Agencias/La Voz de MichoacánMéxico. Tras la decisión de HBO Max de quitar temporariamente de su catálogo a Lo que el viento se llevó de su biblioteca por su mirada sobre la Guerra de Secesión y la esclavitud, muchos cuestionaron los límites de la cultura de la "cancelación" y llamaron a pensar a las obras de artes y a los artistas en el contexto de su tiempo. El director Spike Lee fue uno de los que, en las últimas horas, volvió a agitar ese mismo avispero. El viernes pasado en una entrevista radial a propósito del estreno en Netflix de su nueva película 5 Sangres, el director habló sobre el ominoso clima de época al que llamó "cultura de la cancelación", y para explicar lo dañina que puede ser utilizó a Woody Allen como ejemplo. "Solo quiero decir que Woody Allen es un gran, gran cineasta y que esta cuestión de la cancelación va más allá de él. Creo que en un futuro veremos que, salvo que mates a alguien, no es posible borrar a una persona como si nunca hubiera existido", dijo Lee en la entrevista en la que, además, aclaró que Allen es amigo suyo y un fan de los Knicks como él. Una lógica algo débil si su intención era defenderlo, Si, por el contrario, el director de Haz lo correcto quería llamar la atención sobre su nueva película con un poco de polémica, su discurso como cumplió el objetivo. Como era de esperarse, después de esas declaraciones Lee quedó atrapado en la misma cultura de cancelación que intentó denunciar. Mientras algunos empezaban a ver su film en Netflix, otros utilizaban las redes sociales para cuestionarlo por sus dichos. Lo que resultó en un rápido pedido de disculpas por parte del director. De denunciante a acusado, y de ahí a arrepentido, Lee escribió en Twitter: "Me disculpo profundamente. Mis palabras fueron EQUIVOCADAS. No tolero ni toleraré el acoso sexual, el abuso o la violencia. Esas acciones causan daño real que no se puede minimizar. De verdad". En 2018, en medio del movimiento #MeToo, Dylan Farrow, la hija adoptiva del cineasta, volvió a acusarlo en una entrevista televisiva de haber abusado sexualmente de ella durante su niñez. Si bien no era la primera vez que la joven contaba su experiencia, el contexto esta vez ayudó a que su voz cobrara una renovada relevancia. Ya en 1992, Mia Farrow había radicado una denuncia penal en contra Allen, pero fue desestimada por falta de pruebas. El juez, sin embargo, consideró que la conducta del director para con su hija había sido "groseramente inapropiada" y por eso le negó la tenencia compartida.