Javier Favela / La Voz de Michoacán El gobernador de Michoacán implantó el sistema de rodearse de ahijados, protegidos y colaboradores sumisos y obedientes, absolutamente inútiles y mediocres, denunció el fundador José Tocavén Lavín hace 72 años, al aparecer el primer ejemplar de La Voz de Michoacán. Un sábado 19 de junio, pero de 1948, salía a las calles de Morelia un ejemplar de ocho páginas con un costo de 4 centavos. En la cabeza de su primera portada cuestionaba: ¿Fugaron a los ahorcados?, alimentando la inconformidad de la sociedad. La nota recuperaba un incidente ocurrido días antes, en el que los cadáveres de dos presuntos abigeos fueron hallados por los rumbos de San Nicolás Obispo, colgados de un árbol. El artículo exhibía la ausencia de pruebas para pensar en una venganza de los agraviados, y descubría un posible castigo ejemplar y preventivo de las autoridades para “sentar precedente” y desanimar a nuevos infractores. Era el fantasma de la “ley fuga”. Tocavén Lavín marcó la ruta: crear un órgano informativo que se contra pusiera a los diarios aduladores del régimen y que denunciara a los gobiernos que mercantilizan la opinión. El fundador expresó su repudio “a las empresas que se enriquecen traficando con las letras". Un año antes, en 1947, cuando el país se volcaba a las salas de cine para ver a Pedro Infante en “Nosotros los pobres”, en Michoacán, el gobernador José Mendoza Pardo era el centro de acusaciones de fraude electorales. Un grupo de periodistas y trabajadores del entonces “Heraldo de Michoacán”, comandados por José Tocavén Lavín, ideó fundar su propio medio impreso, cuyo nombre inicialmente iba a ser “Discusión” y cuya misión era hacer contrapeso a la corriente oficialista del “Sol de Michoacán”, publicación que por entonces dominaba la escena periodística. Desde el primer día, el fundador exhibió a “los cuates del gobernador” que ocupaban puestos del estado sin tener más merecimientos que la incondicionalidad. Desde el primer número existió la figura de Tocamal, y a los dos años siguientes Maquiavelo hizo su aparición. Al paso de los daños y en distintos momentos, en las páginas de La Voz se llegaron a juntas las discursivas de hombres con nombres como David Alfaro Siqueiros, el Dr. Atl, Manuel Buendía, Luis Calderón Vega y el propagador de las corrientes socialistas, Vicente Lombardo Toledano. Otros nombres emblemáticos que han escrito y colaborado son Tomás Rico Cano, Alfonso García Robles, Andrés Henestrosa, Catón y Felipe Calderón Hinojosa. Foto: Samuel Herrera Jr., La Voz de Michoacán. A partir de 1950, La Voz de Michoacán cambió su periodicidad a semanario, y ya para 1953 era un diario formal modificando también su lema al actual: “La Voz del pueblo hecha periódico”, el cual mantiene, aunque seguía de ocho páginas, con la misión de asumirse como un conjunto de líderes de opinión con responsabilidad social. El primer editorial, la primera columna política y la justificación del nombre del rotativo son palabras del fundador de La Voz de Michoacán. “Un periódico diario que sea un verdadero centro de opinión pública (...) para decir la verdad, exigir justicia y desenmascarar a los fariseos”. Desde entonces, La Voz se mantiene como el medio con mayor duración y continuidad. La hemeroteca da cuenta de ello, guardando siete décadas de la historia estatal. Sin embargo, el gran reto de este diario es que siga siendo vocero de las clases desprotegidas, de las necesidades, que sepa criticar a las autoridades. Foto: Samuel Herrera Jr., La Voz de Michoacán. Fue semanario Hace 72 años, un día como hoy, salió a la venta el primer número de La Voz de Michoacán. Comenzó como un semanario de 8 páginas, que ágilmente pasó a las ediciones inter diarias y, finalmente, cotidianas. El semanario compartía una herencia de la prensa mexicana decimonónica: la de ser trinchera para la difusión de las ideas para la discusión (o defensa en su caso) de determinado modelo ideal de país, de estado o de ciudad. Don José Tocavén, según los contemporáneos que le sobreviven, era vigoroso a la hora de defender una posición, de argumentar sobre un tema e incluso de casarse con determinada causa. Como reflejo de ese temperamento, el primer ejemplar de La Voz fue un periódico cuyos contenidos, vistos con juicios actuales, tenía 70 por ciento de opinión y 30 por ciento de información. Otras notas de esa primera edición denunciaban a inspectores municipales de conducta relajada, que no infraccionaban a establecimientos de bebidas embriagantes. En el marco de su XXI aniversario (1983), el Consejo de Administración aprobó la creación de la Presea José Tocavén Lavín para reconocer los méritos y los talentos de los michoacanos. Entre tensiones y distensiones políticas, La Voz siguió narrando, describiendo e interpretando los acontecimientos con coberturas periodísticas muy completas en torno al terremoto de 1985, la irrupción del Frente Democrático Nacional en las elecciones de 1988, la aparición del EZLN, la pérdida de la Presidencia para el PRI, el arribo del michoacano Felipe Calderón a Los Pinos, el auge y caída de los Caballeros Templarios, o el tsunami electoral del 2018. Hoy, esa Voz de denuncia cumple 72 años y aún retumba con todo el potencia de las plataformas multimedia.