A un paso de aprobarse, uso lúdico de la marihuana: ¿qué es y qué implicaría?

La regulación del uso de la marihuana en México está a punto de ser una realidad y ha divido a los distintos sectores de la población en el país

Imagen: Enrique Santiago / La Voz de Michoacán.

Jorge Ávila / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Este miércoles fue aprobado por las comisiones unidas de Justicia, Salud y la de Estudios Legislativos del Senado de la República el dictamen con el que se pretende regular el consumo de marihuana en México.

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Así, con 26 votos a favor, 7 en contra y 8 abstenciones, el documento fue avalado por comisiones, pero esto no significa que la planta ya se pueda usar de forma lúdica, médica o industrial, pues falta que se sometan a análisis los puntos particulares del dictamen para luego enviarla al pleno del Senado para su votación final.

El dictamen aprobado tras más de dos horas de discusión y argumentación propone que las personas puedan tener en su poder hasta 28 gramos de marihuana, a diferencia de los 5 gramos que actualmente se permiten para consumidores.

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El senador panista Damián Zepeda se opuso rotundamente a la propuesta pues aseguró que estas medidas hacen más fácil que los ciudadanos tengan acceso a drogas, además que, señaló, esto no va a evitar la violencia en el país.

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“Estoy completamente en contra de la legalización de las drogas, y particularmente de la marihuana, no creo que tenga nada de bueno permitir el fácil acceso a los mexicanos para que usen una sustancia que no les trae nada de positivo”, dijo el legislador.

En tanto que Claudia Ruiz Massieu, así como los demás representantes del PRI, admitió la necesidad de regular el uso de la planta, pero revisando bien los puntos particulares del dictamen. “En principio estamos a favor de la regulación del uso del cannabis; lo que no nos gusta es la aproximación que plantea el proyecto de dictamen (...) no vemos que haya un enfoque equilibrado entre la perspectiva de salud, seguridad, derechos humanos”, dijo.

Por su parte, los congresistas de Morena consideraron el valor del documento al señalar que mediante esta vía se transita de la criminalización al respeto a los derechos humanos de los consumidores.

El dictamen que se votó atiende otros puntos, como que los ciudadanos podrán tener posesión de hasta cuatro plantas de cannabis psicoactivo, siempre y cuando permanezcan en los hogares y sean de consumo personal.

Los legisladores urgieron también a que el dictamen no se haga pensando en favorecer a las empresas que eventualmente importarían los productos de marihuana, pues de esa manera el documento obedecería a otros intereses y perdería el objetivo: garantizar a los mexicanos un mejoramiento en sus condiciones de salud.

Foto: AP.

Los senadores establecieron que las comisiones unidas quedarían en sesión permanente, por lo que cualquier día y hora podrían llamar para seguir con la discusión. Se espera que después de que el dictamen sea votado y aprobado en el pleno del Senado de la República, el documento se envíe a la Cámara de Diputados para que viva el mismo proceso legislativo.

De ser aceptado este dictamen sin cambios en la Cámara de Diputados, ahora sí podría ser enviado al Poder Ejecutivo federal para que apruebe el proyecto.

El autoconsumo con fines lúdicos o recreativos implica que alguien pueda sembrar, cultivar, cosechar, preparar, poseer y/o transportar la planta.

Por otra parte, el documento prohíbe el consumo para menores de edad y el empleo de niñas, niños y adolescentes en cualquier actividad relacionada con la siembra, cultivo, plantación, cosecha, comercio, producción, distribución, suministro, venta y consumo de la droga.

Los consumidores también podrán fumar marihuana en espacios públicos, aunque con excepción de los lugares 100 por ciento libres de humo de tabaco, y será el Instituto Mexicano de Regulación y Control de Cannabis quien designe los lugares donde estará disponible la venta de marihuana para uso recreativo.

En el documento del proyecto de ley se reconoce “el derecho humano al libre desarrollo de la personalidad, de tal manera supone el reconocimiento del Estado sobre la facultad natural de toda persona a ser individualmente como quiere ser, con el fin de cumplir las metas u objetivos que se ha fijado, siempre y cuando no afecte al ejercicio del derecho de terceros”.

