Imágenes nuestras | Estatua en Acueducto de Morelia, un polémico monumento

El reconocido acueducto de Morelia fue construido hacia finales del siglo XVIII y, según los datos histórico, fue el propio Fray Francisco Antonio de San Miguel Iglesia Cajiga quien proporcionó los recursos para dar inicio con la ambiciosa obra.

Foto: Víctor Ramírez.

Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán

Al hablar del antiguo Acueducto de Morelia, normalmente se piensa en sus 253 arcos de cantera rosa, sus dos cajas de agua, así como de su alto canal que antes transportaba agua para la ciudad y que hoy es iluminada de noche en esta icónica parte de la capital; sin embargo, en fechas recientes, hablar de este elemento también es hacer referencia al Monumento a Fray Antonio de San Miguel, que ha sido motivo de una reciente controversia.

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El reconocido acueducto de Morelia fue construido hacia finales del siglo XVIII y, según los datos histórico, fue el propio Fray Francisco Antonio de San Miguel Iglesia Cajiga quien proporcionó los recursos para dar inicio con la ambiciosa obra. Al día de hoy, este personaje se ubica en un conjunto escultórico ubicado al inicio del acueducto, el cual es conocido con su nombre o como “Monumento a los Constructores”.

En la biografía de este personaje, se señala que nació en España en 1724, quedó huérfano y se ordenó como monje jerónimo. En 1783, fue elegido como obispo de la diócesis de Michoacán y enfrentó la crisis agrícola llamada el “Hambre gorda”. Fue durante este periodo entre 1785 y 1786, que el obispo mandó a construir la calzada que hoy lleva a su nombre, así como el acueducto de la ciudad, además de implementar métodos agrícolas para salir de esta crisis.

Se estima que, a diferencia de los siglos que suma el Acueducto de Morelia, el Monumento a los Constructores animante ha cumplido 25 años en pie, ya que en el lugar también se exhibe una placa firmada en 1995 con el mensaje: “A los constructores de la ciudad. Los habitantes de la ciudad de Morelia erigen, llenos de gratitud y orgullo, este monumento dedicado a la memoria de los constructores de Guayangareo-Valladolid- Morelia, monumental y hermosa urbe, urdimbre de piedra y cultura, que hemos heredado y a la que su más preclaro hijo José María Morelos, la llamara “El Jardín de la nueva España”.

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La escena plasmada en el monumento  muestra a dos personajes de rasgos indígenas realizando labores de construcción, mientras que Fray Antonio asume una actitud de dirección detrás de ellos. En los últimos años, ha sido motivo de manifestaciones de grupos indígenas, así como de una petición abierta en el sitio Change.org y solicitudes directas de su retiro, bajo el argumento de que el conjunto hace apología de la esclavitud.

Dicha estatua representa varios temas que son vigentes hasta el día de hoy, genocidio, violación de los derechos humanos, racismo, explotación y los privilegios de una clase con trato infrahumano sobre la otra. Globalmente este tipo de iconografías están siendo cuestionadas como parte del paisaje urbano”.

“La escultura a la que hacemos referencia muestra la explotación y abuso por parte del clero y los invasores-colonizadores occidentales impuesta a los hombres y mujeres originarios, culturas preexistentes, negadas hasta el día de hoy. En este sentido pedimos que este emblema de racismo y colonialidad sea removido del espacio público; por representar una ofensa a la multiculturalidad actual”, se expresa en la solicitud de Change.org que suma 1 mil 200 firmas hasta inicios de octubre de este 2020.

Las reiteradas manifestaciones para retirar el monumento han causado una discusión entre sectores con versiones contrarias, ya que algunas voces han apuntado que la obra no tiene un objetivo racista y, por el contrario, Fray Antonio de San Miguel cumplió un importante papel en la reactivación de la economía de la antigua Valladolid durante el siglo XVIII.

Las solicitudes para retirar al monumento se dan en medio de una tendencia internacional de movimiento en contra del racismo y que busca tener efectos en el paisaje público. La petición de Change.org, firmada por el colectivo “Arte y Resistencia”, indica que no buscarían causar un daño al sitio y en cambio proponen que se traslade a un museo donde se hable del mismo, pero también de la razón de su retiro.

“En muchas latitudes del planeta estas esculturas están siendo destruidas, intervenidas o vandalizadas por la población, nosotros como creadores obviamente no creemos que es necesario llegar a eso. La pieza es reflejo de un contexto histórico, y bien podría ser tan solo removida a un museo donde se hable de las aportaciones de Fray Antonio, pero donde se hable también de la escena que representa y porque fue removida del espacio público como momento histórico”.