Redacción / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Jessica González Villaseñor cumpliría este miércoles 22 años de edad. Celebraría este día en compañía de su familia y amigos. Pero alguien le quitó ese derecho. Hoy ella ya no está, pero su recuerdo permanece no solo en las personas que la conocieron, sino en todos aquellos que supieron de su historia y que se llenaron de dolor e indignación. La joven maestra fue encontrada sin vida el pasado 25 de septiembre, tras cinco días de estar desaparecida. Fue asesinada. Hoy un joven de 18 años enfrenta la justicia acusado de su feminicidio. El caso de Jessica cimbró a Michoacán. No solo su familia y amigos salieron a las calles a exigir justicia por su muerte: cientos abanderaron la causa e hicieron propia su historia, con una misma consigna: Ni una menos. Foto: Facebook. Jessica recién se había graduado como profesora y estaba lista para comenzar su vida profesional al lado de sus alumnos. “Un día comentaste que tú estabas feliz de ser maestra, y que sabías que con tu profesión podrías cambiar al mundo. Y lo lograste hermosa, eres y serás inolvidable por lo que tu partida significó para muchas personas”, compartió este día uno de sus hermanos en redes sociales. El feminicidio de Jessica motivó varias marchas en las que participaron colectivos feministas, amigos, familiares, conocidos y también desconocidos, todos aquellos a quienes su muerte dolió y movió algo. La exigencia no termina. Su presunto feminicida, quien también habría abusado de ella, de acuerdo con la causa penal 1404/2020, fue vinculado a proceso y permanece en prisión mientras se realizan las investigaciones del caso y el juez dicta sentencia. Tras la muerte de Jessica comenzó la búsqueda de Diego N., principal señalado de su muerte. Fue encontrado en un hotel de Jalisco y después fue presentado ante las autoridades en Michoacán. El 1 de octubre se celebró la audiencia pública en la Sala 4 del Poder Judicial de Michoacán, donde el juez Fernando Hernández consideró que existen los datos suficientes para suponer la participación de Diego en la muerte de Jessica, por lo cual dio luz verde para que comenzara la investigación y vinculó al joven a proceso por el delito de feminicidio. La defensa de Diego buscó que no se imputara el delito de feminicidio, con la finalidad de reducir la sentencia, bajo el argumento de que la víctima y Diego previamente habían sostenido encuentros consensuados, sin embargo, dadas las condiciones del crimen el juez imputó feminicidio.
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