Redacción / La Voz de Michoacán México. Las personas que tienen grupo sanguíneo tipo O tienen un efecto protector contra el COVID-19 que reduce en un 35% el riesgo de insuficiencia respiratoria, mientras que con tipo A existe un 50% más de riesgo de necesitar un respirador artificial en caso de contagio, detalla un estudio internacional que describe que la vulnerabilidad hacia la enfermedad puede estar condicionada a las características genéticas. Los resultados de esta investigación, trabajada entre el CIBER, en su área de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD), así como de Enfermedades Respiratorias (CIBERES), científicos de hospitales españoles y genetistas de Noruega y Alemania, detallan que variantes de dos regiones del genoma humano se asocian con un mayor riesgo de desarrollar fallo respiratorio en pacientes con infección SARS-COV-2, una de las cuales se localiza en al cromosoma 3 y puede dañar a la expresión de genes que favorecerían la entrada del virus, así como la generación de la tormenta de citoquinas. El cromosoma 9 alberga la segunda región, donde se encuentra el gen que determina el grupo sanguíneo del sistema ABO. El estudio de los cromosomas 3 y 9 ha sido clave para determinar por qué algunas personas son asintomáticas del coronavirus o presentan cuadros leves, mientras que otras enferman de gravedad. "Hemos buscando la respuesta en los genes y hemos encontrado una fuerte asociación entre ciertas variantes genéticas en los cromosomas 3 y 9 y la gravedad de la enfermedad causada por el coronavirus", detalla. Se estudiaron cerca de 9 millones de variantes genéticas de muestras de ADN extraídas de la sangre de mil 610 pacientes contagiados que requerían apoyo mecánico para respirar durante el pico de la pandemia en España e Italia. Los resultados se compararon con un grupo de control de dos mil 205 controles sanos y así se identificó una mayor frecuencia de 26 variantes genéticas en los pacientes afectados por insuficiencia respiratoria a diferencia del grupo control no infectado, y 2 de ellas, en particular localizadas en el cromosoma 3 (rs11385942) y 9 (rs657152), mostraron una potente asociación con la gravedad. La variante genética del cromosoma 3 abarca una región de regulación de 6 genes que pueden tener funciones relevantes en la gravedad del COVID-19. Aunque los investigadores estiman que todavía es prematuro saber cuál de estos genes podría influenciar el curso de la infección, es bien sabido que el coronavirus se une a la proteína ACE2 en la superficie de las células para entrar en ellas. Uno de estos 6 genes implicados interacciona con la proteína ACE2 y la estabiliza. Además, otro de estos genes está relacionado con la respuesta inmunológica inflamatoria en los pulmones en respuesta a patógenos. La variante genética identificada en el cromosoma 3 era más frecuente en personas más jóvenes (media de 59 años), lo que explicaría en parte la gravedad de ciertos casos en este grupo de edad, destaca el documento publicado en la revista 'New England Journal of Medicine'.