Redacción / La Voz de Michoacán Guerrero. ‘Sé lo que ustedes carecen y por eso reconozco sus necesidades, por eso”, así hablaba el candidato de Movimiento Ciudadano, Erick Ulises Ramírez Crespo, cuando fue interrumpido por detonaciones de fuego. El aspirante a la alcaldía realizaba un acto de campaña política el pasado domingo 2 de mayo, cuando una las ráfagas de los disparos al aire desataron el pánico entre los asistentes. Fue un acto intimidatorio, reconoció el secretario de Seguridad Pública de Guerrero, David Portillo Menchaca, al descartar un ataque directo en contra del candidato. “Las detonaciones no fueron en el lugar, sino que fueron aproximadamente a dos cuadras según manifiestan las personas que estuvieron ahí. Fueron disparos al aire para amedrentar. No fue un ataque directo. ¿Fue un acto intimidatorio? Sí. Fue intimidatorio. No hubo riesgo y los elementos inmediatamente hicieron la extracción del candidato”, declaró Portillo Menchaca. “El hecho es el candidato, como lo manifiesta en sus comunicados, él dice que recibió amenazas al entrar al poblado de La Mohonera. Aun así, insistió en llevar a cabo su mitin. Los elementos permanecieron ahí cerca del candidato. Él manifiesta que es un tema de otro candidato en contra de él. Pareciera ser que es más personal que de delincuencia organizada u otra situación”, agregó el titular de la SSP de esa entidad. Por su parte, Erick Ulises Ramírez Crespo responsabilizó de los hechos al actual alcalde de Cocula y que busca la reelección por Morena, Carlos Duarte Bahena. ¿Quién es Erick Ulises Ramírez Crespo? Ramírez Crespo ya fue presidente municipal de Cocula, abanderado por el PRD, durante el periodo 2015-2018, aunque en su historial pesan dos detenciones por delincuencia organizada. La primera ocurrió en 2015, cuando se encontraba en un restaurante con Zenén Casarrubias Salgado, una de las principales cabecillas del cártel Guerreros Unidos, a quienes se les atribuye los ataques registrados en Iguala en septiembre de 2014, cuando murieron seis personas y desaparecieron los 43 normalistas de Ayotzinapa. Pero salió en libertad después de un arraigo de 40 días en diciembre del mismo año y retornó a su cargo de alcalde. Posteriormente, en febrero de 2016, de nueva cuenta fue aprehendido por órdenes de la entonces Procuraduría Federal de la República, también por mismo delito. Fue llevado al penal federal de Ocampo, Guanajuato. En esa ocasión solicitó licencia al Congreso de Guerrero en lo que se resolvía su situación jurídica y luego de permanecer preso por más de 8 meses, otra vez se reincorporó a la presidencia municipal.