Agencias/La Voz de MichoacánDe la generación de Andrés García, quedan pocos actores, sin embargo, había un perfil que querían llenar y sólo el actor parece haberlo conseguido por completo. Seductor, viril, famoso, galán y adinerado es la imagen que forjó y con la que se le recuerda en su trayectoria. Siempre se empeñó en enaltecer sus cualidades en el arte de la seducción y como todo un donjuán. Hace un par de años, ‘Ventaneando’ cuestionaba si Andrés era el último latin lover. Y es que sus andanzas amorosas lo han enriquecido al nivel de mito, entonces es largo el listado de amantes que tuvo. Una de las mujeres que formó parte de la larga lista amorosa de Andrés fue Irma Serrano, quien en uno de sus libros narró el pasó del actor por su alcoba. “Fue muy interesante, muy bonito. Irma era entretenida”, recordó García, además de los reclamos de la vedette por el poco tiempo que pasaban juntos y la alta fama de ser “muy bueno en la cama” que tenía el actor. Pero fueron tantas las mujeres que pasaron por la cama de Andrés que su virilidad se vio afectada y ahí creció otro mito, tuvo que recurrir a una prótesis, la famosa ‘bombita’ con la que mejoraba su capacidad sexual. “Eso causó gran revuelo entre mis amigas y mis ex. Todas quería probarla. Ocasionó que se me rompieran dos bombitas”, una de esas ocasiones ocurrió con Carmen Campuzano. La modelo afirmó en 2018 que “ser mujeriego es parte de su naturaleza”, y por ello terminaron la relación. Andrés podría catalogar la mayoría de sus relaciones entre terribles, grandiosas y tormentosas porque su fama de macho seductor atraía a mujeres fuertes y temperamentales, entonces fueron épicos los enfrentamientos donde había pasión y después gritos y pleitos. Pero ese escenario se repite en todos los ámbitos donde Andrés se desenvuelve. Innumerables son las peleas que ocurrieron en los sets de televisión, en los pasillos o en la calle. Una de las más sonadas luego del éxito de la bioserie de Luis Miguel, fue la que protagonizó con el fallecido padre del cantante, Luisito Rey. En 2014 se peleó con su actual esposa Margarita Portillo, cuando ésta le había apuntado con un arma sin que se especificará el origen de la pelea que mantuvieron. Gustavo Adolfo Infante rememoró lo narrado por Andrés en entrevistas pasadas. “Cuando era joven se metía a lo loco y se empezaba a pelear en algún lugar, en alguna cantina, en algún bar e iba a golpear a todo el mundo”. La relación con sus hijos no ha atravesado por mejores terrenos, en la actualidad ninguno de los cinco biológicos, Andrés Jr., Leonardo, Andrea, Michelle y una mujer de la que conoció su origen muchos años después, son cercanos a su padre. A consecuencia de ello, García planea darle su apellido al hijo de su esposa Margarita, quien dicho por el propio Andrés, sería su heredero. “Son muy raros, reaccionan de una manera rara, no te informan de lo que van a hacer… no estoy claro con ninguno de ellos”, dijo el actor en 2019. (Getty Images) ¿Cuál es el origen de su altanería? Una montaña rusa de emociones que tienen su origen en los comienzos de la vida de García. Para conocer por qué es violento, altanero y tan temperamental es necesario ir al pasado y saber que Andrés se hizo famoso nadando entre tiburones asesinos en el mar, al punto de lograr impresionar a Jacques Cousteau. Tuvo leucemia, sufrió de una picadura de alacrán, un accidente de helicóptero y un ciclón en altamar. Fue víctima de dos intentos de asesinato y padeció cáncer de próstata. Es extremadamente hipertenso y estuvo a punto de morir desangrado tras reventarle una vena en la cabeza. Ha superado una larga adicción al cigarro, el alcohol y a la cocaína, además de una impotencia sexual causada por el tumor, pero también ha ayudado a otros a superar el cáncer, como él lo hizo, con la ‘uña de gato’.