La iniciativa considera que sí se podrá cultivar la marihuana para uso personal, siempre y cuando el consumidor registre sus plantas ante el Instituto Mexicano de Regulación y Control de Cannabis, y mientras sean entre seis y 20 plantas en propiedad privada, que no dé una producción mayor a los 480 gramos al año.

En cuanto a la cantidad que podrá portar una persona en la calle, la ley establece que el porcentaje permitido de posesión para uso lúdico pasará de 5 a 28 gramos. En la propuesta se indica que se considerará la medida antropométrica, la cual deberá caber en la cuenca de ambas manos del poseedor.

Mientras tanto, los interesados pueden amparase

La campaña #CannabisConPermiso de México Unido Contra la Delincuencia (MUCD) fue creada para brindar a los consumidores herramientas necesarias para obtener un permiso para uso adulto de cannabis, el cual incluye desde la adquisición de semillas, siembra, cosecha, transformación y transporte.

En la página del MUCD se explica cada paso a seguir para la obtención del permiso, desde el trámite ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) hasta el juicio de amparo.

Las etapas a seguir en el procedimiento constan de seis pasos:

  • 1. Presentar la solicitud ante Cofepris.
  • 2. Esperar cerca de 40 días hábiles para obtener una respuesta.
  • 3. Presentar una demanda de amparo.
  • 4. Revisar todos los días el sistema del Poder Judicial de la Federación.
  • 5. Presentar una ampliación de la demanda de amparo.
  • 6. Esperar a que el juez de Distrito dicte sentencia.

Después se muestran los procedimientos para tramitar el permiso, donde se tendrá que descargar un formato, el cual está disponible en la página y que tendrá que llenar antes de presentarlo en la delegación de Cofepris más cercana, donde capturarán los datos y se entregará un acuse al solicitante.

También se explica el proceso para presentar la demanda de amparo, la cual se presenta luego de haber transcurrido 40 días hábiles y con el apoyo del acuse de recibo y el formato de demanda que se puede descargar en la página, el cual se tiene que llenar con gran detenimiento pues eso tendrá un gran peso para ganar o perder el amparo, después deberá presentarse en los juzgados de Distrito.

Finalmente, tendrá que darle seguimiento a la demanda de amparo vía Internet.

El cáñamo, benéfico para el medioambiente

Sembrar la planta de cáñamo beneficiaría la regeneración del medioambiente, esto al favorecer la limpieza de suelos contaminados, señalan activistas a favor de la regulación de esta planta, que es de la misma familia que la marihuana.

Un beneficio inmediato de su cultivo sería la regeneración de suelos ya que el cáñamo regresa entre un 60 y un 70 por ciento de los nutrientes que tomó de la tierra durante su crecimiento y desarrollo, explicó Jorge Treviño, cofundador de Be Hemp!

Además, las raíces contribuyen a eliminar los metales pesados de los suelos, con lo que ayuda a su regeneración y descontaminación.

Los sembradíos de cáñamo son más eficientes que los árboles para transformar el dióxido de carbono en oxígeno ya que con una cuarta parte de una hectárea, el cáñamo hace lo que haría una hectárea completa de árboles.

Por lo anterior, activistas en pro de la regulación del uso del cannabis para fines industriales pidieron al Senado que se aprueben las regulaciones para que la industria del cáñamo pueda activarse en México.

Foto: Pixabay.

Treviño enfatiza la importancia de diferenciar el cáñamo de la marihuana: “Ambas son plantas de la familia de las cannabáceas y del género cannabis, pero una es psicoactiva y psicotrópica y la otra no”, dijo.

Para que la planta de cannabis sea considerada para el uso industrial debe tener menos del 0.3 por ciento de tetrahidrocannabinol (THC), su principal psicoactivo; contrario a lo que sucede con la marihuana, que busca altos niveles de THC.

Agregó que el cáñamo tiene muchísimos usos y aplicaciones que no tendrían que ser reguladas, sino ser aceptadas para obtener los beneficios.

Enfatizó que en Estados Unidos y Canadá el uso industrial del cannabis es legal, y que si México lograra hacer lo mismo, la industria nacional sería millonaria ya que, a diferencia de otras latitudes, el clima beneficiaría la producción de hasta 3 cosechas anuales.

