Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Preocupa de sobremanera la degradación de los ecosistemas de humedales y a la devastación a la que se han sometido a los manglares a nivel estatal, con espacios que han perdido hasta la mitad de su área original por culpa de la vorágine agricultora y las fraccionadoras. Autoridades michoacanas reconocen que la situación es apremiante, pues los esfuerzos pasados poco han podido hacer para un genuino rescate ambiental y urgen a la recuperación y rehabilitación de los nueve espacios reconocidos como Áreas Naturales Protegidas Ramsar. Desde la laguna del Caimán, en la costa de Lázaro Cárdenas; pasando por el Manantial de La Mintzita, en Morelia; la laguna de Zacapu y el Lago de Pátzcuaro, son considerados espacios de humedales que pesar de la riqueza en fauna y diversidad biológica que gozaron antaño, son fuertemente asediados por contaminación, cambio ilegal de uso de suelo e incluso incendios provocados. Se calcula que cada año el estado de Michoacán pierde un 8 por ciento de estos territorios. En entrevista para La Voz de Michoacán, Ricardo Luna García, titular de la Secretaría de Medio Ambiente Cambio Climático y Desarrollo Territorial (Semaccdet) admitió sobre la importancia de los espacios de humedales de todas las regiones del estado y la necesidad de trabajar ya sobre su re-cuperación, antes de que sea demasiado tarde. En los últimos años, la dependencia bajo su cargo ha generado los programas de desarrollo territorial y urbano en las regiones de la Sierra Costa y otras regiones, con el objetivo de que las Áreas Naturales Protegidas y, sobre todo los manglares, se protejan del desarrollo urbano y el avance de la agroindustria. Los servicios ambientales que brindan son importantes, señala, pero no se ha trabajado acorde con ellos. El agua de los humedales está vinculada con una convivencia muy estrecha que es muy importante para la vida, y hablamos de la salud de todos los habitantes del planeta. Son lugares ideales para realizar actividades recreativas y no está peleado con el turismo y se pueden realizar actividades sustentables. Sirven para el sustento alimenticio y proveer de servicios como el agua a millones de personas. Es importante reflexionar sobre qué hacemos para preservar y mantener estos sitios que son de suma importancia”, precisó. Apenas a inicio del presente año, pobladores de Cuitzeo denunciaron la quema de tule en la zona de humedales en el espejo de agua. A pesar de los llamados de auxilio, el fuego terminó por apagarse solo una vez que consumió una cantidad no especificada pero muy vasta de mangle. MORELIA, EN CRISIS En Morelia, la situación es similar. El manantial de La Mintzita es asediado en la zona de tule por incendios mayormente provocados. A pesar de las intenciones de los colonos por apagar y prevenir las quemas, la voracidad de los agricultores sigue superando las intenciones de conservación. “Contamos con nueve humedales ampliamente reconocidos por la convención de Ramsar, por las especies de aves, la fauna acuícola. Playa Mexiquillo Colola y Maruata, en Aquila; el Lago de Pátzcuaro; la Laguna del Caimán,en Lázaro Cárdenas; la laguna en el municipio de Zacapu; el Lago de Chapala; la Alberca de los Espinos, en Jiménez; y en la capital del estado está La Mintzita”, detalló. En total son 122 mil 677 hectáreas. Los manglares han sido considerados uno de los ecosistemas más productivos del planeta, constituyen una parte importante en la riqueza natural de nuestro país y de nuestro estado. A nivel mundial, México ocupa el cuarto lugar con respecto a la superficie ocupada por este ecosistema con aproximadamente 770 mil hectáreas, sólo detrás de países como Indonesia, Brasil y Australia, respectivamente. De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, en el periodo entre 2005 y 2010 Michoacán fue el estado que presentó la mayor pérdida de manglares a nivel nacional, con una devastación calculada en un 8 por ciento anual. Por ejemplo, el crecimiento demográfico del puerto de Lázaro Cárdenas ha traído consigo la destrucción y de las zonas de humedales y de manglares, los cuales han sido reducidos en un 60 por ciento de su superficie en los últimos 40 años. Lo anterior, ha tenido una repercusión directa en la biodiversidad faunística y de la misma flora de la región. Los manglares almacenan hasta un 70 por ciento de las especies de la entidad, gracias a que en estas aguas convergen agua salada y agua dulce que mejora las condiciones reproductivas de especies incluso endémicas En el caso de Lázaro Cárdenas, la situación es caótica. A diario se vuelcan 8.5 millones de litros de aguas negras en los manglares, lo cual significa un impacto ambiental negativo a las especies que ahí habitan. Uno de los principales cambios de uso de suelo que se desarrolla en los manglares tiene su origen en la ganadería y en el crecimiento de la mancha urbana, por lo que incluso se está trabajando, en coordinación con la acade-mia para realizar una actualización del ordenamiento ecológico municipal, que permitirá hacer el diagnóstico de la situación actual de los manglares presentes en la costa y otras regiones.