Redacción / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. La red de tráfico del fentanilo que tiene ubicada el gobierno de Estados Unidos tiene como uno de sus puntos clave el estado de Michoacán, y como una de sus plataformas de operación a las instituciones financieras. De acuerdo con información oficial proporcionada por el gobierno del vecino país, El Universal y Milenio han revelado importantes datos en torno a la red de esta peligrosa droga que se ha puesto de moda en los últimos años y que hoy reporta grandes ganancias para los cárteles mexicanos, sobre todo el de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación. De acuerdo con la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Michoacán está en la ruta para hacer llegar el fentanilo a Estados Unidos, cuyos precursores llegan en su mayoría de países como China. https://twitter.com/NickCurran1992/status/1228020467740676096 Son dos los puertos del país a los que llega la droga proveniente de Asia, uno es Manzanillo y otro es Lázaro Cárdenas, de ahí se distribuye a diferentes identidades con el objetivo final de llegar a Tijuana, aunque en los últimos años también llega por Veracruz. De Tijuana pasa a Estados Unidos. De acuerdo con la información del gobierno norteamericano, la droga podría estarse produciendo también en tierras michoacanas. Bancos, los intermediarios Esta red está realizando muchas de sus operaciones a través de instituciones bancarias, así lo consigna un reportaje publicado a mediados del año pasado por Milenio con información del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Según informes, el esquema financiero de la red de fentanilo se maneja con depósitos estructurados en efectivo a través de cajeros automáticos. Tras detectar esa situación, el gobierno estadounidense identificó y detalló las transacciones que realizan las organizaciones criminales, que también involucran transferencias de dinero y transferencias bancarias para el crédito final de cuentas en puntos específicos de la frontera. El gobierno del vecino país reportó un incremento de muertes derivadas del consumo de drogas, y en torno al fentanilo, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ya emitió una alerta a instituciones financieras sobre las formas para detectar y reportar actividades relacionadas con el tráfico ilegal de drogas. En Estados Unidos, al día mueren más de 130 personas por sobredosis de diversos tipos de opioides, como es el caso del fentanilo. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos reveló también que se usan compañías fantasmas para disfrazar la compra venta de drogas, también se usan diversos esquemas de lavado de dinero. "Gracias a Dios, está con todo" "Ahora metimos ya 30 mil (pastillas), gracias a Dios. Está con todo. En 15 días, 50 mil. No sé por qué están pidiendo tanto. Y se venden en dos, tres días". Así rezaba un mensaje que llegó a la Redacción de Univisión Investiga y que el medio difundió recientemente. Esto se dio semanas después de una entrevista en Sinaloa, en la que un distribuidor de pastillas de fentanilo celebró la bonanza económica que la droga está produciendo en México. Al otro lado de la frontera, en Estados Unidos, muy probablemente la celebración se transformará en tragedia: el fentanilo es la causa principal de la muerte por sobredosis con opioides sintéticos en este país. De acuerdo con la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA), en 2017 murieron 28 mil 466 personas por sobredosis de opioides, un promedio de más de 70 al día. Se calcula que 50 por ciento podrían ser por ingerir fentanilo. "La realidad es que los cárteles mexicanos saben del dinero y las utilidades que hay en el negocio del fentanilo y, como lo hicieron con las metanfetaminas, van a dominar el mercado en Estados Unidos", dijo la fiscal asistente de San Diego, Sherri Hobson. Pero la paradoja que no pueden ocultar con cierta frustración las autoridades de Estados Unidos es que la gran clientela actual de los cárteles mexicanos fue creada por laboratorios farmacéuticos estadounidenses, que promovieron el uso indiscriminado de analgésicos opioides muy adictivos. Médicos que ahora están tras las rejas purgando largas condenas recetaban las píldoras a pacientes que no las necesitaban, a sabiendas de que estaban manteniendo su dependencia y aumentando los ingresos de los laboratorios. "El lugar que ahora ocupa el fentanilo en la posición