Consideró como una incongruencia en el sistema legal que en México se pueda importar legalmente productos de cáñamo pero no se pueden producir en el país. Esto, agregó, porque no hay una regulación para la siembra y no es que esté prohibido, ya que no se necesita un permiso por parte del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) para sembrar el cáñamo.

El problema radica en que la autoridad judicial puede alegar que es marihuana y mientras se analiza el responsable del sembradío estaría con proceso legal en contra.

El uso industrial del cáñamo se puede aplicar en fabricación de aceites, fibras textiles, material de bioconstrucción, bioplásticos, cosméticos y productos de higiene personal, así como alimento rico en nutrientes y suplementos alimenticios.

Desde 2017 se avaló el uso medicinal del cannabis, pero la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) no ha llevado a cabo una regulación que facilite la comercialización e importación de productos derivados del cannabis, incluyendo su uso industrial.

“Manifiesto pacheco”, lucha de décadas

En 1985, el sociólogo, historiador, periodista y activista Juan Pablo García Vallejo escribió y publicó el “Primer manifiesto pacheco”, redactado al estilo literario de la generación de La Onda. A la letra dice

1.         Para el tizo, grifo o pacheco no hay peor marihuana que la que no se fuma. Aunque la utopía pacheca sea siempre desear viajar con la marihuana pelirroja, su mensaje es: mírame, fúmame y rólame.

2.         El uso y consumo de la marihuana en la vida cotidiana de nuestra sociedad capitalista es un secreto a voces. Su mensaje está en todas partes: en los camiones guajoloteros: “Para crecer fuerte y sano, fúmate un porro temprano”; en las paredes de la ciudad: “Nosotros los marihuanos somos guadalupanos, no pinches comunistas putos”; en los conciertos de rock, cuando Alex Lora dice a la banda: “No se olviden de aquel viejo refrán que encierra gran sabiduría: ¡Ojo rojo, corazón contento!”; en los mítines frente a la Secretaría de Gobernación: “Con kilos se los llevaron, con kilos los queremos”.

3.         La sociedad capitalista, incluyendo México, siempre se ha horrorizado por la contaminación de la “plaga de la droga” en las masas urbanas, olvidándose por completo que si nació y se propagó fue gracias a ella. El consumo en masa de la droga es la expresión de la miseria real y la protesta contra esa miseria real. La farmacodependencia y el narcotráfico son dos invenciones híper-rentables para el capitalismo utilizadas para garantizar su perennidad. La definición de la droga en la sociedad contemporánea es la represión. Walter Leamy de la Interpol, confirma cínicamente lo anterior al declarar recientemente: “la represión es cada vez más eficaz en los países de América Latina”.

4.         La represión hacia la droga se manifiesta de la siguiente manera: “Los judiciales buscan la hierba por todos lados buscan el cemento sueñan con cemento ven tiner por todos lados en todos lados encuentran el cemento cada uno de los habitantes de Neza y Anexas (=México) trae hierba y similares los judiciales buscan la hierba los judiciales traen pistola los judiciales pegan con la cacha para los judiciales todo el mundo trae drogas para los judiciales en Neza y Anexas todo el mundo trae drogas” José Cueli, Neza y Anexas, Diógenes, 1985.

5.         Para el estado capitalista el abuso en el consumo de drogas es uno de los problemas de salud más graves hoy en día, pues, en su opinión, el uso propio o impropio de las drogas representa un daño que se hace el hombre a sí mismo y por ende a la sociedad, sin embargo no explican por qué es perjudicial ni tampoco quién determina esto ni sobre qué bases se fundamenta. A LA SOCIEDAD BURGUESA SOLO LE INTERESA LO QUE EL INDIVIDUO SE HACE A SÍ MISMO Y NO LO QUE LA SOCIEDAD BURGUESA LE HACE AL INDIVIDUO. El capital y el Estado comparten una oscura ambigüedad en la tolerancia de las drogas a partir de considerar este hecho desde el punto de vista médico, o sea unilateralmente, y no consideran sus dimensiones sociales o políticas, haciendo a un lado la razón principal para explicar el uso y consumo de drogas y en general la cuestión de la droga (una interrogante sobre el terreno de la ideología burguesa) en la sociedad burguesa: la existencia de drogas legales, toleradas y reconocidas socialmente, como el alcoholismo planificado, y las drogas ilegales, sancionadas y desaprobadas socialmente por su “peligrosidad” tanto política como social. Esta situación es completamente ignorada por ellos a riesgo de no sólo perder un jugoso invento, sino unas masas adormecidas por la droga. El verdadero uso que se da a la droga en el capitalismo es la desviación de las revoluciones. La droga vale lo que la sociedad que la promueve.

