Jorge Manzo / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Jaripeos, fiestas privadas, partidos de futbol o reuniones sociales se siguen celebrando a pesar de la amenaza más significativa de los últimos tiempos: el COVID-19, enfermedad que presenta una viralidad desbocada y que se incuba letalmente en cuerpos con diabetes, hipertensión y otros padecimientos concomitantes. Hasta ahora, la letalidad de la enfermedad indica que hay un 12.8 por ciento de probabilidades de que mueras si contraes el coronavirus. Quienes desafortunadamente perdieron la vida infectados por el virus no han tenido velación o misa de cuerpo presente. Murieron solos, bajo la mirada de enfermeras y especialistas que lucharon hasta el fin para salvarles la vida. Todo fue a distancia. El único consuelo es que los restos llegarán a sus hogares en urnas de cenizas, y una vez que transcurra la cuarentena obligatoria podrán reencontrarse los deudos. Hace un mes llegó el coronavirus a Michoacán, 21 días después de que entró a México a través de un hombre de 35 años que viajó a Italia. El golpe no fue tan rudo en un inicio. En el estado fueron sólo 4 positivos y 37 sospechosos. El primer paciente fue un proveedor español de Arcelor Mittal, ubicada en Lázaro Cárdenas. El segundo portador del virus fue un joven de 36 años de edad quien viajó a Europa, y otras dos personas más que pasearon por Turquía. Ellos estuvieron en el extranjero entre el 1 y el 15 de marzo cuando comenzó a dispararse los positivos en esa parte del planeta. La muerte llegó cinco días después, cuando la enfermedad cobró la primera víctima en el puerto. Se trató de un adulto mayor con problemas de obesidad; en el estado las muertes están vinculadas justo a cualquiera de estos factores y hasta ahora no ha habido decesos de mujeres embarazadas. Morelia y Lázaro Cárdenas siempre fueron los focos rojos en el mapa epidemiológico debido a la movilidad de personas hacia el extranjero a través del aeropuerto internacional de la capital del estado, y del puerto. En Michoacán se contabilizan 140 personas con la enfermedad, 195 sospechosas y 32 recuperadas. Han perdido la vida 18 portadores del COVID-19, colocando a la entidad en la posición 18 en el país. El coronavirus reporta un crecimiento gradual y sostenido de hasta 10 casos diarios, excepto un par de días que ha crecido de manera como ayer con 16 casos nuevos. El virus ya está en 25 municipios al unirse Tarímbaro, una de los municipios conurbados de la capital del estado con mayor densidad poblacional. Las autoridades sanitarias advierten que la peor etapa está por venir, y las estimaciones indican que los brotes masivos podrían presentarse durante la primera semana de mayo, por lo que han advertido que es fundamental que quienes no realicen una actividad esencial se queden en casa para evitar brotes descontrolados que terminen por colapsar los servicios de salud. Se calculan 50 unidades de terapia intensiva en clínicas y hospitales, cada una con hasta 6 respiradores o ventiladores artificiales. Si no se aplana la curva epidémica no serán suficientes. En este momento se encuentran 12 pacientes graves requiriendo atención avanzada para combatir el coronavirus, y otras ocho están hospitalizadas, bajo cuidados médicos especiales. En Lázaro Cárdenas se concentra el 35 por ciento de los enfermos, la mayor parte de los que hay en el estado, le sigue Morelia con el 21 por ciento y Uruapan y La Piedad en tercer lugar con un 7 por ciento. Las personas que han muerto tenían entre 45 y 82 años de edad, lo que advierte que no ataca letalmente solamente a adultos mayores como se piensa, por lo que especialistas piden que en general se procure el aislamiento social. Autoridades epidemiológicas si bien saben cuál es el “target” de la enfermedad, nadie descarta que ésta no respete esa incidencia mundial, pues entre las valoraciones que han realizado sobre el tema reconocen que no depende sólo de su edad, sino también de las condiciones en las que se encuentra el sistema inmunológico. Asimismo, los jóvenes podrían provocar la infección del virus a personas en situación vulnerable, por lo que se debe quitar la idea de que este sector no sufre los estragos del coronavirus. En las clínicas y hospitales siguen escasos los insumos que debe proporcionar el Instituto de Salud para el Bienestar. Las autoridades estatales le han pedido al presidente Andrés Manuel López Obrador que no abandone a los michoacanos, puesto que el apoyo enviado no sólo es insuficiente, sino que también no reúne las medidas básicas de seguridad para entrar al campo de batalla para enfrentar la enfermedad. La preocupación de que se disparen los casos en los próximos días aceleró a decretar el aislamiento social obligatorio, a fin de que la tasa de enfermos y de muertes no se saliera de control. Las plazas públicas, el Centro Histórico, y otros sitios, siguen siendo punto de encuentro de personas, lo que eleva el riesgo sanitario. No han funcionado los llamados de quedarse en casa y de evitar las concentraciones de personas, puesto que cada día es más evidente que salen a las calles, y sin procurar cumplir con las medidas de salud.
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