REPORTAJE| A 110 años de Revolución Mexicana, la tierra no es de quien la trabaja

Agricultores que anteriormente tenían tierras heredadas por sus familias, desde hace poco más de 20 años vieron llegar a grandes empresas productoras y exportadoras, quienes con cantidades importantes de dinero comenzaron a comprar las tierras

Foto: La Voz de Michoacán.

Arturo Molina , Juan Bustos / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. A 110 años del estallido de la Revolución Mexicana, en Michoacán la política agraria ha comenzado un lento pero marcado proceso de retroceso; las economías latifundistas en regiones del estado se han vuelto a consolidar a expensas del bienestar de los agricultores y el desplazamiento de los ejidatarios, según señalan campesinos, mientras especialistas piden la revisión de la narrativa y sus mitos, para entender mucho de los fenómenos actuales.

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El grupo que triunfó tras un amplio proceso de conflictos y polarización, en cierto sentido símil a la etapa actual, impuso no sólo una narrativa, sino una agenda que terminó por minar por las otras luchas, y en donde no sólo existe un retroceso de las conquistas Revolucionarias, sino que nos hace reflexionar que muchas veces no existieron tales o no con el impacto necesario para mantenerlas vigentes o ajenas a intereses.

LA TIERRA NO ES DE QUIEN LA TRABAJA

La tierra se ha vuelto a concentrar en unas pocas manos, destacan líderes agraristas y activistas michoacanos, quienes advirtieron que las dinámicas económicas de la actualidad desplazan a los agricultores, muchos de ellos nietos o bisnietos de quienes tomaron las armas hace poco más de un siglo.

El fenómeno aún sin cuantificar crece en puntos como la región del sur de Morelia, Villa Madero, Acuitzio, en el Oriente michoacano y en las zonas aguacateras de Uruapan y municipios de sus alrededores.

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En estas regiones, los agricultores que anteriormente tenían tierras heredadas por sus familias, desde hace poco más de 20 años vieron llegar a grandes empresas productoras y exportadoras, quienes con cantidades importantes de dinero comenzaron a comprar las tierras y a convertir en peones a los antiguos propietarios.

Foto: Especial.

En la mayoría de los casos, advierten, las condiciones de trabajo, prestaciones laborales y la economía en general siguen recordando a los tiempos de la antesala de la Revolución, en donde los grandes latifundios eran propietarios de grandes extensiones.

El líder agrario de Michoacán Jesús Luna Morales, otrora presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC) de Michoacán, reconoció el fenómeno como tal en prácticamente todas las regiones. Aseguró que no hay forma de que productos como maíz y granos básicos compitan contra frutos de alto rendimiento (berries, aguacate, limón), por lo que terminan por vender sus tierras a los grandes corporativos para sacar algo de ganancia

Luna Morales denunció que tras 110 años el bienestar no ha llegado al campo michoacano, toda vez que la ausencia de servicios de salud, educación, seguridad, acceso a servicios básicos como el agua potable y en sí una vida misma siguen siendo compromisos pendientes con los trabajadores del campo.

“Hay abandono porque en Michoacán su superficie cultivable más amplia es el maíz, con 500 mil hectáreas, pero a pesar de que es el consumo base del mexicano, lo que se invierte con lo que se gana es muy poco. El ‘boom’ que ha tenido el aguacate cada vez es más grande, las frutillas, no hay punto de comparación. Mucha gente migra o intenta migrar, muchos no pueden, se están volviendo peones; los que no las venden (las tierras) las rentan y se vuelven trabajadores de ellos. Son peones en su misma tierra, parece que estamos volviendo al mismo oscurantismo de antes de la revolución”, explicó.

SE COMEN EL SUELO ESTATAL

En la región de Villa Madero la situación también es compleja. El activista y ambientalista Julio Santoyo manifestó su preocupación respecto a los fenómenos de desplazamiento de los agricultores. No obstante, no es el único problema al que se enfrenta, desde hace al menos 10 años en la región recursos naturales tan elementales como el agua han sido acaparados por productores de grandes corporativos que han dejado prácticamente a secas tanto a agricultores locales como a las comunidades.

En voz del especialista, la condición de retorno a la economía latifundista impulsada desde el capitalismo agrícola y de fuertes ganancias producto de la exportación, ha generado una brecha cada vez más amplia entre los campesinos y la industria agrícola instalada en las distintas regiones del estado.