6.         La marihuana, la hierba, no es una droga. Esto ya se ha demostrado hasta el cansancio en diferentes países y en múltiples ocasiones por gentes que el Estado capitalista sabe que no son nada tontas, como W.S. Burroughs. La clasificación científica más aceptable de la droga se establece a partir de la diferenciación y las consecuencias del uso y consumo de las distintas clases de drogas:

7.         a) Las drogas duras como los estimulantes (anfetaminas y cocaína), los depresivos (narcóticos y barbitúricos) que junto con el alcohol y los solventes (tiner, cemento) son substancias que ocasionan hábito, dependencia física y en consecuencia una vida cotidiana toxicómana completamente regulada por el reloj de la droga.

8.         b) Las drogas blandas como los productos y derivados psicotrópicos de la marihuana, el peyote, los hongos alucinógenos que por sus efectos hipersensibles-alucinógenos no producen hábito, ni dependencia física alguna, sino exclusivamente un ligero extrañamiento psicológico.

Pero para la sociedad capitalista todo es droga es droga es droga.

7.         La marihuana, el peyote, los hongos y cientos de substancias más han sido utilizadas desde hace muchísimo tiempo por casi todas las culturas como un alimento cosmogónico, de ahí su nombre genérico “las plantas de los dioses”. Su consumo en dichas sociedades tradicionales tiene una representación simbólica, socio-religiosa, es decir, trascendental e iniciática, de identificación colectiva. En la actualidad las sociedades modernas, capitalistas, las ha mitificado al convertirlas en mercancías exóticas, en vulgares mercancías sin esencia ni tradición alguna. Sin embargo su consumo en la actualidad representa un universo de experiencias para millones de individuos, es decir, un horizonte social de identificación psíquica y existencial que los cohesiona. Particularmente el uso y consumo de la hierba posibilita un espacio-tiempo alternativo frente a la alienación generalizada, su terror y tiranía en la vida cotidiana en condiciones capitalistas, pero sobre todo es la expresión de los conflictos individuales ocasionados principalmente por las actuales condiciones de producción capitalista y por la realidad obscena, vacía y fría que origina el consumo alienante.

8.         Fuera de la banda pacheca nadie se quiere balconear con la discusión de la cuestión de la droga en la sociedad capitalista actual, a excepción de dos entidades de la sociedad gandalla que son completamente anti-droga y principalmente antipachecos: en primer lugar se encuentran las instituciones duras encargadas de la salud y seguridad pública: Procuraduría General de Justicia, la Secretaría de Salubridad y Asistencia, el Ejército, el sistema carcelario, etc. En segundo lugar las instituciones blandas como el Conade, los Centros de Integración Juvenil, los grupos 24 horas de Alcohólicos Anónimos, el ADEFAR y la bien intencionada Liga de Drogadictos Anónimos. Instituciones y burocracias que tienen control y su único objetivo es el obtener más control sobre el individuo y la población. El Estado justifica cínicamente la existencia de las instituciones blandas a costa de reforzar las instituciones duras con el fin de controlar a la población toxicómana y aplicarles sus clasificaciones “inofensivas” y categorías de poder: enfermos por usarlas o criminales por el solo hecho de poseerlas. Por otra parte, se encuentran los mass media: la televisión (principalmente la Dirección infantil de Televisa), la radio, los periódicos amarillistas, etc., y su hipócrita “servicio a la comunidad”, a la ciudadanía en abstracto, para legitimizar su ideología reaccionaria antidroga, alentar la venta y difusión de noticias sensacionalistas y alabar constante y sistemáticamente la cruzada represiva del Estado en su “guerra contra las drogas”, la guerra al narcotráfico; lo que ocasiona un sometimiento de la población toxicómana al anonimato, la humillación, el menosprecio y la minusvalorización social, al no-conformismo pasivo. Por último se encuentran, hasta que no se pruebe lo contrario, las organizaciones de izquierda (a excepción de la desaparecida revista El Machete a nadie le interesaba la cuestión de la droga) que a pesar de comprender que el consumo en masa de la droga es uno más de los mecanismos de explotación y opresión sobre las clases dominadas, sólo se dedican a hacer declaraciones acríticas e irrelevantes de la guerra y caza de brujas y la violación de los derechos humanos de los toxicómanos que realiza el Estado y contribuyen a legitimar la ideología anti-droga de la burguesía. Además de no reconocer abiertamente la situación de represión, persecución, arresto o encierre clínico que padece la población toxicómana, hacen oídos sordos a sus demandas y necesidades materiales y subjetivas, que lejos de situarse fuera de la lucha de clases, representan en la actualidad uno de los principales terrenos de lucha cotidiana para miles de individuos.

