Maricruz Rios / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Jóvenes Construyendo el futuro terminó el ciclo de inscripción 2020 en Michoacán con un total de 28 mil 920 personas vinculadas a un centro de trabajo, lo que representa prácticamente la mitad de lo alcanzado un año antes y nuevamente por debajo de las metas establecidas. El programa ha sido fuertemente señalado incluso por las fracciones morenitas en las cámaras legislativas de no tener verdaderos mecanismos de auditoría interna y facilitar un esquema de contratación tipo ‘outsourcing’. El objetivo con esta ‘nueva camada’ es apoyar a los negocios en la reactivación económica, al poder solicitar el apoyo de un joven empleado cuyo sueldo pagará el Gobierno de la República. En cuestión de metas, el ambicioso programa federal pretendía colocar a unos 70 mil jóvenes en Michoacán durante 2019, y una cantidad cercana a los 50 mil para su edición 2020, que ya contaba con varios ajustes y recortes ante los resultados y la polémica generada su primer año de funcionamiento. A esto habría que agregarle un complejo contexto de pandemia y contingencia sanitaria, que acotaron la operatividad de las oficinas y dependencias federales en Michoacán, en tanto que desde las empresas privilegiaron otro tipo de preocupaciones, como lo era mantener lo más posible a su personal vigente, así como de puertas abiertas y funcionales dentro de los márgenes establecidos por las propias autoridades. Foto: Cortesía. Más mujeres vinculadas De acuerdo con las cifras oficiales dadas a conocer por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, en Michoacán se pudieron anotar y vincular 28 mil 910 personas al programa Jóvenes Construyendo el Futuro en 2020. El 58.5 por ciento de las personas vinculadas laboralmente corresponden al sector de mujeres, mientras que el 41.5 por ciento fue hombres. La autoridad asegura que el objeto es que los jóvenes adquieran experiencia, habilidades y, sobre todo, que conozcan los medios de producción en los cuales se pueden desenvolver de acuerdo a sus aptitudes. Por lo anterior, uno de los principales puntos que se vigila es que las empresas no despidan a trabajadores de planta para optar dar espacios a los jóvenes de los programas. Es Morelia, la ciudad que concentra la mayor cantidad de becarios del programa, con más de 3 mil 800 beneficiarios, seguida por Lázaro Cárdenas, Apatzingán, Zitácuaro y Uruapan respectivamente. En total fueron 26 mil 221 centros de trabajo los que se enlistaron, lo que quiere decir que hay varios con más de un joven apoyando. La oferta final quedó en 97 mil 966 vacantes, es decir, hubo mucha más oferta que demanda en esta ocasión. De acuerdo con la STPS, el 28.5 por ciento de los jóvenes fue listado en empresas o negocios donde apoyarán en labores de ventas y comercios, que puede ir desde apoyar en una tiendita hasta vendedor de mostrado, una de las dinámicas que se criticó, pues el programa fue constituido para detonar las habilidades profesionales de las personas o aprender un oficio que incluso les permitiera poner su propio negocio. En el caso de Michoacán, la delegación de la Secretaría del Bienestar, que encabeza Roberto Pantoja Arzola, destacó que el programa se reorientará ahora para apoyar a las empresas que no pueden contratar nuevos trabajadores y buscan de los mismos para la reactivación económica. Según Roberto Pantoja Arzola el programa se ha mantenido operando pese a la pandemia y “no tiene interrupción ni suspensión”. En entrevista pasada con La Voz de Michoacán declaró que “el joven que está vinculado a alguna empresa o taller continúa corriendo de manera normal el programa”. “Vamos a priorizar, ahora que se normalice, el incorporar y vincular jóvenes becarios de este programa a pequeñas medianas empresas que se han visto afectadas. Incluso empresas no tan medianas. Hemos sostenido reuniones con el Consejo Coordinador Empresarial”, expuso.