Agencias / La Voz de MichoacánEUA. La imagen del rapero Lil Uzi Vert con una gota de sangre que chorreaba de un diamante rosado gigante incrustado en su frente revolucionó por unos días a sus fans y a los que aman las modificaciones corporales. El creador del album Eternal Atake justificó su extravagancia al declarar que literalmente deseaba convertirse en un diamante. Luego lanzó una bomba cuando insinuó que debía ser extremadamente cuidadoso si algún día decide retirar la piedra preciosa de su cuerpo, porque cualquier equivocación podría costarle la vida. Entre las decenas de comentarios publicados sobre su nuevo ornamento destacaron los que criticaron la asimetría de la piedra de casi 11 quilates. El artista calmó las inquietudes de sus seguidores con la excusa de que su piel estaba inflamada y por eso no lucía centrada entre sus ojos. Desde entonces han sido muchas las conjeturas sobre las motivaciones y las técnicas que habría usado el osado experto que se atrevió a insertar la gema entre la piel y el cráneo del polémico personaje. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Marni Life( NO STYLIST)1600 (@liluzivert) En todas partes pero no tan grandes La realidad es que es posible incrustar piedras preciosas en casi cualquier parte del cuerpo usando pequeñas barras de metal junto a una delgada base que queda anclada debajo de la piel. El perforador Sean Dowdell explicó a la revista GQ que se trata de una técnica llamada implante microdermal o transdermal, dependiendo de su tamaño, en la que se deja expuesto una especie de tornillo para enroscar la joya. La mayoría de ese tipo de implantes miden hasta ocho milímetros. Lo que causa asombro es que la piedra de Uzi es mucho más grande. Dowdell opina que mientras más grande es el objeto mayores son las posibilidades de que el tornillo se doble o que se infecte la incisión, si pensamos en los escenarios más favorables. Lo peor que podría pasar es que si recibe un golpe en la cara, podría partirse la frente en dos mitades. Pero pareciera más probable que Uzi fue sometido a un piercing superficial para fijar el diamante en el rostro. Esa técnica luce como si nos usáramos una grapa al revés. La aguja perfora la piel y sale un par de centímetros más allá. Muchos adornan los extremos con una pequeña cuenta de algún metal precioso. El tiro por la culata Perforadores de famosos, como Brian Keith Thompson, no son demasiado optimistas sobre el proceso de cicatrización de Uzi. El cuerpo podría rechazar el objeto extraño al posar el rostro sobre la almohada o con el roce de otro cuerpo durante un beso. Si eso llegara a ocurrir, la herida podría tardar hasta un año en cerrar y podría dejar una desagradable cicatriz llamada queloide, que es una lesión de la piel formada por la acumulación de fluidos y tejidos. Y si todo va bien y si el implante no se engancha a una camisa, una bandana, un sombrero, Uzi tendrá la piel de su frente sana entre 3 a 6 meses. Otra técnica que pudo haber usado es fijar el diamante como un imán sobre la puerta de un refrigerador. Lo que se inserta es un imán subdermal que atraerá una base metalizada colocada en la gema, como lo hacen los cargadores de una portátil Apple. Aunque la opción imantada quizás podría haber sido la mejor para su cuerpo es posible que no fue la elegida, por las declaraciones del rapero sobre el costo de la gema. Perderla sería un enorme desagravio para él y ese fue el motivo por el que ni se imaginó usarla en un anillo o una cadena: ha pasado varios años pagando en cuotas el extraordinario diamante de 24 millones de dólares. "Si el cuerpo no lo rechaza, será el mayor éxito en la historia del piercing" dijo el perforador neoyorquino Matt Mayfield a la revista Vice. "Pero tan sólo el tamaño, el peso y la forma de la piedra no ayudarán al proceso de sanación". El hombre con perlas en el pene Will Hanigan salió brevemente con Demi Moore en 2013, cuando la actriz estadounidense se recuperaba del doloroso rompimiento de la relación con su segundo esposo Ashton Kutcher. Pero la celebridad de este australiano no está vinculada con la efímera relación con Demi, cuando ella ya había pasado los 50 y él contaba 30. El pescador de perlas Will Hanigan volvió a ser el centro de atención cuando una escritora reveló en un ensayo que la fugas conquista de Demi Moore se había incrustado perlas en el pene. (Photo by Amanda Edwards/WireImage) Hanigan fue entrevistado por la revista The Cut por haber incrustado perlas en su pene. Relató que la incrustación de perlas en sus genitales no ocurrió por capricho ni azar. Nació y creció en una familia de pescadores de perlas y en las largas travesías en los barcos perleros presenció a los jóvenes buzos hacer incisiones con sus cuchillos de trabajo para introducir los objetos nacarados, sacados de las ostras, en la piel de sus penes. Le contaron que la práctica había nacido entre los pescadores japoneses y que luego se extendió en algunas comunidades de la Polinesia. Le atraía la idea pero temía hacerlo en condiciones de higiene inadecuadas, sobre la cubierta de una embarcación que siempre húmeda por el agua del mar. Así que acudió a un cirujano en Sidney que le ofreció todas las garantías de que su salud, ni su miembro, sufriría quebrantos. Se hizo dos implantes y en la actualidad le queda uno. El primero lo perdió por la impaciencia de abstenerse a tener relaciones sexuales recomendada por el médico para permitir una adecuada cicatrización. Hanigan asegura que con el que le queda ha podido brindar mucho placer a sus compañeras sexuales. La idea es que la perla esté colocada como la aleta dorsal de un tiburón, y que "cuando estás en la posición del misionero" estimules el punto G de tu pareja. Al menos esa es la teoría y la leyenda de los hombres con pene de perla.