Rogelio Arellano / La Voz de Michoacán Uruapan, Michoacán. Como parte de las transformaciones obligadas en el quehacer del servicio público para la protección de la población, destaca la necesidad de adecuar el Atlas de Riesgos para atender las nuevas realidades producto de la pandemia provocada por el COVID-19, desde ubicar las zonas con sectores más vulnerables hasta instrumentos de comunicación y complejos médico-asistenciales para reducir la expansión de este tipo de males. Son nuevos escenarios que requieren atención mediante el diseño de modelos que permitan hacer frente a este tipo de contingencias desde la óptica de la prevención, incluido el uso de las nuevas tecnologías y así estar en condiciones de identificar y ordenar los escenarios de riesgos, sobre todo para la preservación de la vida, señaló Gerardo Delgado, coordinador regional de Protección Civil del gobierno del estado. Lo anterior luego de que recientemente el gobierno municipal, en sesión de Cabildo, aprobó la elaboración del Atlas de Peligros y/o Riesgos del Municipio de Uruapan, documento que requirió de un prolongado trabajo interinstitucional desde el año 2019 y que actualmente se encuentra en proceso de validación por los gobiernos estatal y federal a través del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), precisó el funcionario estatal. Efectivamente, señaló, los Atlas de Riesgos son la base del conocimiento de los territorios para establecer cuáles son los peligros que pueden afectar a la población y a la infraestructura, lo que a su vez permite estar en condiciones de una mejor planeación y contar con infraestructura más segura que permita contribuir a la toma de decisiones para la reducción de riesgos de desastres; sin embargo, poco o nada se aborda en torno a escenarios de pandemias. En ese sentido, el viraje debe ser total para incluir estas nuevas hipótesis de riesgos biológicos que puedan afectar a la población. “Un ejemplo sería el que los albergues actuales están diseñados para atender a damnificados por sismos o inundaciones principalmente, entre otros riesgos antropogénicos, pero no para efectos de cuarentena por virus u otros patógenos altamente contagiosos”, señaló. Igualmente, las medidas o acciones de prevención deben seguir otro cause, tarea que debe atenderse a través de saber las fortalezas y debilidades que se han presentado con la actual pandemia, sobre todo tomar en consideración diversos factores desde la movilidad, hasta las cadenas productivas y el saber que hacer a detalle por parte de las instituciones vinculadas a la prevención y atención de este tipo de contingencias. Estos nuevos escenarios representan retos grandes que pueden superarse a través de alianzas como un proceso obligado por parte de los tres órdenes de gobierno, pues los Atlas municipales representan la base para elaborar idénticos documentos a nivel estatal y nacional, es decir que es una cadena de sucesos que permite estar en condiciones de superar las contingencias en la medida de las posibilidades para reducir los daños patrimoniales y la pérdida de vidas humanas. Cabe mencionar que para elaborar el Atlas de Riesgo, los trabajos se centraron en analizar los peligros que representan los deslaves, inundaciones, riesgo de explosiones, contaminación del agua, incendios forestales, sismos, plagas urbanas y rurales así como la suspensión de servicios vitales, entre otros peligros antropogénicos y naturales. Hasta el momento Uruapan se mantiene a la cabeza en la elaboración de este documento en tanto permanecen a la zaga demarcaciones como Tancítaro, Paracho, Los Reyes, Taretan, Ziracuaretiro, Tingambato, Gabriel Zamora, Cherán, Nahuatzen y Nuevo San Juan, por ello no existe un aproximado de cuántos de los más de 900 mil habitantes en estas demarcaciones habitan en zonas de riego o son potencialmente vulnerables a eventos naturales y otros que podrían ser generados por el hombre. La elaboración de esta herramienta se contempla en el Código de Desarrollo Urbano del Estado, así como la Ley General de Protección Civil del Estado, concluyó.