Agencias / La Voz de MichoacánEUA. Hace par de años, la NASA mostró una imagen que sorprendió a muchas personas, informaba sobre un platillo volador del espacio exterior se había estrellado en la Tierra, en el desierto de Utah. Sin embargo, no se trataba de una visita extraterrestre. El objeto fue rastreado por radar y los persiguieron helicópteros. El platillo se estrelló y quedó enterrado en la arena, ahí fue donde la NASA se percató que era una cápsula de retorno de la nave espacial Génesis, así lo informó Science Alert. El objetivo de esa cápsula lanzada el 8 de agosto de 2001 con la misión Génesis era ingresar al viento solar de nuestra estrella y recolectar muestras y traerlas a la Tierra. Se buscaba determinar la composición de la estrella y aprender más sobre los elementos que formaron los planetas del Sistema Solar. La nave pasó dos años orbitando y capturó viento solar con materiales aluminio, zafiro, silicio e incluso oro. Mientras que el 8 de septiembre de 2004 se estrelló en Utah a una velocidad de 310 km/h. El retorno no salió como se estimaba, pues el plan era que "127 segundos después de volver a entrar a la atmósfera, un mortero a bordo de la cápsula explotaría, liberando un paracaídas preliminar para ralentizar y estabilizar el descenso", explica el Clarín. "Luego, se inflaba un paracaídas principal, lo que proporcionaba a la cápsula un suave descenso hacia el campo de pruebas y entrenamiento de Utah", menciona. Fue hasta noviembre del 2018 la NASA reveló la fotografía, así también reveló que el error había sido por un conjunto de sensores que se instalaron al revés, por lo cual no salió el paracaídas. Muchas muestras se contaminaron y sólo algunos de los materiales colectores resistentes sobrevivieron. Gracias a los hallazgos de Génesis se tuvieron detalles importantes sobre la composición del Sol y diferencias en elementos que conforman los planetas del Sistema Solar.