Maricruz Rios / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Sin información precisa y bien dirigida en buena parte de los casos por parte de las instituciones bancarias, los adultos mayores de nuestro país enfrentan una seria limitación de acceso a productos financieros, especialmente crediticios. Préstamos directos, tarjetas e hipotecas se comienzan a complicar los 60 años y se vuelven mucho más difíciles de obtener una vez que se rebasan los 65. Las razones por las que los bancos limitan este tipo de servicios son básicamente dos: la esperanza de vida del cliente y su capacidad financiera. Y es que, aunque buena parte de las herramientas crediticias no especifican la edad como requisito, al menos no hasta que uno lee la letra ‘más chiquita’, finalmente todas estas herramientas están sujetas a aprobación y las instituciones temen que la persona no alcance a pagar un crédito porque fallezca antes o que tenga severas complicaciones económicas para mantenerse al día. Foto: Víctor Ramírez, La Voz de Michoacán. Pese a ello, la limitación no es generalizada ni a rajatabla. Cada banco se conduce con sus propias políticas y, como en el caso de los créditos a cualquier otra persona, la institución finalmente pondera diversos factores al momento de realizar un préstamo. Si usted tiene más de 65 años y necesita un crédito, la mejor opción que tiene es simplemente acercarse a una institución bancaria y solicitarlo para conocer sus posibilidades, esto es mucho más fácil si lo hace en el banco con el que regularmente realiza sus operaciones. De acuerdo con la información del despacho de educación financiera Coru, el historial crediticio y de ahorros que tengamos en nuestro banco puede resolver muchas de las posibilidades de obtener un crédito, y eso aplica también a las personas de mayor edad donde, no obstante, hay que tomar en cuenta que mientras más años se tengan se volverá más complicado obtener un crédito. EDAD SE VUELVE ‘CUELLO DE BOTELLA’ Pero en un país donde donde cada vez hay más más gente de mayor edad y ésta a su vez sigue siendo activa debido a las condiciones propias de su entorno, esto representa un ‘cuello de botella’. “Aunque la edad cronológica es uno de los indicadores más comunes para considerar a alguien como adulto mayor, la realidad es que muchas veces estas personas todavía laboran o necesitan productos crediticios y usualmente quedan excluidas del sistema financiero tradicional”, explica sobre el tema Sebastián Medrano, director del despacho Coru. Pero los bancos siempre toman en cuenta los buenos historiales. Si el adulto mayor no tiene problemas con el buró de crédito, ha sido históricamente un buen pagador y tiene un ingreso mensual seguro, las posibilidades aumentan muchísimo. Al momento de solicitar el préstamo, si se hace de manera presencial en alguna de las sucursales los agentes pueden brindar algunos puntos extra viendo que el cliente goza de un estado de salud bueno más allá de las problemáticas normales que van saliendo con la vejez. Los plásticos crediticios pueden ser otorgados con topes relativamente bajos, para evitar problemas de endeudamiento a una edad avanzada y acumular cuentas que sean impagables. En el caso de préstamos directos, los bancos difícilmente otorgarán un plazo mayor a cinco o seis años, mientras que en los planes hipotecarios no rebasarán los diez años en personas 65 a 67 años. Esto quiere decir también que no sólo los productos crediticios se van dificultando con la edad, sino que los plazos para pagarlos se acortan en función de la expectativa promedio de vida en México, que se encuentra en los 77 años promedio. Por ello, una vez pasados los 70 años, la mayoría de bancos presentará negativas para operaciones financieras de gran valor y que consideren un riesgo y puedan no quedar saldadas. MUCHOS SIGUEN EN ACTIVO El tema es complejo, pues los adultos mayores de nuestro país abarcan uno de los sectores más desprotegidos económicamente. Con pensiones insuficientes en buena parte de los casos o problemáticas financieras, se ven muchas veces en la necesidad de recurrir a préstamos para solventar diversas necesidades. La crisis por la pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19) ha traído un nuevo factor a la ecuación, pues un porcentaje