de demanda de opiáceos y opioides en Estados Unidos es por la restricción que se ha dado en Norteamérica a la receta liberal de medicinas, como el Vicodin, como el tramadol, como la oxicontina", explicó Renato Sales, excomisionado Nacional de Seguridad de la Secretaría de Gobernación de México. Según El Universal, la otra fuente del fentanilo que inunda a Estados Unidos es China, y sus canales de arribo al país son menos aparatosos que las rutas de los cárteles mexicanos. Con sólo oprimir un par de teclas en lo que se conoce como la red oscura de Internet, los norteamericanos pueden comprar fentanilo en píldoras y recibir el paquete en el buzón de correo de sus casas. Con el contenido de estas encomiendas, píldoras de fentanilo con 90 por ciento de pureza, familias enteras de pequeños pueblos en estados tan americanos como Dakota del Norte y Ohio formaron cárteles domésticos de venta y distribución de fentanilo al mejor estilo de la serie Breaking Bad. China también es el principal proveedor de precursores para la fabricación de fentanilo en México, según Ben Westhoff, autor del libro Fentanyl Inc. "México no tiene una industria química muy grande. No tienen gente que pueda hacer precursores de fentanilo desde ceros, así que lo compran en China y el convertir los precursores en el producto final del fentanilo es un proceso más simple que hacen los cárteles". El distribuidor de pastillas sinaloense dice que comenzó a traficar fentanilo como un "pequeño proyecto". Ahora, asegura, envía en promedio 30 mil pastillas cada mes. En Sinaloa hay "cientos, miles" como él, dice, porque el fentanilo se ha convertido en la droga de moda en el mercado de los narcotraficantes sinaloenses para fabricar, comprar, revender y enviar a Estados Unidos. "Ahorita te podría decir: la mayoría de todos los que mueven crystal, perico, cocaína, mota, todos mueven el fentanilo. Te estoy hablando pues de todos, o sea, todos", dijo en enero de 2020 en una casa de seguridad, donde aceptó una entrevista. ¿Qué es el fentanilo? El fentanilo es una droga sintética 100 veces más poderosa que la morfina y altamente adictiva. En medicina se usa para calmar los dolores de pacientes terminales cuando otros analgésicos no hacen efecto. Los drogadictos dicen que la droga produce un estado de absoluta paz, tranquilidad y momentos de euforia. "Lo que está ocurriendo es que estamos viendo a más gente muriendo por fentanilo", comentó Teri Pérez, jefe del departamento de narcóticos de la fiscalía federal de San Diego, California. "Vemos gente joven que compra una píldora en la calle y ellos creen que es segura, pero las píldoras no contienen oxicodona (analgésico) para nada, contienen fentanilo". El fentanilo, en el ámbito médico, requiere dosis exactas para no provocar un paro respiratorio. Sin embargo, el drogadicto termina consumiendo cantidades desproporcionadas que le causan la muerte, explican expertos. "No sabes cuánto hay en la dosis que estás usando y al no saber cuánto hay, ¿qué es lo que sucede? ¡Pum! Te viene una sobredosis y te mueres. Lo vemos constantemente", comentó Isaac Alvo Shermaría, director de la clínica Nuevo Ser para rehabilitación de la drogadicción. Alvo, quien fue drogadicto, explicó que en su clínica son pocos los pacientes de fentanilo, pero no por política de la institución. "La gran mayoría muere antes de llegar", dijo. La distancia entre el frenesí y la muerte es muy corta cuando se trata de fentanilo. "El efecto, digamos, de relajación o de euforia que pudiese provocar la dosis está muy cercana a la dosis que va a provocar un paro respiratorio", explicó Francisco Hernández, jefe del Departamento de Farmacia de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México. "Entonces, en un mínimo descuido de estas personas por el anhelo de tener un efecto quizás más intenso se sobredosifican". Señales de bonaza para narcos mexicanos Hace apenas cuatro años, los productores y distribuidores que trabajan comprando y enviando droga en Sinaloa no sabían qué era el fentanilo. Desde entonces, la producción de esta droga sintética ha acaparado el mercado y se ha convertido en el producto más popular entre quienes cosechan, fabrican drogas y la venden a otros distribuidores en territorio estadounidense. Varios de ellos, entrevistados por El Universal, coincidieron en que este opioide sintético al que temen y llaman popularmente “El Diablito” o “Chiva sintética” es fácil