Maricruz Ríos / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Una caída de 12.5 por ciento presenta la extracción de fierro en la entidad durante los primeros cinco meses del año, en comparación con el mismo periodo de 2019. Las cifras dadas a conocer por el INEGI a través de su Banco de Información Económica (BIE) muestran también una caída del sector en cuanto a la producción de pellets en Michoacán, que ronda casi el 16 por ciento. A pesar del decremento, Michoacán escaló una posición en el ranking nacional y se coloca hasta el cierre de mayo en la segunda posición. Cabe destacar que los resultados de los últimos dos meses se encuentran en carácter de “preliminares”. De acuerdo con el último corte informativo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los volúmenes de extracción en abril y mayo fueron superiores a los de febrero y marzo, no obstante, se denota una disminución generalizada en la actividad en lo que va del año, la cual no estaría necesariamente asociado a la pandemia de coronavirus ni a las medidas de aislamiento obligatorio, sino que forma parte de los altibajos que ha manifestado el sector en los últimos diez años. En lo que va del 2020, fue precisamente mayo el mes con mayor extracción registrada, prácticamente 210 mil toneladas, que ayudan a reponer ligeramente el indicador y posicionar a Michoacán en segundo lugar en el acumulado anual, únicamente por detrás de Colima, que suma un millón 94 mil toneladas. Coahuila es la entidad que más ha descendido en este año y su sector minero si fue trastocado por las diversas medidas en la contingencia sanitaria; suma de momento 903 mil toneladas. En el caso de Michoacán destaca también que se presentó una reducción en la producción de pellets de la industria de la transformación del fierro. INEGI señala una caída del 15.7 por ciento en este aglomerado de metal que se produce en la siderúrgica ArcelorMittal. Las esferas, cuya presentación principal es de entre 9 y 16 milímetros, se transforma en Lázaro Cárdenas y de ahí el material es transportado vía tren a otros sectores industriales, principalmente en el norte del país. Especialistas en materia económica y autoridades estatales han destacado la necesidad de detonar el sector minero en Michoacán, y la mejor forma de hacerlo sería trayendo nuevas inversiones en materia de industria de la transformación que permitan al estado llevar más productos con valor agregado y no ser únicamente una región extractora. No obstante, el sector minero es de especial relevancia en la entidad actualmente, sin contar los casi 58 mil empleos directos e indirectos que detona la acerera ArcelorMittal, este rubro da trabajo a 6 mil 700 personas en plazas directas. Ubicado históricamente como el tercer máximo productor de fierro del país, su volumen anual de extracción suele rondar los 2 millones y medio de toneladas cada año. Las minas michoacanas abastecen, entonces el 12 por ciento del fierro que se usa y comercializa en todo el país. Las empresas con mayor actividad en la minería son Ternium y, precisamente, ArcelorMittal, dedicadas a la extracción de fierro en los municipios de Aquila y Lázaro Cárdenas. Relanzan Fondo Minero para concretar obras sociales y urbanas Para continuar con la ejecución de obras de impacto social en la entidad, en julio quedó instalado el Comité de Desarrollo Regional para las Zonas Mineras en Michoacán, que se encargará de ejercer los recursos del Fondo Minero. El Fondo Minero se conforma con los recursos que aportan las empresas por concepto de pago de derechos por actividades mineras. El 70 por ciento de los recursos recaudados se destina al fondo, que, a su vez se reparte en dos tercios a los municipios mineros, y el tercio restante, al Gobierno del Estado. Los receptores de estos recursos reciben lo correspondiente a la parte proporcional del valor de su producción. Cabe señalar que hasta el año 2018, el Fondo Minero era operado por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu); a partir de la actual administración federal, pasó a estar a cargo de la Secretaría de Economía, lo que implicó una serie de ajustes normativos.
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