durante el último año para reducir drásticamente el número de solicitantes de asilo que se presentaban en su frontera sur, los mexicanos eran exentados. Pero ahora México ha expresado su inconformidad con los planes del gobierno estadounidense de enviar a los mexicanos que piden asilo hasta Guatemala, unos 3 mil 200 kilómetros (2 mil millas) al sur. La Secretaría de Relaciones Exteriores dijo la noche del lunes que no estaba de acuerdo con la medida de Estados Unidos y calculó que podría afectar a unos 900 mexicanos a partir del próximo mes. El gobierno de México, en conjunto con autoridades a nivel estatal y local, trabajará para ofrecer mejores opciones a las y los mexicanos que pudieran ser afectados por esta disposición”, señaló el comunicado. La moderada respuesta por parte de México podría ser un reflejo de la falta de opciones legales para impugnar la medida. A la fecha, este gobierno en México no ha demostrado que vaya a contradecir al gobierno de Trump”, dijo Theresa Cardinal Brown, directora de política migratoria y fronteriza para el Bipartisan Policy Center en Washington. México podría esgrimir presión diplomática, quizá amenazando con no permitir que los solicitantes de asilo extranjeros aguarden en su territorio la fecha de su audiencia en las cortes estadounidenses, dijo Brown, exfuncionaria del Departamento de Seguridad Nacional. Estados Unidos ya redujo de manera significativa el número de solicitantes de asilo que se presentaron en su frontera el año pasado a través de una serie de medidas dirigidas a convertirlo en una opción menos atractiva. Los refugiados vinieron principalmente de Honduras, Guatemala y El Salvador. La principal medida fue el programa llamado “Esperar en México”, que envía a los solicitantes de asilo que no son mexicanos a México para esperar a que se procesen sus casos de asilo. El programa ha recibido críticas por dejar a personas que ya están en situación de riesgo en peligrosas ciudades fronterizas con pocos recursos para mantenerse durante un periodo de longitud incierta. Más de 55.000 solicitantes de asilo han sido enviados a territorio mexicano a aguardar la resolución de sus casos. Los mexicanos no eran parte del programa debido a que los solicitantes de asilo no pueden ser enviados de regreso al país del que intentan escapar mientras se procesan sus casos. En caso de un fallo negativo podían ser devueltos. Jueces estadounidenses de inmigración emitieron fallos sobre 948 casos de asilo de mexicanos en octubre, los datos más recientes disponibles del Centro de Información de Acceso a Registros Transaccionales de la Universidad de Syracuse. De esos, 831, el 88%, fueron rechazados. La medida no incluye a migrantes que no hablaban español, como los procedentes de África que ingresaban por la frontera entre Estados Unidos y México, pero eso también podría cambiar, según funcionarios de seguridad nacional. A través de una serie de acuerdos bilaterales alcanzados el año pasado con Guatemala, Honduras y El Salvador, Estados Unidos dejó clara su intención de enviar a los solicitantes de asilo de regreso a esos países con el argumento de que los migrantes que atravesaron México para llegar a Estados Unidos debieron pedir primero asilo en esas naciones primero. Estados Unidos comenzó a enviar a solicitantes de asilo no guatemaltecos a Guatemala a finales del año pasado y pronto podría comenzar a hacer lo mismo en Honduras y El Salvador. El pasado 19 de diciembre, el ministro del Interior de Guatemala, Enrique Degenhart, dijo que debido a que el acuerdo bilateral con Estados Unidos estaba dando tan buenos resultados, ambos países discutían la posibilidad de expandirlo a solicitantes de asilo de otras nacionalidades. La explicación que nos dieron en Estados Unidos es que, a raíz de esta implementación, las estructuras criminales cambiaron su modus operandi de llevarse mayormente a nacionales del Triángulo Norte a empezar a operativizar con núcleos familiares mexicanos”, declaró. “Nos comentaban las autoridades de Estados Unidos que, de una manera típica, el número de solicitudes de protección de ciudadanos de origen mexicano se habían disparado”. En días recientes, se envió una directriz a los funcionarios de asilo de Estados Unidos que indicaba que a partir de ahora se incluiría a mexicanos. Se desconoce si Guatemala tiene la capacidad para procesar a grandes números de personas. Las autoridades guatemaltecas refirieron cualquier pregunta a las declaraciones previas de Degenhart. Los mexicanos son devueltos fácilmente a su país si son sorprendidos cruzando la frontera de forma ilegal y no piden asilo, a diferencia de personas de otras nacionalidades que pasan por un proceso legal más largo y exhaustivo antes de ser devueltos. El plan de enviar a los solicitantes de asilo mexicanos a Guatemala originalmente estaba planeado para El Paso, pero también incluiría el Valle del Río Grande, en el sur de Texas. Algunos mexicanos que buscan protecciones humanitarias en Estados Unidos podrían ser elegibles a ser transferidos a Guatemala y recibir la oportunidad de buscar protecciones en ese país, de conformidad con los términos del Acuerdo de Cooperación de Asilo con Guatemala”, indicó el Departamento de Seguridad Nacional en un comunicado. Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante, una coalición de grupos activistas en México y Estados Unidos que se dedica a ayudar a organizar la defensa legal, dijo que, durante sus viajes a la frontera de Estados Unidos a finales del año pasado, escuchó de casos en los que las autoridades mexicanas intentaron forzar a los solicitantes de asilo mexicanos a esperar en México con el argumento de que no tenían espacio para ellos. Pero el plan de Guatemala sería ir mucho más allá y Rendón espera que el gobierno mexicano recurra a los organismos internacionales para presentar una denuncia “por la violación hasta el debido proceso de los solicitantes de asilo”. Ni siquiera pasan por Guatemala. Es regresarlos a otro país”, declaró. Brown, la exfuncionaria del Departamento de Seguridad Nacional, resaltó una sección de la ley migratoria estadounidense que permite al gobierno enviar a personas a otra nación en caso de que “no sea práctico, aconsejable o posible” enviarlos a sus países de origen. Estados Unidos ha utilizado ese recurso en casos individuales —por ejemplo, enviar a vietnamitas a otro país cuando su propio gobierno se rehúsa a readmitirlos—, pero nunca a una escala tan amplia como con los solicitantes de asilo. El acuerdo bilateral con Guatemala provee bases legales adicionales para que Estados Unidos envíe a solicitantes de asilo a esa nación centroamericana, indicó Brown.