Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Hay tensión en los centros penitenciarios de Michoacán por contagios de COVID-19, luego de que al menos 3 internos fueron aislados y puestos en observación médica por haber dado positivo a las pruebas al SARS-Cov-2. Asimismo, el personal de centros penitenciarios que estuvo en contacto fue puestos en vigilancia epidemiológica. Los contagios registrados se encuentran, uno, en el Cereso David Franco Rodríguez, otro en el de Alto Impacto, los dos en Mil Cumbres, y uno más en el de Sahuayo. A casi 6 meses de que se tomaron las medidas para restringir el acceso a las visitas y otros mecanismos de prevención para evitar brotes al interior de las prisiones, los primeros casos se empezaron a materializar. Información de la Coordinación de Centros Penitenciarios revela que fue desde la semana pasada en que se detectaron los casos. En paralelo al aislamiento, el resto de los custodios e internos de los tres centros penitenciaros aún están a la espera de revisión de síntomas y posibles pruebas de COVID-19 para descartar riesgos. Mientras crece la tensión por los contagios y las medidas se endurecen en las tres prisiones antes mencionadas, los centros penitenciarios de Zamora, Uruapan, La Piedad, Lázaro Cárdenas, Zitácuaro, Apatzingán, Tacámbaro y Maravatío, así como la Unidad Especializada Adolescentes y Adultos Jóvenes, continúan libres del virus y no hay casos sospechosos. Entre las medidas que destacan las autoridades penitenciarias del estado, cuando se da el ingreso de un nuevo interno, debe cumplir con un periodo de cuarentena y aislamiento obligatorio antes de ser integrado con el resto de los reclusos. Asimismo, se señala un incremento y mejora en la dieta de las más de 4 mil personas privadas de la libertan que existen en Michoacán. La Secretaría de Gobierno y la Coordinación de Centros Penitenciaros del Estado de Michoacán aclararon que las visitas se mantendrán suspendidas de manera indefinida. A casi medio año de que se restringieron los encuentros con familiares, la apuesta de la autoridad estatal sigue siendo la de permitir las video llamadas programadas a través de sistemas operados por las mismas prisiones. Si bien a nivel nacional algunos centros penitenciarios han reanudado con apego a protocolos las visitas de familiares, a nivel local la determinación de la coordinación de las prisiones es que se mantendrá la suspensión de las visitas hasta nuevo aviso. La Comisión Estatal de los Derechos Humanos han manifestado su preocupación en torno a las condiciones en las que viven miles de presos en el estado. La evaluación de las prisiones presentada en abril de este año, calificó con un 7.14 en promedio en los 11 Centros de Readaptación Social, y en donde se advierte que las condiciones siguen empeorando en prácticamente todos los rubros respecto a los análisis realizados por la CEDH en otros años. Hasta el inicio de la pandemia, la ausencia de sistemas de atención médica y enfermería básica en las prisiones fue de los principales señalamientos de la CEDH a las 11 prisiones del estado, por lo que incluso se iniciaron procesos de revisión a las condiciones de posible hacinamiento en todos los espacios. Contagios en prisiones, inevitables Durante meses, Michoacán se mantuvo entre los pocos estados de la República que no presentaron brotes de contagio y que aún se mantienen sin víctimas mortales del COVID-19 al interior de sus centros penitenciarios. Los informes revelan que hasta el 1 de septiembre, se tienen contabilizados 2 mil 234 contagios en las prisiones de nuestro país, de los cuales 198 perdieron la vida por complicaciones relacionadas a la enfermedad. Los conflictos en las prisiones también se han manifestado por las medidas sanitarias y de bloqueo de la enfermedad implementada. Hasta 3 riñas internas se registraron en Tabasco, Estado de México y Chiapas debido a la prohibición de las visitas en sus distintas modalidades. En el estado de Michoacán únicamente se han registrado u par de manifestaciones de informidad que al ser atendidas a través del diálogo con autoridades penitenciarias optaron por desactivarse antes de que generaran un conflicto interno.