Redacción / La Voz de Michoacán Ciudad de México. La epidemia de COVID-19 en México no se ha acabado; al contrario, se encuentra en el punto máximo de intensidad, reconoció el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, durante la conferencia de prensa de esta noche desde Palacio Nacional para informar sobre la situación de la epidemia en el país. “La epidemia de COVID-19 está en su máximo nivel de intensidad. Tenemos a la Zona Metropolitana del Valle de México que es la que con la mayoría de casos, hospitalizaciones y defunciones que se encuentra en un nivel muy alto. “(Si bien) se ve una tendencia sostenida a disminuir, la velocidad de la reducción no es clara y eso explica que la cantidad de casos en este momento superen lo que al principio se proyectó”, comentó. Hoy México registró la mayor cifra de contagios para un día, con 3 mil 891 casos en las últimas 24 horas, que suman 97 mil 326 casos de COVID-19 en el país, de los cuales 16 mil 940 se mantienen activos y 10 mil 637 murieron. El subsecretario señaló que el día de hoy, durante una reunión con autoridades estatales, se acordó que todos los martes se mandará a cada uno de los gobernados las clasificaciones que tiene su estado en el semáforo de riesgo. “(Posteriormente) entre el martes y el jueves tendremos un diálogo muy fluido”, en donde si algún gobernador tuviera una inquietud respecto a su color en el semáforo, se dialogará y se encontrará la respuesta, apuntó. Señaló que los días jueves se tendrá listo el semáforo con la consideración de la opinión estatal y los viernes se presentará a la población. López-Gatell detalló que el semáforo de riesgo, para pasar de un color rojo, al naranja, amarillo o verde, se basa en cuatro criterios: la tendencia de los casos (que puede ser ascendente, estable o en descenso), el número de hospitalizaciones, la ocupación hospitalaria y el porcentaje de positividad. Finalmente pidió a la población mantenerse en casa en la medida de lo posible, por lo menos hasta el 15 de junio, fecha en la que las curvas epidémicas, especialmente la de la Ciudad de México, tendrán un declive sostenido, lo cual permitirá tener una mayor probabilidad de que no se reactive la epidemia.