Mi pareja quiere ser swinger y ¡yo no sé si quiero!

Estás en una relación sentimental, tienen una vida sexual que consideras satisfactoria y de pronto llega el planteo: él o ella quiere tener una experiencia swinger.

Foto: El Universal

El Universal/La Voz de Michoacán.
No tomes decisiones apresurada
Estás en una relación sentimental, tienen una vida sexual que consideras satisfactoria y de pronto llega el planteo: él o ella quiere tener una experiencia swinger. Te ves por lo menos movilizado y no sabes cómo reaccionar. Sientes una mezcla de sensaciones que va desde la curiosidad y la excitación hasta la sensación de que te han rechazado. Todo cambio – más aún si literalmente “se pone el cuerpo” en él – despierta temor y es importante que tengas en claro que está en ti si quieres probar la experiencia o no.

¿Qué es ser swinger?

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El término deriva del inglés “balancearse”, “columpiarse”; o sea oscilar. Es una práctica entre parejas consolidadas que realizan intercambio sexual con otras. El grueso de estos encuentros se da en clubes swingers, viviendas particulares y otros se vinculan de manera más casual a través de la Web o en encuentros sociales. Se trata de un universo amplio que muchos conciben como un estilo de vida, con reglas propias como evitar el compromiso afectivo con los terceros involucrados, ser reservados acerca de la intimidad y mantener estrictas reglas de higiene para evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual, entre otras.

Si te ves ante la encrucijada de seguir los deseos de tu compañero/a – que aún no logras determinar si son propios- , recuerda:

· Eres dueño/a de tu vida: no tienes que acceder si no quieres o estás en duda. Muchas personas se ven presionadas a realizar fantasías que en realidad son del otro y la pasan mal. No te dejes ganar por la presión ni seas víctima de tu costado más inseguro. Escúchate, fíjate que sientes. Eres quien ha de decidir sobre tu cuerpo y corazón. No vas a retener a nadie por decir que sí a cosas que no quieres hacer. La sexualidad nunca debe ser impuesta: no es no.

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· No tomes decisiones apresuradas: es importante que ambos se tomen el tiempo necesario para madurar la decisión. El ingreso de otras personas a una relación de a dos puede provocar escenarios insospechados y es bueno preverlos – al menos dentro de lo posible – para preservar el vínculo más importante. Hay quienes sostienen que su vida sentimental y erótica se ha enriquecido después de la experiencia swinger y otros que ha provocado un abismo que terminó, inclusive, en separación. Pongan en la balanza beneficios y riesgos posibles y decidan de a 2.

· Interiorízate de las prácticasla vida swinger tiene sus variables. A la hora del intercambio existe el rol de observador, de observado, el intercambio “soft” o más profundo, entre otras posibilidades. Busca información, lee, conversa antes de iniciarte. Si el temor es mayor que el deseo, comienza de a poco. Mantengan un activo diálogo de pareja sobre cómo lo están sintiendo. Si hay malestar, es buena idea preguntarse si vale la pena seguir en ese camino erótico.

· Si sientes daño emocional, no sigas: muchas veces creemos que podremos con todo, que somos fuertes y nos embarcamos en situaciones que ponen en riesgo nuestro equilibrio psicológico. Ante el dolor, la incomodidad y la frustración, detente. Si no te hace sentir bien, definitivamente no es para ti. Si tu pareja utiliza el chantaje emocional para obligarte a seguir con la práctica, toma distancia.