Agencias / La Voz de Michoacán El tuit de Laura Martínez que muestra en un video una forma súperestilizada de cantar el himno nacional mexicano se ha vuelto viral: Las reacciones van desde la risa hasta la sensibilidad por no cantarse en la forma correcta. ¿Qué olvida Laura cuando se pregunta si los mexicanos podrían entonar su himno como los estadounidenses, libremente? ¿Su pregunta sugiere que los símbolos mexicanos se estampen en las gorras, playeras o ropa interior? …¿Es deseable, sería bueno? UN RASGO DE IDENTIDAD NACIONAL Los símbolos patrios nacionales de México según establece la ley son 3: el escudo, la bandera y el himno. 3 y solo 3. Es decir, el territorio por ejemplo no es un símbolo patrio nacional, aunque se le llame suelo patrio. Escudo, bandera e himno tienen una forma oficial y no puede ser alterada. El Estado ha desarrollado una serie de acciones para que aquella ley aterrice en el alma de los mexicanos desde escolares. Así, hay apertura y cierre de jornada en los medios electrónicos con el himno nacional, hay concursos de interpretación, hay ceremonias cívicas u honores a la bandera… (que dada la necesidad de guardar sana distancia dejarán de efectuarse, lo que va a causar, sin duda, quebranto en un ya debilitado civismo). Más allá de lo formal y que la norma obligue, por supuesto que todo mundo entiende que eso es de forma, y que el fondo está en trabajar cada quien desde su espacio en labrar un mejor país. Es decir: nadie piensa que para ser buen mexicano hay que traer en el vidrio de su auto el escudo nacional. Tampoco nadie piensa que hay que respetar el himno porque si no hay penalización, pero el mito de que Dámaso Pérez Prado fue expulsado del país por un arreglo libre de las notas nacionales pesa sobre el que lo intente. Nuestra memoria de Pérez Prado (músico nacido en Cuba que deleitó largos y felices años a su segunda patria, México) le atribuye querer tocar el himno a ritmo de su mambo. Falso. Tampoco fue una venganza del entonces presidente mexicano Miguel Alemán por el rumor de que el músico pretendía apartar de él –de Alemán- a la vedette Leonora Amar. La suerte de deportación, que sí la hubo, fue maquinación vengativa de un empresario porque Pérez Prado firmara contrato con otro. La ley enumera como faltas contra los símbolos nacionales desacato o falta de respeto, ultraje y uso indebido. No entra a especificar en qué consistan. Las penas son económicas o de arresto por 36 horas o hasta un año. https://twitter.com/miblogestublog/status/1283120662593318914 Si en algo ha tenido éxito el neoliberalismo es en desdibujar, en aras de la globalidad, las conciencias nacionales. Esa conciencia tiene representaciones físicas, como son los símbolos patrios, que la tradición –que no los conservadores- se esforzó en inculcarnos. Entonces, tomar como si se tratara de cualquier cosa y no del emblema de una nación el himno mexicano para entonarlo como se ve en el video viral, es alterarlo y por lo mismo faltar a la ley. Que haya sanción o no ya es cosa de las autoridades competentes, pero en términos de civismo es por lo menos una muestra de pésimo gusto. https://twitter.com/kalycho/status/1283135959291355142 CURIOSIDADES -Es toda una historia la génesis del himno y sus personajes. Por ejemplo: la letra dice “en sus centros” (“y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón”), por mucho que a las mentes lógicas se les haga absurdo que la tierra en vez de uno tenga varios centros. En 1922 se fijó “centros” y no “antros” que es como al parecer escribió González Bocanegra en el sentido número uno del diccionario, es decir cavernas, cuevas, grutas: que hasta allá retemblara la tierra, vamos. … Y en cuanto a sus personajes, al compositor Jaime Nunó no le duró el premio: camino a Veracruz le robaron los 300 pesos. --Los maestros de ceremonias de antes invitaban al respetable público a entonar nuestro “glorioso” himno nacional mexicano. Glo-rio-so, ¡oh tiempos! En cambio, en las ceremonias de ahora, es recordada la ocasión en que a “Coque” Muñiz se le olvidó el himno, lo que le representó una amonestación y multa por mil pesos de los de aquel 1989.