El Universal/La Voz de MichoacánLas personas mayores de 60 años son las más vulnerables al coronavirusLa pandemia del coronavirus nos ha enfrentado a situaciones para las que no estábamos preparados. En cuestión de semanas nos hemos visto obligados a tomar decisiones que nos ponen a prueba como humanidad. ¿Cuáles son esos dilemas a los que se están enfrentando las sociedades para sobrevivir a esta crisis? Amy L. Fairchild es historiadora especializada en ética de salud pública e investiga qué valores moldean los límites de los Estados a la hora de intervenir en situaciones como una pandemia. Es coautora del libro "Ojos que buscan: privacidad, Estado y vigilancia de enfermedades en Estados Unidos" y es decana de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Estatal de Ohio, EU. BBC Mundo habló con ella sobre esas difíciles decisiones que estamos tomando como sociedad para evitar la mayor cantidad de muertes posibles. La pandemia del covid-19 ha puesto en aprietos los sistemas de salud Los gobiernos están frente a la difícil situación de salvar vidas al tiempo que tratan de reducir como puedan los estragos en la economía. ¿Cómo resolver ese dilema? La manera de resolver el dilema entre salvar vidas y salvar la economía es esperar tanto como sea razonablemente posible para promulgar medidas de distanciamiento social y ampliarlas en forma progresiva hasta llegar al aislamiento. La razón de que estas medidas se tomen gradualmente es que tratamos de ir un paso adelante de lo que nos dicen las estadísticas. Es decir, mientras no sepamos que en una ciudad está ocurriendo un brote o mientras no podamos predecirlo, no queremos limitar las libertades o causar estragos en la economía, pero una vez el brote ya está en marcha tenemos que acogernos a medidas de distanciamiento social. Y tenemos que aferrarnos a ellas incluso hasta después de que pase el apogeo de la epidemia. No podemos levantar las todas las medidas al mismo tiempo, si lo hacemos regresaremos a la situación que teníamos antes. No hay una fecha mágica en la que todo volverá a la normalidad, eso irá variando de país en país, dentro de cada país, e incluso entre instituciones. La doctora Fairchild es especialista en ética de la salud pública. En países con economías fuertes como Estados Unidos o algunos países de Europa quizás es un poco más fácil tomar estas medidas. Pero, ¿qué ocurre en regiones como América Latina donde hay muchos menos ingresos? En este punto debemos pensar en el principio de reciprocidad, tenemos que pensar de manera global. Qué le deben los países ricos a los países de menores recursos en términos de proveerles comida, agua, asegurándose de que tengan lugares habitables. El reto ahora es que muchas de las naciones que tienen la posibilidad de ayudar económicamente están también en el calor de la batalla contra el virus. “No una fecha mágica en la que todo volverá a la normalidad”, dice Fairchild ¿Crees que en situaciones como una pandemia se justifiquen medidas autoritarias con el argumento de proteger a la población? Un enfoque autoritario para hacer cumplir el distanciamiento social o la cuarentena puede ser efectivo, pero viene con un precio. Viene con el precio de la libertad, puede venir a costa de la confianza o de la solidaridad social, así que no será una estrategia efectiva para países que tienen democracias constitucionales. En Estados Unidos las libertades individuales son muy importantes, así que usar una ley marcial para contener el virus no creo que sea un estrategia políticamente viable. Tampoco creo que vaya a ser viable en países de América Latina donde hay un fuerte sentido de comunidad y solidaridad. Ahí, lo que los políticos tendrán que hacer un llamado a las obligaciones mutuas que tiene la comunidad, a que hagan sacrificios y se ayuden entre ellas para hacer estos sacrificios por el bien de todos. En países de bajos ingresos las medidas de distancia social se hacen más complicadas En países como Corea del Sur o Singapur se han utilizado apps que rastrean el movimiento de las personas para seguirle el rastro a posibles transmisiones del virus. ¿Crees que esta pandemia cambiará el valor que le damos a a privacidad? Eso puede variar de país en país. No creo que vaya a cambiar en países de Europa donde hay leyes de privacidad muy fuertes. Ni en EE.UU., donde no solo se tiene una tradición de privacidad de alguna manera robusta, sino también compañías de celulares que están interesadas en mantener esos datos privados.