9.         No hay revolución sin marihuana, esta tesis es intrínseca a la historia de México y su futuro próximo, recuérdese el popular y alegre corrido de “La cucaracha” en la Revolución mexicana: “La cucaracha ya no puede caminar, porque no tiene, porque le falta, marihuana que fumar”.

10.       Si hay marihuana sin Caro Quintero, muy bien puede haber marihuana sin capitalismo, sin sus drogas blancas duras y frías; sus burocracias narco-terroristas enloquecidas por reafirmar sus imágenes de poder para controlar a la población entera y particularmente la que usa y consume drogas. El Estado utiliza la droga para fortalecerse. El narcotráfico es sólo una cara de la moneda, pues, como escribió Monsiváis: “Hacemos todo el dinero del mundo, y además, no somos transitorios, lo nuestro dejó de ser ilegal al aliarse con nosotros los encargados de la legalidad” (“El narco del triunfo”).

11.       Los pachecos nos amamos tanto que ya nos cansamos de que el Estado, los mass media y las instituciones reaccionarias, sigan utilizando a la hierba como un símbolo de opresión, basados en falsas concepciones sobre ella. Rechazamos su ignorancia, sus tácticas anti-colectivas, la tiranía médica-jurídica-carcelaria, mecanismos sostenidos para mantener en el anonimato y la pasividad a la población toxicómana.

12.       Los pachecos consideramos que el uso y consumo de marihuana es un hecho que no se debe sancionar socialmente. Clamamos cotidianamente por la desaparición de la Ley que nos hace aparecer como delincuentes, por el solo hecho de poseerla, ilegales antes de fumarla o como enfermos por considerar a la adicción o drogodependencia como enfermedad. No queremos esas tolerancias sociales en una sociedad sostenida en base a la opresión.

13.       La población toxicómana odia el mercado que se hace con la hierba y también las variantes de ese mercado: el mercado negro capitalista, ilegal, y el mercado blanco estatal legal. Pugnamos por la abolición de todos los mercados. ¿Quién va a comprar algo que puede ser gratis?

14.       Los pachecos somos los primeros interesados de luchar porque la población se descuelgue de las drogas duras como el cemento, el alcohol. Nos oponemos a que se siga manipulando a la población con el moderno opio del pueblo: las loterías nacionales, deportivas o astrológicas, instrumentos narcotizantes para soportar la explotación redoblada en la sociedad capitalista en crisis.

15.       Los pachecos nos oponemos a los cínicos, espectaculares y gandallas intentos del Estado capitalista en su combate estéril para solucionar el problema de la toxicomanía social y evadir olímpicamente la discusión de la cuestión de la droga en general. Problema y cuestión que no es que no quieran sino que no pueden. ¿Luego qué van a hacer? No más delincuentes, ni mucho menos enfermos. Perderán el control de las conciencias de las masas urbanas.

16.       El uso y consumo de hierba debe ser un acto de libre conciencia ante el control lobotomizador utilizado por las instituciones y los mass media. Rechazamos las imágenes de poder que le han sido impuestas, e igualmente rechazamos la libertad psicológica del viaje, deseamos la auténtica emancipación generalizada.

17.       Los mejores placeres suelen ser verdes.