CUARTO PODER | Gobernar al estilo AMLO

Se conocía que, desde el primero de diciembre de 2018, el llamado Estado Mayor Presidencial desaparecería y la argumentación presidencial fue que no lo necesitaba.

Etelberto Cruz Loeza

En su más reciente visita al estado de Tamaulipas, y acompañado del gobernador de ese estado, llamó la atención de algunas personas e instituciones que el titular del Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador, pese al calor que obligó a casi todos los integrantes de las comitivas de los 2 ejecutivos, vestir camisa de manga corta, salvo el presidente de la República, quien se veía con un abrigo grueso y con cuello cerrado. Atrajo la atención y ya.

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Mas, sí hubo quien conocía la razón, y la compartió: chaleco de protección anti balas, -- de capas-placas de cerámica. ¡Casi lo último en protección individual!

¡Carajo! De las poquísimas ocasiones que, en relación a la protección de nuestro presidente de la República, se habla de su protección individual.

Se conocía que desde el primer día del inicio de su administración el 1° de diciembre de 2018, el llamado Estado Mayor Presidencial, la institución para o supra militar que cubría, amplia e históricamente, esas funciones, desaparecería y la argumentación presidencial fue que no la necesitaba, pues el pueblo lo protegía, mas se sabe que no es así, que la realidad es otra, que le manda y, además, la debe obedecer.

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¿La razón? Se puede especular: la desconfianza. Sucesos históricos - locales e internacionales – indican que la inmensa mayoría de los atentados, y de los magnicidas, surgen de las filas de los guardias de corporaciones. Nacionalmente está el atentado contra Don Luis Donaldo Colosio Murrieta, en la colonia Lomas Taurinas, el 23 de marzo, de 1994, a las 17:12 horas. La especulación ahí está enmarcada en las sombras de la sospecha: ¿Estado Mayor Presidencial, asesino solitario, complot de la mafia?, pero la protección era responsabilidad del Estado Mayor Presidencial, particularmente de Domiro García Reyes, que terminó relegado y casi olvidado.

Lo evidente es que, por primera ocasión, se muestra a todos que el titular de nuestro Ejecutivo Federal teme por su vida, lo cual es legítimo. Téngase presente que en varias ocasiones él se ha referido a un Golpe de Estado en su contra.

Y por ciertos discursos y rumores que bajan de los palacios del poder se habla de halcones y de palomas.

Y, si se llegó a pensar que la decisión de la desaparición del Estado Mayor Presidencial era un capricho, sí tiene razón de ser. No era, ni es capricho de su estilo personal de gobernar. ¿Cuánto costó, y cuesta, desaparecer el Estado Mayor Presidencial? Reque importa la seguridad

Lo que sí lo es, es la creación de la oficina presidencial para fomentar el béisbol – que tiene millonario presupuesto para promocionar o fomentar la práctica del béisbol… Ahora que hubo furor contra los fideicomisos para ahorrar dinero, ¿por qué razón no desaparecieron esa dependencia?

Es capricho presidencial, como, también lo es, – y hasta demagógico -, esa entidad administrativa y de su propia creación, dizque para devolver al pueblo lo robado… ¡que resultó un nido de corrupción y ladrones! ¡Pierde dinero, además, en lugar de recuperarlo!

Pocos escritores mexicanos se refieren a ese modo muy individual y personalizado de gobernar; entre ellos Daniel Cosío Villegas – el Sistema Político Mexicano y Estilo Personal de Gobernar -, Luis Spota – la llamada Costumbre del Poder - y José Elías Romero Apis – El Jefe de la Banda – y Sara Sefchovich, entre ellas, La Suerte de la Consorte -.

El maestro Don Daniel Cosío Villegas señala en sus libros citados hecho que es totalmente cierto: la debilidad de la tradición y de las instituciones que permite al hombre, al individuo desoírlas y hasta desafiarlas.

El Gral. Carlos Gaytán Ochoa – en retiro- afirma: Es también una verdad inocultable, que los frágiles mecanismos de contrapeso existentes, han permitido un fortalecimiento del Ejecutivo, que viene propiciando decisiones estratégicas que no han convencido a todo, para decirlo con suavidad.

Confirma el juicio de Don Daniel Cosío Villegas - de hace, de hecho, 50 años.

También es un capricho el no uso, intento de vender el TP 01- avión presidencial – que está saliendo más caro que si estuviera en uso, pero es su muy especial capricho de su muy estilo personal de gobernar, lo mismo que la conversión de la residencia oficial Los Pinos ¡En museo!

¿Cuándo un capricho del estilo personal de gobernar, es política pública, como el no uso del cubrebocas? ¡Para sabio, Salomón! Contra la recomendación de la ciencia, de la realidad, contra todo, no lo usa, no se lo pone. ¡Y los miles de imitadores, generadores de eslabones de contagios, que esa necia actitud causa! Muy su gusto ¿Y qué?

A ver, ¡alégale al umpire!