Sofía López Talavera Por esta ocasión, para la elaboración de esta publicación, no se pensó en una opinión o crítica en cualquier tema legal, social, nacional, económico o de cualquier otra índole. La intención de este artículo es hacer un recuento de todo lo sucedido durante este año 2020. El propósito es poder lograr en nuestros lectores, una profunda reflexión sobre lo que sucedió durante este año. Se sabe que este año, en ningún momento dejó de sorprendernos, a lo largo del 2020, nos encontramos con muy variadas circunstancias que estoy segura, nos hicieron cuestionarnos qué es lo que estamos haciendo de manera equivocada con nuestra sociedad, con nuestros semejantes y con nuestro medio ambiente. A principios de año, nos encontramos con el fallecimiento de un General Iraní, lo cual tuvo como consecuencia una tensión a nivel mundial, pues se pensaba en el estallido de una posible Guerra Mundial. De igual forma, hubo fenómenos naturales que nos demostraron lo pequeños que somos, la importancia de cuidar nuestro medio ambiente y que el poder de la naturaleza es más fuerte que nosotros, los humanos; ejemplo de ello, los voraces incendios en Australia. De igual forma, la explosión en Beirut, Líbano, nos conmovió a todos. Estoy segura de que aún con todo lo sucedido durante el 2020, la aparición del Virus SARS-COV-20 o CORONAVIRUS, ha sido lo que más nos ha afectado, pues, sin duda alguna y a raíz de la aparición de la pandemia, nuestras vidas se han visto sesgadas en el ámbito personal y social. En lo social, se vieron afectadas diferentes áreas, al no encontrarse abiertos los establecimientos comerciales o al no ser suficiente el flujo de turismo. La economía, se vio aquejada, locales comerciales tuvieron que cerrar, pues se encontraron imposibilitados para continuar pagando rentas, nóminas y demás servicios. Situación que, repercutió en los bolsillos de mucha gente trabajadora que, emanado de esta situación, se quedaron sin actividades laborales. De igual manera, las actividades judiciales se detuvieron por largo periodo. Todas las circunstancias derivadas de despidos, propicio un aumento en la violencia familiar y/o doméstica. Sin embargo, se buscaron alternativas para dar continuidad a la impartición de justicia. Pero si bien es cierto que el ámbito social se vio afectado, también afectó a nivel personal, pues dicha epidemia está caracterizada por sesgar de manera repentina nuestro ritmo de vida, nuestras actividades sociales, laborales, culturales o de esparcimiento; orillándonos de esa manera a buscar nuevas alternativas para poder realizarlas, cuidando, sobre todo, de nuestro bienestar y el de nuestros seres queridos. Muchos de nosotros también nos vimos afectados en el aspecto emocional. Empero, a pesar de todo lo vivido durante este año, el 2020 nos deja lecciones importantes, y es aquí donde yo los invito a reflexionar. Este año, nos detuvo y estoy casi segura que, en más de alguna ocasión, fuimos pesimistas por todo lo que sucede. Pero, ¿por qué no cambiar el lente de nuestra perspectiva y mejor observar todo lo bueno que nos sucedió? Es decir, haciendo una profunda revisión hacia nuestro interior, podemos darnos cuenta que, a raíz del encierro, contamos con tiempo suficiente para poder convivir más con nuestros seres queridos. También nos enseñó a valorar la compañía de los demás, pues en nuestras ajetreadas vidas, en ocasiones no nos dábamos cuenta de lo importante que eran ciertas personas en nuestras vidas y con el distanciamiento nos dimos cuenta de quienes son las personas con las que nosotros deseamos estar. Asimismo, seguramente nos dio tiempo de poder concluir un libro, de ejercitarnos, de mejorar algún talento, aprender a hacer algo nuevo o incluso, meditar para conocernos mejor a nosotros mismos. Pienso que también nos enseñó a valorar nuestra vida, nuestra salud, la de nuestros seres queridos, la de nuestros amigos e incluso de nuestros conocidos, los cuales formaban parte de nuestras actividades diarias. También nos enseñó a apreciar nuestro trabajo y a reinventar la forma en la que lo desempeñamos. Derivado de la pandemia, del encierro y del distanciamiento social, nos encontramos en la necesidad de recurrir a herramientas que no eran tan usuales para nosotros, como lo pueden ser todas y cada una de las aplicaciones para realizar video-llamadas. Sin embargo, lo que más aprendimos a valorar, en definitiva, fue nuestra salud, pues todos hemos llegado a comprender que, sin salud, no hay nada: ni trabajo, ni reuniones sociales, ni actividades, ni libertad, ni vida. Por tal motivo los invito a apreciar las cosas de otra forma, analizando y reflexionando todo lo sucedido, pero sobre todo agradeciendo por estar aquí el día de hoy con vida, salud, familia, trabajo y con todas y cada una de las cosas, que nos causan felicidad; pues podemos considerarnos bendecidos.