Agencias / La Voz de MichoacánMéxico. Basta un paseo por el centro histórico de Toulouse y fijarse en el color del ladrillo visto que predomina en sus edificios para comprender por qué la llaman la Ville Rose. La paleta va cambiando con la luz del sol, en un eterno romance salpicado de miles de tonalidades de rosa. Sin embargo, si seguimos caminando por la capital de Occitania, la gama cromática se irá ampliando ante nuestros ojos en un despliegue de talento que utiliza los muros como lienzo, por algo presume de ser una ciudad pionera del street art. Las calles de Toulouse constituyen una fascinante galería de arte al aire libre repleta de coloridas obras que llenan de vida esta urbe francesa bañada por el río Garona. Coge la cámara y mantén los ojos abiertos: bienvenido a la ruta del arte urbano de Toulouse. MIRES DONDE MIRES Tolosanos y extranjeros, de renombre y emergentes, muchos son los artistas que han dejado su huella en multitud de emplazamientos de la ciudad de Toulouse. En fachadas, comercios, invadiendo el mobiliario público, colándose en galerías de arte (como 22m2 y Hors Ligne) y habitaciones de hotel (como el Hotel des Beaux-Arts o La Villa du Taur) e incluso en forma de esculturas: no hay barrio de la ciudad que no cuente con su selección de creaciones artísticas. Pero esto no ha sido siempre así. Fue a finales de los 80 cuando varios artistas locales como Mosquito, Tilt, Soune, Tober, Cee-T y Fastoche reivindicaron el grafiti como forma de expresión artística, convirtiéndose en precursores del street art. DE LA CLANDESTINIDAD A LA FAMA MUNDIAL El barrio de Arnaud-Bernard se convirtió en el epicentro del arte callejero, que por aquel entonces jugaba al despiste con las autoridades para conseguir dejar su impronta en la ciudad. En los años 90 nació La Truskool, un grupo de amigos compuesto por 2pon, Der, Cee-T, Soune y Tilt que solía pintar en la antigua fábrica de tabacos abandonada y que se convertiría en el colectivo icónico de la escena graff tolosana. El componente clandestino que caracterizó el comienzo de este movimiento artístico fue dando paso a un street art más institucional, con nombres como Reso, Miss Van o Maye, que reciben encargos oficiales y realizan exposiciones en galerías de arte y festivales de la talla de Rose Béton o Mister Freeze. ARNAUD-BERNARD, DONDE COMENZÓ TODO Un imprescindible del icónico barrio de Arnaud-Bernard (Arnaud-B para los tolosanos) es la calle de Gramat, pues se trata del lugar donde empezó todo. Gramar es 'LA' calle y aquí, amparados por aerosoles y realizando grafitis a escondidas en los años 90, nacieron colectivos como el mencionado La Truskool, reconocido en Europa y en América. En la Place Arnaud-Bernard, un inmenso fresco realizado por siete miembros de La Truskool en 2017 ocupa la fachada de uno de los edificios. La obra, realizada en los tonos cálidos típicos de la Ciudad Rosa, fue un encargo del ayuntamiento de la ciudad para rendir homenaje a este barrio, cuna del grafiti tolosano. Sin salir del quartier Arnaud-B, encontramos el Jardín de Embarthe, un oasis donde olvidar por un instante el ajetreo que hay al otro lado de la reja y que alberga el grafiti más antiguo de Toulouse: un pedido municipal de 1994 realizado por cuatro miembros de La Truskool. DEL ROSA AL ARCO IRIS Toulouse es un museo de arte urbano al aire libre que además cuenta con exposiciones permanentes y temporales, pues esta ciudad tan dinámica va generando con sus obras un impacto visual cambiante que hace que el visitante quiera volver una y otra vez a admirar las obras imperecederas, y las nuevas incorporaciones. Así, en la rue de Cannes encontramos la obra titulada Regard sur l'Horizon, un inmenso retrato de un tejedor bereber, realizado en 2016 durante el festival Rosé Beton por el artista del hiperrealismo en grafiti Hendrik Beikirch (ECB). También en 2016 los artistas Maye y Mondé pintaron La Bergère a la salida del metro Saint-Agne con una intención clara: “somos ovejas y necesitamos una pastora”. Obras como las anteriores conviven con creaciones más recientes como el mural en pintura acrílica de 14x25 metros realizado por el artista Hense en 2019 en la Rue Sainte-Anne. BONJOUR! LOS PERSONAJES QUE TE ENCONTRARÁS Muchas de las obras que salpican la ciudad de Toulouse son un homenaje a su historia y sus personajes célebres. Caminando bajo los arcos de la Place du Capitole, Raymond Moretti nos cuenta la historia de la ciudad a través de 29 serigrafías realizadas en el techo en 1994. Además, varias esculturas custodian día y