Jorge Manzo / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. La COVID-19 ha contagiado a todos los sectores de la sociedad. Especialistas coinciden que este año, en medio de la contingencia sanitaria, han quedado al desnudo problemáticas que evidencian la desigualdad social que cada vez es más amplia, y que difícilmente se logrará acortar.Para el constitucionalista, Gumesindo García Morelos, la pandemia ha traído tragedia, desigualdad, crisis económica y una serie de violación a los derechos humanos. También ha puesto a prueba a las administraciones públicas, y lamentablemente los derechos sociales, de grupos vulnerables, han sucumbido por la crisis económica. “Los derechos a la educación, salud, trabajo, vivienda, agua, alimentación, se han incumplido”, dijo el especialista en derechos humanos. Pero el problema es más profundo. Violencia intrafamiliar e incumplimiento en pensiones alimenticias, han sido temas que han sido tratados de manera recurrente en los despachos, comparte la abogada Nayeli Edith Torres. El confinamiento que han vivido familias ha provocado que se registren de manera constante violaciones a los derechos de las personas, sobre todo, violencia contra la mujer”. Nayeli Edith Torres, abogada penalista Las secuelas de la contingencia no sólo son de corte legal, sino también académicas. El especialista Erik Avilés advierte que el rezago en el aprendizaje, el cual impactó ya hasta tres ciclos escolar, en caso de no remediarse, puede marcar a toda una generación de estudiantes. “Una muy escasa minoría de estudiantes está logrando aprender en casa. Solo 3 de cada 7 estudiantes tienen Internet en su casa, y solo 1 de cada 6 hogares tiene a un profesionista como padre o tutor, por lo cual, difícilmente más del 10 por ciento de la población estudiantil tiene conectividad y un acompañante del aprendizaje a distancia”, advierte el representante de Mexicanos Primero, tras destacar que el abandono escolar puede alcanzar una cifra de hasta 169 mil estudiantes fuera de las aulas, por razones socioeconómicas, sanitarias y de costo de oportunidad. En el terreno médico, la intensivista, Griselda García comparte que tres cosas vienen a su mente a un año de que inició la contingencia sanitaria en Michoacán. La primera de ellas es el dolor de ir a trabajar, a pesar de que estaban muriendo compañeros que estaban en la primera línea de batalla, y de la insensibilidad de personas ante la tragedia. “Teníamos temor y frustración de quedarnos sin cama, sin ventiladores y sin fármacos en la medicina crítica. Se tuvo que recurrir a sedantes que ya no se utilizan con frecuencia en la medicina crítica para atender a nuestros pacientes. Ha sido todo un reto”, confiesa la especialista, tras reconocer que no todo ha sido malo y que muchas personas han sacado lo mejor y se han solidarizado con el gremio médico. El oncólogo pediatra, Esteban López, reconoció que la COVID-19 sí afectó a los niños, a pesar de que se tenía la idea de que no serían víctimas. Si ocasionalmente teníamos muertes y realmente eran pocas, tuvimos otros problemas, por ejemplo, dificultad de ir a consultas y acceso a las vacunas, aunado a la falta de detección de otras enfermedades que también ocasionaron problemas de salud, y que llegaran en etapas más avanzadas”.Esteban López, oncólogo pediatra “Tendremos un aumento de cánceres de pulmón, de tórax, de huesos, por todas las radiaciones que se hicieron por las tomografías, aunado a la intoxicación por las automedicaciones, aunado a las riesgosas consultas on line. Los pediatras tienen que ver a los niños en personas”, destacó el especialista, quien también habló de la niñez que se quedó en la orfandad. La oftalmóloga Dalia Guadarrama Vallejo compartió que en la especialidad tienen muy claro que no se puede postergar la atención a sus pacientes pues varios de ellos tendrán ceguera y es de carácter irreversible. “Varias instituciones de salud suspendieron las consultas y ahora estamos viendo las consecuencias, pues varios de ellos son pacientes ciegos”. Se lanzó también en contra de las consultas en línea ya “que tenemos que tener al paciente enfrente y revisar como se debe, a fin de dar un diagnóstico preciso. Lo mejor que puede hacer la población es prevenir, acudiendo de manera regular y revisar el estatus, mientras que los médicos utilizar los métodos de protección”. El cirujano plástico, Martín Lira Álvarez, reconoció que el gremio fue seriamente afectado, pero rescató que se han aprendido nuevos métodos, partiendo de lo que se desconocía al principio. “Ahora los pacientes que se someten a cirugías se les aplican pruebas, al igual que al personal médico, esto para evitar tener riesgos sanitarios”. Agregó que quienes estén pensando en hacer cirugías plásticas pueden hacerlas, pero siempre y cuando se cumplan todas las condiciones que ahora no sólo contemplan acudir con un médico certificado, sino que también se garantice que no hay riesgo de contagio en el lugar en donde se realizará la cirugía, y que el responsable le dé seguimiento puntual. En tanto, el fisioterapista Luis Archundia hizo un balance más positivo, pues consideró que a partir de la contingencia esta especialidad médica ya ha sido vista de manera distinta, y se han expuesto los beneficios, sobre todo en personas que estuvieron hospitalizados y críticos y que tuvieron que recurrir a ella. “Esta pandemia vino a revolucionar lo que hacemos y a dar un tremendo impacto en la atención. Se ha revolucionado la atención”. El cardiólogo Luis Alberto Cervantes reconoció que a partir de la aparición del coronavirus se ha tenido una preocupación por la aparición de males del corazón durante la etapa crítica de la enfermedad, entre ellos, arritmias e infartos, por lo que lanzó un llamado a la población a que se realicen constantes revisiones que descarten secuelas.