Redacción / La Voz de Michoacán Tamaulipas. En diciembre pasado, Margarita Villegas organizó un convivio familiar, según versiones de los vecinos, en una vivienda ubicada en la colonia Ampliación Candelario Garza, en Ciudad Madero Tamaulipas, asentada en una zona sin calles pavimentadas, cerca de un canal que está infestado de cocodrilos. Días después, ella, sus dos hijas –entre ellas Diana– y otros familiares comenzaron a manifestar síntomas febriles, dolores de cabeza, de huesos; tras realizarse la prueba, el resultado fue positivo a COVID-19, y se sometieron a cuarentena obligatoria. Margarita trabajaba en el DIF como maestra estilista y sus compañeros le llevaron medicamentos, alimentos y otros insumos para sobrellevar el aislamiento; también ayudaron a rellenar el tanque que compartía con sus dos hijas. Sin embargo, al cabo de 7 u 8 días después del inicio de la sintomatología, a la hermana de Diana le bajó la oxigenación y tuvieron que hospitalizarla, situación en la que permanece aún. Pero a la casa de la cuarentena llegó el luto: Margarita, de 60 años, y Diana., de 30, perdieron la batalla contra el coronavirus; murieron el 17 de enero con horas de diferencia. No hubo funeral. “Mis viejitas hermosas ya están juntas en el Reino de Dios, después de tanto sufrimiento por fin están sin dolor y están descansando en paz, me duele mucho no haberles mostrado mi título pero yo sé que están muy orgullosas de mí, las amo demasiado mis mamis y siempre las voy a amar y estoy muy orgullosa de ustedes porque lucharon hasta el final”, escribió alguno de los familiares de las fallecidas.. “La maestra Mago era una mujer dispuesta a ayudar, enseñar y sobre todo a compartir sus conocimientos…”, es uno de los múltiples mensajes que le dedicaron tanto alumnas como otras personas. Mientras que el DIF lamentó profundamente el sensible fallecimiento de Margarita Villegas Castillo y de su hija Diana Margarita Ruiz Villegas.
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