Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El arzobispo de la Arquidiócesis de Morelia, Carlos Garfias Merlos, expresó su “tristeza y consternación” por las recientes muertes de la enfermera Xitlali Elizabeth Ballesteros y la docente Jessica González Villaseñor, a cuyos casos se refirió como “un ultraje vergonzoso a la dignidad humana” y advirtió que hablar de perdón resulta sumamente difícil en el caso de esta última joven debido al dolor y al enojo que aún impera sobre el hecho. “El día que apareció Jessica, yo estaba en un programa en transmisión y mencionaba que en estas circunstancias es muy difícil hablar del perdón, cuando está el dolor exacerbado y el enojo a su grado máximo, cuando está la rabia y las ganas de venganza, hablar del perdón es muy difícil; con un proceso de acompañamiento psicosocial y espiritual se va logrando tener la recuperación interior”, expresó el líder religioso en conferencia de prensa este sábado. Sobre esa línea, recalcó que las autoridades civiles y las instancias religiosas enfrentan diferentes responsabilidades en este caso, en tanto que la primera de ellas debe buscar la verdad y la justicia, mientras que a la Iglesia le corresponde ofrecer acompañamiento a las victimas e incluso está obligada a darle el “perdón” al responsable de los hechos si es que éste así lo solicita. “Todo mundo piensa que, si castigan al culpable, con eso se sana a la víctima; y no es cierto. Tenemos que aprender a acompañar psicosocialmente. Hay que investigar hasta las últimas consecuencias y quien salga culpable, que sea castigado como lo indica la ley. Es verdad y justicia, pero eso le toca a la autoridad civil. A nosotros como Iglesia nos toca ofrecer el acompañamiento psicosocial. A mí no me toca perseguir al delincuente y castigarlo; es más, si aparece y pide perdón, yo tengo que atenderlo y ofrecerle el perdón que la Iglesia ofrece”. Al inicio de su mensaje a medios, el líder religioso lamentó los recientes hechos de violencia contra la mujer, que se han exacerbado durante las últimas dos semanas en la capital michoacana. “Con profunda tristeza y consternación, la Iglesia de Morelia se une al dolor de las familias de Jessica González Villaseñor, Licenciada en Educación de 21 años y que fue cruelmente ultrajada y asesinada; y de Xitlali Elizabeth Ballesteros Heredia, enfermera de profesión. Nos duelen estos actos de violencia, en especial los que se cometen contra las mujeres”. Alarmante, aumento de muertes de mujeres Al ahondar en este tema, el arzobispo consideró como “alarmante” el aumento a la violencia contra las mujeres que ha resultado en los recientes feminicidios. “La violencia contra la mujer constituye un ultraje vergonzoso a la dignidad humana y una grave violación de los derechos humanos fundamentales. El alarmante aumento de la muerte de mujeres por violencia de género se ha convertido en un problema de seguridad, político, social y sobre todo familiar”. No obstante, afirmó que dicha problemática “no es de hoy” sino que se trata de un fenómeno cultural antiguo, que debe enfrentarse desde los diferentes frentes sociales. Precisó que desde la Arquidiócesis de Morelia se han implementado los Grupos de Autoayuda para Mujeres (GAM) y también se mantiene activo el Refugio Santa Fe, para mujeres víctimas de violencia. De acuerdo con información de la Arquidiócesis, se han activado tres Grupos de Autoayuda para Mujeres dentro de los Centros de Escucha ya establecidos en Morelia los cuales suman a entre 15 y 20 mujeres cada uno de ellos, en tanto que se sigue el proceso para implementarlos en el interior del estado. Mientras que en el caso de del Refugio Santa Fe, se cuentan con una presencia de entre 15 y 20 mujeres víctimas de la violencia, quienes son recibidas junto con sus hijos. Según se detalló, en dichos grupos se han recibido mayormente caso de violencia intrafamiliar y se estima que los hechos de mayor violencia no se han presentado en estos contextos debido a que las víctimas no se han decidido a denunciar. Por el contrario, en el Refugio Santa Fe se reciben únicamente casos de violencia de alto impacto y se considera que al sumar a 15 o 20 mujeres el sitio se encuentra prácticamente lleno, debido a que son familias casi completas las que tienen que resguardarse ahí.