de producir y exportar, ya que es casi imposible que lo detecten los perros o las máquinas de rayos x en la frontera. Foto: Twitter. El Mencho, de los principales productores. Además de no depender de cosechas ni recolectores y de no tener que pagar vigilantes de los sembradíos, el fentanilo ofrece otra ventaja significativa para los narcos: el ahorro en sobornos cuando se transporta en píldoras. "Los pactos y la corrupción con las instancias de seguridad y justicia en cualquier país se dan por la necesidad de trasladar grandes cantidades de manera que no son apegadas a la ley", dijo Manelich Castilla Cravioto, excomisionado general de la Policía Federal de México. Es como "esconder una mina de oro en un monedero", agregó. Las sobredosis con fentanilo, que ya han dejado más muertos en Estados Unidos que los estadounidenses fallecidos en la guerra de Vietnam, han convertido esta droga en la nueva apuesta del narcotráfico y, de acuerdo con operadores entrevistados en México, está reportando ganancias millonarias a los grandes cárteles y también a los productores. En San Diego, en la frontera con Tijuana, las autoridades comenzaron a monitorear este tráfico desde 2017, cuando se creó un grupo de trabajo especial sobre el fentanilo. En 2015 habían tenido cinco incautaciones. Cuatro años más tarde, aumentaron a 100. La fiscal asistente Hobson aseguró que al menos 550 kilogramos de esta droga cruzaron por esa frontera el año pasado. Nueva Generación En la competencia de cárteles por el mercado del fentanilo, el de Jalisco Nueva Generación tomó una ventaja inicial al de Sinaloa, que atravesaba por varias crisis de liderazgo y divisiones internas a raíz del arresto de Joaquín “El Chapo” Guzmán. El CJNG es un antiguo brazo armado del Cártel de Sinaloa que se independizó en 2010. Está bajo el mando de Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho. René Amarillas, supervisor de la DEA, explica que el Jalisco Nueva Generación ya tenía una larga experiencia en el manejo de este tipo de productos. Ni los despliegues operativos han logrado frenar la producción. "Eran buenísimos para crear metanfetamina, ya tenían sus químicos, ya tenían acceso a los puertos de Manzanillo, de Lázaro Cárdenas, de Veracruz", dijo Amarillas. Sales, el excomisionado nacional de seguridad, explicó que el Cártel de Jalisco Nueva Generación había expandido sus operaciones en 2015 y 2016 en Estados Unidos gracias a la distribución de fentanilo chino que ingresa a México por el puerto de Lázaro Cárdenas y cruzaba el país en vehículos discretos, hacia la frontera. Pero ahora el negocio está en disputa, porque el cártel de Sinaloa ha entrado de lleno en su producción, después de la extradición y juicio de Guzmán, de acuerdo con este exfuncionario, quien dejó el cargo en diciembre de 2018. El fentanilo mexicano En diciembre de 2019, un informe sobre la Amenaza Nacional de las Drogas desclasificado por la DEA, reveló que "el fentanilo disponible en Estados Unidos es principalmente de origen chino o mexicano", y que ingresa al país a través de la frontera Estados Unidos-México. El informe asegura que "mezclar fentanilo con otras drogas ilícitas no es representativo de una estrategia general de los cárteles mexicanos". Amarillas dijo que comenzaron a detectar el problema en 2014, cuando algunos adictos a medicamentos para el dolor en Estados Unidos, como la oxicodona, comenzaron a consumir fentanilo en píldoras que se veían como las de los medicamentos de prescripción médica. "Era como una estrategia de mercadotecnia de las organizaciones criminales", explicó. La prohibición de dichos medicamentos y los procesos judiciales iniciados contra varias farmacéuticas por no haber alertado a los pacientes que eran adictivos aumentaron la demanda de la sustancia ilegal, explicó. En apenas dos años, las agencias del gobierno estadounidense comenzaron a registrar que la sobredosis de fentanilo se esparcía en el país, al punto de que las unidades de primeros auxilios y las policías de ciudades como San Diego, y Española, en Nuevo México, han tenido que incluir kits con naloxona, un antídoto al fentanilo, para salvar de inmediato a los adictos y que no mueran en su tránsito al hospital. Remordimiento comercial En Sinaloa, ya entrado el 2019, el cártel se dio cuenta de que el envío de fentanilo en altas dosis camufladas en pastillas estaba provocando la muerte de su propia clientela, según varios