de adultos mayores que aún se encuentra en activo lo hace por medio de negocios propios y el autoempleo. La contingencia sanitaria golpeó varias de estas empresas, y si bien ya hay diagnósticos sobre ramos y tamaño de las unidades económicas afectadas, no hay estudios lo suficientemente vastos que nos indiquen cuántos años tienen los dueños de estos pequeños negocios que han ido desapareciendo o que necesitan una inyección de dinero para recuperarse. Foto: Juan Carlos Arreygue, La Voz de Michoacán El tema también viene de una problemática poblacional de envejecimiento y trabajo. De los casi 16 millones de mexicanos que tienen más de 60 años, el 45 por ciento todavía está en una actividad productiva. De esta cantidad, se estima que al menos unos 5 millones de personas ya tengan más de 70 años, que son quienes presentan más dificultades económicas, pues no sólo muchos de ellos dejan de trabajar, sino que sus pensiones y jubilaciones son insuficientes o, simplemente, en varios de los casos no cuentan siquiera con una herramienta de ahorro para el retiro. El despacho Coru detalla que para 2030 la población de adultos mayores en el México crecerá más de 55 por ciento, es decir, habrá 25 millones de mexicanos con más de 65 años, según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Uno de los principales retos que enfrentará el país será ofrecer esquemas de financiamiento a los mayores de 60 años, cuyas pensiones no basten para pagar sus gastos corrientes”.Sebastián Medrano, director del despacho Coru ¿Pero qué hacer hoy día? La mejor opción es consultar directamente con las instituciones bancarias. En llamadas realizadas por esta casa editorial tanto a CitiBanamex como BBVA la respuesta fue similar, las instituciones no están cerradas a otorgar préstamos a personas mayores de 70 años, pero cada caso es distinto y se analiza de forma particular. No obstante, productos como créditos hipotecarios sí se limitan muchísimo una vez rebasado este umbral de edad. CUIDADO CON LAS CLÁUSULAS ABUSIVAS Al respecto, la Comisión Nacional para la Protección de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) pide tener especial cuidado en cláusulas abusivas que se han detectado cuando instituciones bancarias o cajas de ahorro realizan préstamos a personas mayores de 60 años. Los productos más empleados son los créditos de nómina para adultos mayores, en donde se ha descubierto que algunos bancos incurren en abusos, siendo dos los más notables: la carga de un servicio adicional forzoso para contratar el préstamo, como adicionar un seguro vida, así como el cobro de intereses por adelantado. Ambas prácticas son ilegales y pueden ser denunciadas ante la Condusef. Sin embargo, es de tomar en cuenta que ni esta agencia ni ninguna otra dependencia de gobierno puede obligar a una institución financiera a otorgar un préstamo, por lo que la mejor opción, recomiendan Coru y la Condusef, es comparar opciones e intentar obtener el servicio en nuestro banco de toda la vida. ALGUNAS OPCIONES Aun así, existen algunas opciones para los adultos mayores con productos financieros específicamente diseñados, los cuales han tenido relativo impulso durante los últimos años. El primero es Préstamo Personal Inmediato de BBVA, que la institución otorga a sus clientes con actividad bancarias y que tengan hasta 84 años de edad. Se dan a crédito desde 3 mil pesos y los plazos van de 6 y hasta 72 meses, tomando en cuenta para ello la edad de la persona y su ingreso. También está la tarjeta de crédito Falabella Soriana, la cual puede ser solicitada por personas de hasta 70 años e incluye, además de puntos dobles en las compras, plazos de tres y hasta 18 mensualidades al interior de los comercios que validan este plástico. Está también la opción de Credimax de Banco Azteca, una herramienta financiera con 75 años como límite de edad, con montos de 100 y hasta 56 mil pesos en préstamos a pagarse de 4 a 128 semanas. Tanto Falabella Soriana como Credimax cuentan con tasas de interés relativamente altas, por lo que hay que estar al pendiente de los pagos y procurar abonar a capital lo antes posible. También se cuenta con los créditos hipotecarios del Fovissste y el Infonavit, los cuales tienen límites de edad de 74 y 65 años, respectivamente.