noche algunos de los rincones más emblemáticos de la Ville Rose. Así, podemos saludar a las tallas en bronce de Claude Nougaro (en el parque Charles-de-Gaulle) y Carlos Gardel (en el número 8 de la Esplanade Compans Caffarelli), ambas realizadas por por Sébastien Langloÿs. Antoine de St. Exupéry, por su parte, nos espera en el Jardin Royal y es obra de Madeleine Tézenas. A LO GRANDE El street art de Toulouse alberga obras de todos los tamaños pero hemos de reconocer que las de grandes dimensiones son las que más gestos de asombro despiertan. Si alzamos la vista en la Rue Lapeyrouse, al lado de la entrada de las Galerías Lafayette, veremos un fresco del artista DER, realizado en el marco del festival WOPS en 2015 y cuyas letras en tres dimensiones recuerdan al street art neoyorkino de la década de los 80. A cinco minutos a pie, en la Rue Sainte-Ursule, se alza una gran obra de Mademoiselle Kat, una de las pioneras del grafiti en Toulouse, cuyo estilo pin-up está repartido por varios puntos de la ciudad. En este caso, la obra, titulada Jungle Fever, recuerda a los carteles de las películas de los años 50 y tiene nada menos que 17 metros de altura. Vanessa Alice Bensimon, más conocida como Miss Van, también natal de Toulouse, sorprendió a todos en 2016 durante el festival Rose Béton con La Symphonie des Songes, un fresco onírico y poético ubicado en la Rue du Pont de Tounis que subraya lo femenino del arte urbano. El número 30 de la Rue Marceau ostenta la versión ilustrada del antiguo Poema de Gilgamesh, realizada por los artistas parisinos Poes y Jober. Si nos acercamos al Canal du Midi, en la Avenida Albert Bedouce nos recibirá el inmenso grafiti de Cédric Lascours (aka Reso), artista tolosano y padre del conocido como wild style. 100TAUR: 400 METROS CUADRADOS DE FANTASÍA La lista de las obras inmensas la encabeza 100Taur, cuya obra, desde lo más aparente hasta el más mínimo detalle, es un homenaje al famoso grabado de Goya “El sueño de la razón produce monstruos”. Ubicado en la Rue des Anges, en el distrito de Minimes, este mural de 400 metros cuadrados es uno de los más grandes de la ciudad y representa extrañas criaturas que aluden al universo fantástico de Picasso, de El Bosco y de la cultura popular. La babosa, símbolo de resistencia y animal emblemático del artista, también desempeña un papel principal, acompañada de otros personajes como un toro, un ave mensajera, Popeye y Bob Esponja. Las obras protagonizadas por criaturas fantásticas, como la de 100Taur son muy recurrentes en la escena del street art de Toulouse donde también encontramos al artista CEET Fouad y sus inconfundibles y coloridos pollitos de ojos saltones o a Space Invader, artista parisino que tomó su nombre del conocido videojuego y que ha repartido once obras por la ciudad. Y A LAS AFUERAS... Hace mucho que el arte urbano rebasó los límites del centro la ciudad para expandirse por los alrededores. En la estación Aeropuerto, en el recorrido de la línea de tranvía Envol, se encuentra Armchair Levitation, una silla colgante realizada en bronce por el artista plástico Philippe Ramette que recibe y despide a los visitantes de la ciudad. En el distrito de St Cyprien encontramos otra escultura de grandes dimensiones, obra de Franz West, titulada Agoraphobia. Fue instalada ahí por el Musée des Abattoirs y muchos son los interrogantes que se han generado en torno a ella: ¿un bucle? ¿miedo al mundo exterior? El Pont-Neuf es el puente más antiguo que atraviesa el río Garona tras el puente de Tounis y constituye, junto a la del Capitolio, una de las estampas más famosas de la ciudad. Allí sentado encontramos a Le'enfant au bonnet d’âne (el niño del sombrero de burro), símbolo de los marginados. La escultura de resina roja es obra de James Colomina y no es la única que encontrarás: también hay un niño rojo con capucha mirando pasar los trenes en la azotea de su taller cerca de la estación de Matabiau o L’attrape Cœur en el Jardin Grand Rond. ROSE BÉTON No podemos despedir este recorrido por Toulouse sin aludir a la famosa bienal de arte contemporáneo y urbano Rose Béton, uno de los principales eventos de street art de Francia, que convierte Toulouse en un laboratorio de arte callejero en el que participan artistas nacionales e internacionales. El festival Rose Béton, que antes se llamaba Mai des cultures urbaines (“Mayo de las culturas urbanas”) ofrece espacios de expresión a estos artistas, invitándoles a intervenir algunos de los lugares culturales más emblemáticos de la ciudad entre abril y enero.