productores y distribuidores. Por ello, agregan, sus compradores han comenzado a pedir que mezclen el fentanilo con otras drogas, especialmente con heroína y cocaína. No está probado que las muertes se hayan reducido, pero uno de los distribuidores afirma que la nueva mezcla ayudó, al menos, a estimular al deprimido mercado del opio. "Ahorita nos pusimos a sembrar porque está subiendo y ya hay un poquito más de mercado, pero el año pasado no hubo mercado, nos quedamos con las cosas ahí o las malbaratamos", dijo uno de los agricultores de amapola. Ahora lo mezclan con heroína. La goma, que se obtiene de la planta de la amapola, había caído de precio con el auge del fentanilo. Un kilo llegó a costar 250 dólares. Desde finales de 2019, coincidieron, ha repuntado hasta un precio actual de mil dólares por kilogramo. Ahora cientos de productores en Sinaloa están sembrando amapola de emergencia para cosecharla en primavera. Uno de los cosechadores, próximo a los 30 años, dijo que empezó en el negocio desde los 12. En su pueblo celebran el nuevo auge. La mayoría de los pobladores están involucrados de un modo u otro con el negocio. Unos vigilan los caminos para alertar de la llegada de agentes del gobierno o fuereños; otros cultivan, recogen las cosechas, producen heroína, cuidan la marihuana mientras se seca. Allí el narcotráfico es la norma, el modo de vida. Y la nueva bonanza es motivo de júbilo. El impulso de la goma, explicaron, se lo deben a tres tendencias en el mercado: el aumento de la demanda de la heroína por temor a los riesgos del fentanilo, la mezcla de fentanilo con la heroína bajo la creencia de que se baja el riesgo de muerte y la utilización de la heroína como precursor químico para la elaboración del fentanilo. "Como la sintética (fentanilo) está yendo mucho pa’ Estados Unidos y como ha matado a mucha gente allá porque es muy fuerte, ahora procuran mejor la otra, la natural", dijo el cosechador. "La natural" es la goma de opio, que es menos fuerte que el fentanilo. De un ambiente triste que se vivía el año pasado por la caída de los precios, ahora el ánimo ha cambiado, según los cosechadores que trabajan apresurados para cumplir con los nuevos pedidos. La ofensiva de Estados Unidos contra el fentanilo tiene también efectos en la selección de los cultivos. Algunos de los campesinos dijeron que prefieren sembrar amapola pero no involucrarse en la producción. "Buscan mucho al que lo produce (el fentanilo) y de volada dan con él porque está matando mucha gente", dijo un cultivador. En el mismo pueblo, un hombre que ha sido productor de heroína como "cocinero" durante los últimos 20 años dijo que prefiere no aprender a preparar fentanilo, que no quiere que vengan a buscarlo "los güeros", refiriéndose a los agentes de Estados Unidos. En esto, los productores difieren con el informe reciente de la DEA, que dice que las "mezclas de fentanilo con otras drogas ilícitas son relativamente poco frecuentes al por mayor, lo que significa que la mezcla de fentanilo con heroína y otras drogas ilícitas tienen lugar dentro de Estados Unidos, no en México". Cifras que no cuadran, decomisos de droga y producción En otras regiones de Sinaloa el auge de la producción de fentanilo mezclado con opio ha puesto a trabajar a cientos de campesinos locales en laboratorios clandestinos, improvisados con instrumentos oxidados y mínimas condiciones de seguridad, dicen los lugareños. Para algunos de los pobladores de esta región, familiarizados con el mercado de los narcóticos, las cifras de incautaciones anunciadas por los gobiernos de Estados Unidos y de México son mínimas comparadas con las cantidades que los distribuidores están enviando. En el último informe de la DEA, con datos de 2018, se asegura que se incautaron 923 kilogramos de fentanilo en la frontera, principalmente en California y Arizona. Del lado mexicano, algunos se ríen de estas cifras. Un solo productor afirmó que envía un promedio de unos 200 kilogramos al año. Decomiso de fentanilo. Los productores en Sinaloa aseguran que San Luis Río Colorado, en la frontera entre Sonora y Arizona, es el punto donde resulta más barato para los cárteles cruzar la mercancía, porque existe una menor vigilancia. Ellos dicen que cruzar por San Luis Río Colorado les cuesta 350 dólares, mientras por Mexicali pagan 500 y por Tijuana, 800 dólares. El cruce sucede, según los testimonios y los informes oficiales, utilizando