“Estamos viendo un proceso de acumulación de tierra en grandes plantaciones y una relación laboral precaria con los peones, muchos de ellos antiguos dueños de las tierras. A partir del 2005 es cuando comienza a ser notorio en la región, es cuando se comienza a ver un proceso importante con respecto a la distribución de la tierra. Es una cuestión determinada por la expansión de las grandes plantaciones aguacateras y que viene acompañada con el cultivo de berries, las tierras tienen un precio relevante a consecuencia de que son prospectos a convertirse en huertas aguacateras”, denunció.

José Luis Mata, líder y representante agrícolas del municipio de Uruapan, advirtió que las condiciones de los agricultores a nivel estado se han caracterizado por el desplazamiento en los últimos años. Lo anterior, destacó, también se replica tanto en la zona de Uruapan como en la región del bajío y los límites con el Estado de Jalisco.

“Nosotros vemos que las condiciones de los agricultores no son las mejores, terminan siendo peones en sus propias tierras y terminan rematando las tierras de la familia porque no hay mucho que hacer. Nosotros exigimos que nos volteen a ver y que entiendan la problemática de los miles de campesinos que se están quedando sin sus tierras”, explicó.

Herencia constitucional y bases de la revolución, diluidas 

LA NARRATIVA IMPUESTA

Precisamente, ante este panorama se destaca que en la Revolución Mexicana existen lugares comunes o mitos que a pesar de que hay avances en términos historiográficos que explican los procesos y fenómenos sociales, se siguen sosteniendo temas como la homogeneidad de grupos y demandas que supuestamente existieron, expuso Adalberto Rodríguez Reyna, historiador especialista en movimientos sociales

En marco de la celebración de un aniversario más de la Revolución Mexicana, el doctor por el Instituto de Investigaciones de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) argumentó que un tema importante de recordar este periodo de la historia nacional es la participación de social de amplias masas en procesos de cambio del país, todo esto como un ejercicio de ciudadanía.

Rodríguez Reyna expuso que en torno a la Revolución Mexicana existen muchos mitos construidos por el Estado mexicano, particularmente a mediados del siglo XX y que si bien hay ya explicaciones o abordajes a la narrativa del mismo no son tan conocidos.

Hubo una producción importante, por ejemplo, cuando se celebró el centenario de la Revolución y el Bicentenario de la Independencia, pero poco se conoce las investigaciones que se hicieron en ese marco y los aportes novedosos, más que en la academia”, dijo.

Explicó que uno de los mitos que existen tiene que ver con la noción de ‘unidad del pueblo’ en torno a los intereses de cambio, asimismo agendas comunes de los diferentes actores, cuando en realidad lo que se podía observar era una notable división de los grupos y sus propuestas.

El historiador destacó el papel de figuras como el Partido Liberal Mexicano, que era organizado por los hermanos Flores Magón en el norte del país, con una agenda específica y muy politizada; de igual forma lo que pasaría con el Ejercito Libertador del Sur y la agenda agraria con Emiliano Zapata, asimismo los intereses políticos de otros grupos o sectores económicos.

Está sin duda el tema impulsado por Francisco I. Madero, el sufragio efectivo y la no reelección, que marcó la diversidad de intereses políticos y de clase que se tenían un proceso muy complejo.

De igual forma criticó visión “lineal” y por etapas de la Revolución como si se tratase de un guion, que es algo que también ha predominado, señalando que primero fue el conflicto armado, siguió el establecimiento de una constitución y posteriormente los gobierno emanados del proceso, cuando la realidad es que es un proceso con conflictos permanentes en donde finalmente triunfa el grupo quien logra controlar al Estado mexicano, lo que implica también dos cosas: imponer una narrativa y que muchas de las agendas y pendientes no se hayan cumplido a 110 años de distancia.

Rodríguez Reyna habló que esto se puede ver temas cercanos al estado como fue la Cristiada o Guerra Cristera, que irrumpe en 1926 bajo el planteamiento de la defensa de la fe; asimismo otras rebeliones que nos habla de los conflictos políticos que explican mucho del modelaje del estado como lo conocemos.

De igual forma grupos sociales como los campesinos, que aún terminado el conflicto armado y después de una Constitución siguieron luchando por que se materializara la Reforma Agraria que no fue nunca una plena realidad, tal y como reflejan las bases campesinas de estos días.