Tony Lagerfeld / Colaborador La Voz de Michoacán En medio de la controversia ha transcurrido esta temporada de premios 2020, que si los Grammys se escogen por influencias, que si Ricky Gervais expuso a Hollywood en los Golden Globes, o que si Taylor Swift canceló de último minuto por razones de machismo, ha sido un año difícil y muy corto en las ceremonias ya que las fechas se redujeron de manera que sólo tendremos en aproximadamente un mes lo que antes teníamos en dos, ¿será que Hollywood ya se cansó?, o ¿acaso es que la industria de las premiaciones resintió la crisis mundial?. Una de esas celebraciones, la que supuestamente cierra con broche de oro, la más prestigiada, sí, hablo de los Oscars, que se llevan a cabo este domingo 9 de febrero, eleva la expectativa al máximo nivel tanto en la calidad del show como en los looks de la alfombra roja ya que a través de los años ha creado momentos y discursos icónicos de la moda, pero como todo, también se ve envuelta en restricciones ridículas y acusaciones de racismo, clasismo, homofobia y misoginia tanto en la transmisión como en la misma red carpet. A pesar de que en años recientes las limitaciones han sido menores y se presume mayor inclusión es muy difícil que exista o se dé una libertad creativa y de expresión en los Oscars, según aseguran varios expertos esto se debe a que la Academia de Hollywood está conformada por veteranos del cine y de la industria del cine que son quienes poseen la mayor capacidad de influencia al momento de tomar las decisiones, tanto de quien se llevará las estatuillas como de cuál es el código de vestimenta y comportamiento en el evento, una auténtica batalla de poder, podemos tener una idea más amplia e incluso sin culpa especular sobre esto cuando pensamos en el hecho de que Harvey Weinstein, el magnate de los filmes acusado de violencia sexual a más 100 mujeres y descrito por muchos como un verdadero “monstruo”, resultaba ser precisamente un miembro de esta academia, lo que la desprestigia enormemente. Además de todo esto los Oscars enfrentan otras problemáticas, unas que potencialmente serían mayores, como el hecho de que las nuevas generaciones no presentan ningún interés por la ceremonia, esto se evidencia con los disminuyentes niveles de rating que se observan cada año, o la restricción de la transmisión que existe hacia los medios digitales como el internet, al ser transmitidas únicamente por televisión de paga y en algunas cadenas esto sesga el alcance e impacto de la ceremonia. Este año en particular encontramos a muchas películas que ni siquiera han llegado a nuestro país, aunque eso es usual, provoca cierto alejamiento o desconocimiento hacia el contenido y por lo tanto desinterés o una sensación de estar “out”, de algo que ya pasó, además no hay otra manera de sorprender más que con el recurso de la controversia, tal vez voluntaria, tal vez involuntaria, como sucedió hace tres años cuando se anunció por error la ganadora como mejor película del año. También en la moda sufrimos, sí, es una noche llena de glamour y elegancia máximos pero ¿qué más hay por hacer?, ¿vestidos de lentejuelas?, ¿los mismos diseñadores cada año?, alguien que tome un riesgo es muy raro tanto que sea permitido como que sea motivado por actores o actrices de primer nivel, como bien lo hizo el año pasado Billy Porter con su vestido/traje. Entonces volvemos a nuestra hipótesis, ¿ya lo vimos todo?, ¿acaso la Academia no piensa hacerle frente a la crisis que vive actualmente?, ¿cuándo llegará ese momento, que sea un parteaguas entre el antes y el después de estos tiempos en los Oscars?, tal vez sea este domingo pero tal vez, y más seguramente, no, de cualquier modo lo mejor que podemos hacer es ver la cobertura especial que La Voz de Michoacán tendrá en tiempo real con un servidor, Tony Lagerfeld, y por supuesto posteriormente también seguir la ceremonia en vivo, en los mismos canales de siempre, para darnos cuenta de ello.