Redacción / La Voz de Michoacán Argentina. Mientras muchos, a pesar de los más de 3 millones de muertos, siguen sin creer en el COVID-19 o relajan las medidas sanitarias, una imagen que se viralizó en Internet muestra la vulnerabilidad de las personas ante el virus sin importar la edad. En la foto se muestra a una joven recostada en un pasillo de un hospital de Santa Fe, Argentina, con un bolso como almohada y cubierta con chamarras, a la espera de que sea atendida por estar contagiada. Sin embargo, Lara Arreguiz, una argentina de sólo 22 años de edad, perdió la batalla, aunque ella tenía una enfermedad preexistente (diabetes). Pero fueron los mismos padres de la joven estudiante de veterinaria quienes difundieron la imagen para concientizar sobre la realidad esta enfermedad mortal. “La gente no entra en razón de lo que está sucediendo. Muchos dicen que todo esto es mentira (la enfermedad)”, expresó Alejandro Arreguiz, papá de Lara, quien también era voluntaria de la organización “S.O.S. Caballos” en esa ciudad. “Cuando te toca en carne propia hay que vivirlo y es lo peor que te puede pasar estar de hospital en hospital con un ser querido y no tener una cama o un médico que te ayude. Espero que lo que nos pasó sirva para concientizar a la gente, que esto le puede pasar a cualquiera”, agregó. Por su parte, su mamá, Claudia, publicó el siguiente mensaje en su cuenta de Facebook: «Sé que nadie me va a devolver a mi hija, pero no quiero que vuelva a pasar nadie más por esta situación. Así esperaba ella ser atendida en el nuevo hospital Iturraspe. Se sentía muy mal y necesitaba acostarse. »Solicité permiso para que suba a una camilla que estaba ahí y no me autorizaron. Entonces se acostó en el piso a esperar su turno. Una señora que también esperaba le prestó su campera para taparse. Sentí mucha importancia y por eso tomé la foto. »Ella era paciente de riesgo, insulino dependiente desde los 10 años. Veníamos del protomédico con un positivo de Covid y neumonía bilateral. Lo anuncié desde un principio y ni siquiera así tuvieron un poco de sentido común y empatía. Los médicos la vieron ahí tirada y la miraron como bicho raro y no la hicieron pasar hasta que tocó su turno. Y ni hablar de las 9 horas que pasó en la guardia. Fue todo muy injusto. Falta de solidaridad, profesionalismo y empatía».