Redacción / La Voz de Michoacán Lisboa, Portugal. El choque empezó con ritmo y con una ocasión de oro para el Lyon en las botas de Memphis Depay. El holandés no acertó en el uno contra uno frente a Neuer, pero metió el susto en el cuerpo al Bayern. Los bávaros querían controlar el juego, pero cada recuperación del OL terminaba en el área germana en tres o cuatro pases rápidos y muy directos. Tanto peligro llevaban los franceses que Ekambi mandó un balón al palo justo antes de la contundente respuesta de Gnabry, que cortó hacia el centro desde la derecha para desplegar un zurdazo inapelable que estrenó el marcador de la semifinal en el minuto 18. Con el gol, el Bayern bajó las pulsaciones al partido y controló el balón de forma más eficaz. El plan de partido había cambiado, el Lyon ya no podía limitarse a esperar. Y los de Flick aprovecharon el momento de dudas de su rival para hacer el 2-0 con otro remate de Gnabry tras quedar el balón suelto sobre la línea tras un remate fallado por Lewandowski. Llegó el descanso con dos goles de renta para los de Múnich, y el guión del duelo no cambió en exceso en la reanudación. El Bayern seguía enchufado, Gnabry seguía enchufado y el Lyon no encontraba la forma de hacerle daño al campeón alemán. La entrada de Dembélé fue la llamada a la épica de Rudi Garcia, pero el reto era mayúsculo hasta para el prolífico delantero francés. Ekambi tuvo en sus botas una buena ocasión para recortar distancias a la hora de partido, pero Neuer demostró su estatus con una parada de mérito. La recta final del choque nos dejó a un Lyon volcado totalmente al ataque, con Reine-Adélaïde y Cherki en el campo para dar todavía más opciones ofensivas al equipo francés. Pero el Bayern no dejó escapar la presa, amplió su ventaja con un gol de cabeza de Lewandowski al borde del pitido final y el domingo buscará ante el Paris Saint-Germain ser campeón de Europa por sexta vez.