personas que trabajan como mulas, escondiéndose la droga en el cuerpo. La mayoría, dicen ellos, son mujeres. "Nosotros tenemos una muchacha que nos está trabajando. Se mete (el fentanilo) en la vagina, así como un condón, y con ese pasa pa'dentro", dijo el jefe de un laboratorio clandestino que produce dos kilos de fentanilo, en promedio, cada semana. Él pidió omitir su nombre por temor a represalias legales. Alberto, nombre ficticio, explicó que utilizaba San Luis Río Colorado para financiar su adicción al fentanilo cruzando cajas de pastillas que le entregaban vendedores de rango medio y bajo del Cártel Jalisco Nueva Generación. "En vez de tener que vender las pastillas una por una entre una semana andando pa'rriba y pa'bajo en mi carro, llevándola a domicilio –dijo– se me hizo más fácil nomás ir y agarrar el cargamento de esa persona y al cruzar en 20 minutos tenía mil dólares en la mano". Así llega la droga de Sinaloa a Los Ángeles Los transformadores del fentanilo en Sinaloa, más conocidos como cocineros, cuentan con contactos en Estados Unidos para la venta y distribución del producto. El cocinero entrevistado por Univision dijo que el suyo es un revendedor dominicano en Los Ángeles a quien envía fentanilo mezclado con heroína cada semana. Los dominicanos, según la DEA, han jugado un papel muy importante en la industria del fentanilo. "Hemos visto varios casos donde los dominicanos se han venido a México, se han podido reunir, trabajar junto con los cárteles de Sinaloa principalmente", explicó Amarillas, agente supervisor de la DEA. Algunos, agregó el funcionario, "regresan a República Dominicana a fabricar fentanilo y a distribuirlo en Nueva York y en diferentes áreas del mundo". Un reciente informe de la DEA señala que "traficantes dominicanos han formado lazos con mexicanos para transportar heroína y han establecido operaciones de fabricación de fentanilo en la República Dominicana. Estas organizaciones son altamente móviles y sin restricciones por fronteras nacionales". La mayoría de los usuarios no saben que lo que parece heroína en polvo blanco puede ser fentanilo, entonces no calculan bien la dosis y en consecuencia se exceden. Para muchos, el error es fatal. En Ciudad de México, las autoridades aseguran que no han podido detectar mucho del fentanilo que pasa por su territorio y se han concentrado en revisar la paquetería de apenas un puñado de aeropuertos. En un entrenamiento muestra, el entonces comisario de la policía Federal, Javier Ortiz, dijo que el equipo de detección que utilizan fue donado por autoridades de Estados Unidos. "El caso de nosotros como antidrogas solamente tenemos presencia en la Ciudad de México y Cancún, pero, por ejemplo, en el área de Cancún no se trabaja paquetería. A parte que la mayoría lo concentran aquí. Aquí en la Ciudad de México", dijo el policía encargado del operativo antidrogas en el aeropuerto de la capital mexicana, quien pidió omitir su nombre por seguridad. AMLO, Ovidio y el fentanilo El 16 de octubre de 2019, se le preguntó al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador qué está haciendo su gobierno para combatir el trasiego y producción de fentanilo en México. Primero, dijo que "se destruían laboratorios constantemente". Horas más tarde, de su oficina enviaron un informe que decía: "Hasta el momento no hay evidencia sobre el establecimiento de algún laboratorio para la producción de esta droga en el país". Un día después, el 17 de octubre, su gobierno detuvo y luego liberó a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien tiene pendiente una solicitud de extradición, ya que es acusado de tráfico de fentanilo y otras drogas en un tribunal de Nueva York. El general secretario del Ejército Mexicano informó que la detención de Guzmán era precisamente por su participación en el trasiego de fentanilo, pero las autoridades afirmaron que lo habían dejado en libertad luego de que su fallida detención había detonado una disputa en Sinaloa entre militares y miembros del cártel de Sinaloa, que dejó decenas de personas heridas, retenidas y asesinadas. Tres meses después de la detención, los narcotraficantes en Sinaloa mantienen una vigilancia estricta de las autoridades, la producción va en aumento y las muertes no les preocupan demasiado, según el distribuidor de pastillas. "Nosotros lo que queremos es el dinero. Realmente, si se mueren, eso ya es responsabilidad de cada quien".