Agencias / La Voz de Michoacán Ciudad de México. Una encuesta realizada en el país, ahora que el tema de la pandemia del coronavirus se encuentra al rojo vivo, dejó ver que la mayoría de los mexicanos desconfían de los servicios de salud públicos y prefieren los privados, sólo que muchos de ellos argumentan que sería imposible pagarlos. Y un ejemplo de lo anterior es el caso de la señora Cleotilde, una mujer de 87 años de edad, que pese a contar con seguridad social, sus hijos prefirieron contratar doctores particulares y rentar equipo médico para que sea atendida en su casa y en su cama, debido a varios padecimientos que enfrenta y por lo cual su familia ha gastado más de cien mil pesos. Su familia decidió que es preferible pagar servicios particulares, principalmente porque a Cleotilde le da desconfianza que la lleven a atenderse en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dependencia de salud de la que es derechohabiente. Foto: Twitter. Desde hace aproximadamente tres años la señora Cleotilde vive con problemas de salud relacionados con dolores crónicos que afectan sus nervios y con heridas que aparecen en su cuerpo a causa de que ha perdido la movilidad en la parte inferior del cuerpo. De acuerdo con su hija Guadalupe, cuando aparecen los fuertes dolores o se enferma del estómago o la garganta, la mayoría de las veces recurren a un médico con consultorio propio en la misma colonia del pueblo de Xochimilco, donde viven. Para atender las heridas que le salen en el cuerpo debido a la poca movilidad que tiene, deben buscar médicos especialistas, que son más caros. Ahora, con la pandemia de COVID-19, para no exponer a Cleotilde, la familia paga para que los médicos acudan a su domicilio para las revisiones, por lo que los honorarios se incrementan a 300 pesos por una consulta general, y hasta mil 500 pesos cuando se trata de la visita del especialista, más los medicamentos que deben suministrarle. “Llevamos más de 100 mil pesos invertidos, pero tuvimos que recurrir a los servicios particulares porque el hecho de decirle a mi mamá que la íbamos a llevar al Seguro le daba pánico, por la experiencia que vivió con su esposo, que se atendió en sus últimos años en servicios públicos, pero ya enfermo no pasó mucho tiempo internado cuando falleció”, cuenta Guadalupe. Para la mayoría de las familias en México resulta difícil cubrir los gastos de atención a la salud en servicios particulares, aunque en caso de enfermar dicen preferir ser atendidos en servicios de paga, más aún en un momento de contingencia sanitaria como la pandemia de COVID. Según la *Encuesta de Acceso a la Salud y Estado de Derecho en el marco del COVID-19 del World Justice Project, el 70.7% de las personas en México señalan que sería muy difícil o algo difícil cubrir los gastos de un médico u hospital privado. En el caso de los consultorios adyacentes a farmacia, otra modalidad de estos servicios de paga, solo el 34.7% consideró que tendría dificultades para pagarlo. A estas dificultades se suma que la pandemia de COVID-19 y los cambios sociales resultado de la misma han impactado de manera desigual en la vida de las personas, principalmente en el ámbito de la salud. De acuerdo con World Justice Project, la crisis de salud pública se suma a los retos existentes en materia de Estado de Derecho en México, que debería contribuir a la erradicación de las causas estructurales que subyacen en las prácticas discriminatorias y desigualdad en los servicios públicos. Algo que actualmente no sucede. En el caso de la familia de Cleotilde, pese a las dificultades que representa pagar tanto, Guadalupe dice que la inversión en la salud de su madre vale la pena, porque en casa tiene “los cuidados que en el Seguro Social no le van a dar”. Con información de Animal Político.