Redacción / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Pese a que la dexametasona ha tenido resultados en pacientes con COVID-19, no es un medicamento que cure o prevenga esta enfermedad, por ello; la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM), exhorta a la ciudadanía a no usar este medicamento sin supervisión médica. De acuerdo con una investigación de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, se pudo constatar que las pruebas clínicas con dexametasona solo tienen efectividad en el tratamiento de pacientes graves intubados o que reciben oxígeno por COVID-19. Por lo que el uso de este medicamento sólo se hace dentro de los hospitales bajo estricta supervisión médica, de no ser así puede tener efectos secundarios con graves daños al organismo, por su mala implementación, señaló la SSM. Este medicamento podría evitar una de cada ocho muertes en pacientes que necesiten ventilación mecánica y una de cada 25 en aquellos que requieren oxígeno; sin embargo, no existe beneficio en pacientes que no requieren asistencia para respirar. Ante ello, la insistencia de las autoridades sanitarias, para evitar automedicarse o usar la dexametasona como un medicamento preventivo o curativo para contrarrestar el COVID-19. ¿Por qué la dexametasona? Dada su potencia antiinflamatoria, los corticoides son muy utilizados para el tratamiento de la COVID-19 en sus estadios más graves. Pero no hay que olvidar que suprimen el funcionamiento del sistema inmunológico, por lo que no se pueden emplear en las etapas iniciales de la enfermedad: solo son útiles en la etapa inflamatoria. La dexametasona se usa en estos pacientes para detener parte del daño producido cuando el sistema inmunológico se sobreactiva en esta tormenta de citoquinas, mientras el organismo intenta luchar contra el coronavirus. El uso de corticoides en pacientes COVID-19 positivos ya se ha planteado en protocolos de diferentes países. Sin embargo, aún no se ha estandarizado una dosis ni una pauta terapéutica concreta. De forma habitual se utiliza en dosis bajas y durante cortos periodos de tiempo, con el objetivo de minimizar el riesgo de efectos adversos. La dexametasona puede convertirse en el estándar de atención en este grupo concreto de pacientes de COVID-19 pues, además, es muy económica, su disponibilidad es absoluta y se puede usar de inmediato para salvar vidas en todo el mundo. Pero no se debe confundir el hecho de que este fármaco pueda ser prometedor para pacientes concretos con su uso generalizado en todos ellos, ni para tratar o prevenir esta enfermedad. El empleo de corticoides sin control médico es sumamente peligroso, debido al desarrollo de efectos adversos graves, como la inmunosupresión y la insuficiencia adrenal aguda por la supresión brusca del tratamiento.