Arturo Molina / La Voz de Michoacán Charapan, Michoacán. Ante la necesidad de rescatar los conceptos de vivienda tradicional en las comunidades indígenas el estado, las trojes, centenarias viviendas purépechas de Michoacán, fueron restauradas en el municipio de Charapan. Un total de 81 casas de madera fueron restauradas con el apoyo del gobierno del estado y la representación de la embajada española en nuestro país. Hasta 300 años de antigüedad tiene cada una de las trojes que se encuentran en el centro de dicha demarcación. Los fuertes vientos, las bajas temperaturas y las inclemencias del tiempo son más llevaderas en la tradicional construcción. En este contexto, el embajador de España en México, Juan López Dóriga, señaló que desde hace al menos 12 años se han emitido apoyos para la restauración de al menos 200 trojes en el estado de Michoacán. La Meseta Purépecha ha sido recipiendaria de los recursos que incluyen tanto los materiales como la mano de obra para la renovación de las viviendas. Desde cera especial para madera, tecnología moderna en el techo y otras mejoras, fueron trabajados entre el gobierno del estado y las autoridades españolas. Al respecto, la comunidad de Charapan se pronunció agradecida por el apoyo a uno de los grandes tesoros de la cultura purépecha: las trojes. Desde la llegada a Charapan, lo primero que llama la atención son las monumentales casas de madera que ahora brillantes por la cera y mejoradas en el acabado, representan una de las principales bellezas del lugar. Durante la entrega de las obras mejoradas, el gobernador Silvano Aureoles Conejo aseguró que los apoyos en la región continuarán en los próximos meses más allá de la vivienda. En este mismo contexto se entregaron al menos 47 estufas ecológicas “Es algo emblemático la entrega de estas importantes obras arquitectónicas que son las trojes, restauradas para el beneficio de un número importante de familias y de estufas ecológicas. Es muy importante, reharemos el programa de estufas porque nos ayuda a prevenir el cáncer de pulmón por las inhalaciones de gases en las mujeres. El tema principal que nos vincula es don Vasco de Quiroga. Michoacán es amigo de España, aquí nos declaramos amigos de un extraordinario país de lo que es España”, manifestó. Por su parte, el embajador de España en México refirió que las relaciones bilaterales entre ambos gobiernos quedan materializadas con el apoyo a las tradiciones michoacanas. Resaltó que la Ruta Don Vasco en la Meseta Purépecha sigue siendo uno de los principales polos de atracción en las ferias de turismo internacionales. “Esto es una muestra de afecto de mis compatriotas hacia los michoacanos. Empezamos a trabajar por aquí hace años. En 2007, con la Junta de Andalucía, restauramos 205 viviendas en diversas localidades de la Ruta Don Vasco. En 2009 y 2012 las agencias españolas de Cooperación pusieron en marcha un programa para difundir la ruta como un producto de turismo orientado a difundir los avances de la zona. Esta Ruta Don Vasco fue reconocida en nuestra Feria de Turismo como el mejor producto de turismo”, manifestó. Patrimonio de Michoacán Las construcciones son típicas de localidades enclavadas en la Meseta Purépecha, como Paracho, Nahuatzen, Turícuaro y Pichátaro. Las trojes se utilizan como viviendas, para el almacenamiento de granos y en la actualidad también como centros de comercio. Edificadas fundamentalmente con madera de pino, con techos a cuatro aguas, se caracterizan por la riqueza de los acabados, aspecto que puede apreciarse en las puertas, ventanas y pórticos, todos muy ornamentados; hay columnas talladas con gran variedad de motivos y vigas notablemente trabajadas con todo un mundo de fantasía que artistas anónimos labran en las fachadas de sus casas. Al mantener en estado natural los materiales, los colores de la madera quedan en armonía con los tonos del entorno. Las trojes se forman de gruesos tablones hábilmente unidos por poderosos trozos de madera sin usar clavos. Sus techos son de caballete, cuyos volados forman amplios portales. La planta generalmente es cuadrada y los alzados sólo tienen una puerta y en ocasiones una ventana. Además del pino se usan otras maderas duras como el encino. Ésta se corta durante la luna llena para que dure más tiempo, después se cura para que no le entre la polilla, su peor enemigo. Antiguamente los árboles se cortaban con sierra manual e incluso hacha, y de cada uno se utilizaba solamente una tabla (fundamentalmente del centro) de hasta 10 metros de largo. Esta situación ha cambiado debido a la escasez cada vez mayor de la principal materia prima.