David Godínez/La Voz de Michoacán Michoacán. El Programa Pueblos Mágicos de México, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran. En las vacaciones de Semana Santa, Michoacán ofrece a los turistas experiencias sorprendentes, llenas de historia, tradiciones, colores y sabores a través de sus Pueblos Mágicos. Pátzcuaro Pátzcuaro tiene un encanto sin igual, por algo los antiguos habitantes de Michoacán en tiempos de los reyes purépechas, lo eligieron para ser lugar de recreo de la nobleza indígena, y a su vez, lugar de adoración en sus "cues" (templos); decían que ahí estaba la puerta del cielo por donde descendían y subían los dioses, por tanto, era la entrada al paraíso, y no estaban lejos de la realidad, porque la ciudad y sus alrededores son sitios apacibles y hermosos, podemos decir que es el Edén Michoacano. Angangueo Angangueo serpentea entre cerros boscosos. Es precisamente aquí, en las montañas que lo rodean, donde se dan cita cada invierno millones de mariposas monarca. Angangueo se convierte entre noviembre y marzo en el epicentro del extraordinario espectáculo natural de la migración de la monarca, que bien merece una visita a los santuarios de Sierra Chincua y El Rosario. Angangueo significa: En la entrada de la cueva, debido a que es una zona dedicada a la minería. Este Pueblo Mágico luce magnífico desde lo alto, y varios miradores como el de la Capilla de la Misericordia ofrecen espectaculares panorámicas de este pintoresco pueblo. Cuitzeo Los purépechas se asentaron en la ribera norte del lago de Cuitzeo. Llegaron los agustinos y construyeron un extraordinario convento para evangelizar la región. Cuitzeo creció y hoy este apacible Pueblo Mágico esconde bajo la aparente quietud un corazón festivo, barrio a barrio. El lago de Cuitzeo, el segundo más grande de México, ha sido durante siglos sustento de miles de personas que viven en su cuenca. Su importancia queda atestiguada por los centros ceremoniales purépecha encontrados. Uno de estos centros, Tres Cerritos, se alza junto al Pueblo Mágico de Cuitzeo, recordando que este lugar siempre tuvo relevancia simbólica. Jiquilpan Jiquilpan es un apacible pueblo de animados portales, frondosos jardines, hermosos templos y agradables paseos. Un pueblo que se cubre de un velo azul cuando las jacarandas florecen. Un pueblo apasionado por el arte. Y un pueblo orgulloso de haber visto nacer al general Lázaro Cárdenas. Las atracciones de Jiquilpan consiguen hacer de este flamante Pueblo Mágico, un lugar muy disfrutable. El clima templado característico de esta región de Michoacán, logra que sea muy grato conocer lugares como el Bosque Cuauhtémoc y el Parque Juárez. Por otra parte, Jiquilpan también cuenta con el sitio arqueológico denominado “Otero”, cuyos vestigios nos hacen patente la relevancia que tuvo esta zona de nuestra nación en los tiempos prehispánicos. Santa Clara del Cobre Santa Clara se fundó en torno a un convento de hermanas clarisas. Hoy es un pueblo tradicional michoacano, con su kiosko —por supuesto, de cobre— sus plazas y sus templos. A menos de una cuadra del museo visita el templo de Nuestra Señora del Sagrario, dedicado a Santa Clara, con sus candelabros de cobre, y el templo de la Inmaculada Concepción, con sus bóvedas de madera policromada. Tacámbaro Entre bosques de pinos aparece una escena idílica: un valle de cuento con sus cerros boscosos, su neblina en las cumbres, sus campos frutales y su pueblito blanco y rojo. El Pueblo Mágico de Tacámbaro promete encanto provinciano, pero depara varias sorpresas al viajero. Tlalpujahua El pueblo de la eterna navidad es un pequeño pueblo de pasado minero, aferrado a un cerro, superviviente de tragedias y heredero de la tradición más hermosa de la Navidad. En lo alto, la impresionante estampa de la Parroquia de San Pedro y San Pablo contrasta en su esplendor barroco con la sobriedad de San Francisco, el primer convento del pueblo, en su parte baja. En medio, una sucesión de calles empedradas, portales pintorescos, plazas soleadas y fachadas cubiertas de flores. Tzintzuntzan El Pueblo Mágico de Tzintzuntzan, al igual que todos los pueblos hospital de la región, es un pueblo de artesanos. Particularmente famosas son las típicas vajillas de cerámica beige con motivos de pescados o de cerámica verde vidriada, como las expuestas en la cocina del convento.