Juan Bustos / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. La pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19) no generó una crisis educativa, pero sí reveló la profunda problemática y atraso que vive el modelo educativo, y que afecta a los niños y niñas que no adquieren los aprendizajes necesarios para la vida y una realidad muy dinámica, expuso Francisco Guzmán Marín, investigador de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) unidad Morelia. La contingencia obligó a los niños a dejar de asistir a las aulas y tomar clases a distancia en donde, además de toda la plétora de problemáticas que ya han sido descritas por otros especialistas, tales como falta de conectividad, poco conocimiento de los padres y hasta problemas en el modelo de enseñanza, en los infantes más pequeños los aleja también de cuestiones cognitivas que tienen que ver con sus primeras interrelaciones con otros niños de su edad. También, esquemas tradicionales de enseñanza se han visto rebasados en la pandemia y quedó de manifiesto que mucho del proceso de enseña está atrapado en un tiempo que no corresponde a las necesidades actuales, en términos de implementación tecnológica, uso de materiales audiovisuales e integración a la era digital. La educación inicial, que se considera dos años de preescolar en México, así como los primeros tres grados de primaria, serían los más afectados en esta transición sin planeación a detalle y en donde ya existía un rezago importante. Fallas en modelo escolar Los pequeños de preescolar y los de primero y segundo de primaria son quizá los más impactados por esta problemática, aunque no los únicos. Sin embargo, su caso es especial pues no pueden en la mayoría de casos siquiera autogestionar su educación: en muchos casos carecen de nociones previas en un salón de clases, mucho menos a distancia; no tienen aún la concentración suficiente para atender sus actividades bajo este esquema, o incluso dependen en demasía del contacto físico que se genera con las actividades en las aulas, ya sea con sus compañeros estudiantes o con los maestros. La pandemia obligó entonces a las clases digitales, al modelo de la televisión, al acompañamiento de los padres, actividades que, si bien de alguna manera pueden suplir la presencia de un profesor en el salón de clases, es prácticamente imposible de replicar la experiencia de la convivencia presencial en el día a día al asistir a la escuela, así como otros factores psicológicos, cognitivos y de aprendizaje. Foto ilustrativa. En entrevista con La Voz de Michoacán, el investigador Francisco Guzmán aseguró que de manera particular los niños de preescolar y los primeros años de educación primaria se han visto afectados debido a que en esos niveles se depende de lo lúdico y el acompañamiento de los docentes. “Los profesores de preescolar están más acostumbrados al trato directo que al mediado, además representa un problema para los padres de familia, que no están acostumbrados a estas actividades con sus hijos”, aseveró. Explicó que también los aprendizajes en niveles como preescolar es colectivo y al pasar a primaria se individualiza, históricamente esto ha sido así, “el trabajo normalmente es lúdico y colectivo y este ciclo con la pandemia se rompió”. Sin embargo, dijo que las educadoras han encontrado estrategias para atender a los estudiantes, como la generación de material audiovisual; “hemos visto que hacen video que nos recuerdan a el personaje de Cositas del programa infantil, hasta situaciones muy dinámicas, como es el generar ciertas competencias digitales y tecnologías para poder interactuar con los niños”. Apuntó el especialista educativo que en los casos de los primeros años de primaria sí se puede mediar un poco más con los niños, y a través de diversas estrategias pueden atender a los estudiantes con una experiencia más parecida a la que experimentarían en un salón de clases. Los niños 2.0 Sin embargo, dijo que existe una preocupación más amplia en términos del modelo educativo: “la pandemia desnudó algo que se ha venido evidenciado desde hace décadas: la crisis de la calidad educativa y que los aprendizajes no responden a las necesidades actuales”. Ejemplificó que de poco sirve que un niño tengo 10 en matemáticas, si no sabe atender identificar riesgos al salir a la calle; “otra situación es la híper digitalización de la sociedad, donde se reduce en el mejor de los casos en impartir computación, cuando de lo que se trata es de pensar digitalmente, es actuar e interpretar de otra manera la realidad”. Expuso Francisco Guzmán que lo que se requiere formar un ciudadano global, frente a los problemas mundiales que afectan a la humanidad o los problemas de Derechos Humanos: “el 80 por ciento de los contenidos escolares no le sirve al individuo para intervenir el contexto de vida”. Detalló que existe una preocupación de la Secretaría de Educación y de los medios de comunicación de que no se están adquiriendo los conocimientos necesarios y que se atestigüe un atraso que tiene que recuperarse; “empero, si estos conocimientos no les sirven a los alumnos, la pregunta sería ¿qué se perdió?”. Apuntó que se tiene que pensar en las verdaderas necesidades socioeducativas para poder insertarse en la realidad, “la pandemia no puso en crisis la educación, sino que potenció la situación que se vive desde hace décadas”. Agregó que no se quiere ver la crisis del modelo educativo y que precisamente la pandemia debería servir para replantear este punto: “se tiene que buscar solucionar invirtiendo millones de dólares con capacitación docente y modificaciones curriculares, pero seguimos gastando recursos e imaginación en un asunto que tiene que reorientarse por completo”. Señaló que, en términos de política nacional, sería repensar la refundación de la educación desde las necesidades socioeducativas que demandan las sociedades contemporáneas y tan pluridiversa, como la mexicana. “La realidad es que la Nueva Escuela (modelo introducido por el gobierno de López Obrador) no representa una verdadera transformación y si uno se adentra en los contenidos y las dinámicas que el actual gobierno prometió cambiar, no ha sucedido; todo lo que estaba en la última década permanece ahí”. Consideró que mientras este cambio no se dé, no podrá ‘maquillarse’ por mucho tiempo la situación que necesita una reingeniería, lo cual seguirá afectando a los alumnos, especialmente a los de educación inicial, con o sin pandemia.