AP / La Voz de MichoacánLondres. La tormenta Dennis azotó Gran Bretaña el domingo con fuertes vientos y chaparrones, haciendo que las autoridades emitieran unos 350 avisos por inundaciones, incluido un “aviso rojo” por inundaciones peligrosas en el sur de Gales. El servicio meteorológico británico, la Met Office, solo activa ese nivel de alerta cuando se cree que el tiempo supondrá un “peligro para la vida”. Era la primera vez que la agencia activaba ese aviso desde diciembre de 2015. Horas más tarde se rebajó el nivel a “ámbar”, que aún alertaba de un efecto significativo de las inundaciones. Foto: Twitter. La Met Office esperaba que cayeran hasta 140 milímetros (5 pulgadas y media) de lluvia en el sur de Gales antes de que las precipitaciones remitieran más tarde el domingo. El río Taff ya se había desbordado en la localidad galesa de Pontypool. Había avisos activos por crecidas en toda Gran Bretaña, desde el norte de Escocia hasta Cornualles, en el suroeste de Inglaterra. Había otros cuatro avisos ámbar en Inglaterra y Gales. Esa categoría de advertencia implica que la gente debe estar preparada para cambiar de planes y protegerse a sí mismos y sus familias de la tormenta. Aunque los expertos esperaban que lo peor de las lluvias hubiera terminado para el domingo por la noche, los avisos por inundaciones podrían mantenerse activos más tiempo porque buena parte del terreno seguía saturado tras el paso de la tormenta Ciara la semana pasada, que provocó ocho muertes en distintos países europeos. Foto: Twitter. “Aunque las lluvias más intensas se han retirado de Irlanda del Norte y Escocia, Inglaterra y Gales seguirán registrando aguaceros el domingo, con un riesgo de graves inundaciones en algunos lugares”, dijo Andy Page, meteorólogo jefe de la Met Office. Ya se habían atribuido dos muertes a la cuarta tormenta con nombre del invierno. Los cuerpos de dos hombres se recuperaron el sábado de las aguas en dos operaciones separadas ante la costa sureste de Inglaterra. En el pueblo galés de Aberdaron, por su parte, se registraron vientos con fuerza de huracán de hasta 146 kilómetros (91 millas) por hora. Cientos de vuelos se cancelaron debido a los fuertes vientos, y las inundaciones causaron interrupciones reiteradas en los servicios ferroviarios. Las complicaciones afectaron a decenas de miles de viajeros en un fin de semana clave para las familias británicas, ya que las escuelas cerraban para las vacaciones de mediados de invierno.