EFE / La Voz de Michoacán Berlín. El cardenal alemán Reinhard Marx, expresidente de la conferencia episcopal, provocó este viernes un auténtico terremoto en la Iglesia católica germana al anunciar que ofreció al papa Francisco renunciar como arzobispo y reconocer así la responsabilidad de la institución en abusos a menores. Marx, de 67 años y que fue ordenado sacerdote hace 42, es miembro del C9, el Consejo de Cardenales creado por Francisco para asesorarle en sus reformas, por lo tanto un influyente jerarca, que explicó a la prensa que su decisión es "totalmente personal" y que el papa le pidió que siga en sus cargos. El también arzobispo de Múnich y Freising reveló que consultó con Francisco sobre su decisión y que el pontífice le autorizó a publicar la carta en la que ofrecía su renuncia, pero en una comparecencia ante la prensa agregó que "cada uno tiene que asumir sus responsabilidades". "Los afectados esperan una señal de la asunción de responsabilidades" dijo el cardenal Marx, sin aludir a ningún otro alto cargo de la Iglesia alemana a pesar de que la decisión ya se interpretó este viernes en Alemania como una presión clara sobre el cardenal arzobispo de Colonia, Rainer Maria Woelki. Este fue señalado especialmente en un informe recientemente publicado en aquella ciudad de la potente archidiócesis del oeste del país, la que tiene más fieles católicos, aunque fue exonerado de responsabilidad directa en los 314 casos de abusos considerados en un análisis que comprende casos ocurridos entre 1975 y 2018. DECISIÓN PARA PROPICIAR LA RENOVACIÓN DE LA IGLESIA "Tenemos que asumir la responsabilidad de la institución", continuó Marx al explicar las razones de una decisión que dijo haber considerado durante la pasada Pascua y que entiende como una forma de propiciar "la renovación" de la Iglesia católica. Insistió en que ese cambio solo será posible "si sacamos lecciones de esto" y a continuación aludió al "camino sinodal", la vía elegida por la Iglesia alemana para aplicar reformas internas que se basa en un debate con los fieles y que surgió tras el descontento y los deseos de cambio que generaron precisamente los escándalos de abusos sexuales. Marx es el principal exponente de ese método a pesar de que en el pasado se ha encontrado con resistencias dentro de la curia vaticana, como cuando el prefecto de la Congregación de Obispos, Marc Ouellet, le advirtió de que el camino escogido por la Iglesia alemana era difícilmente compatible con el derecho canónico. Muestra reciente del talante de Marx ha sido esta misma semana su alusión en la festividad católica del Corpus al genocidio admitido por Alemania en su aventura colonial en Namibia o el apoyo financiero del cardenal a las misiones civiles de rescate de inmigrantes en el Mediterráneo. En 2018, el cardenal también se significó durante el Sínodo sobre los jóvenes celebrado en el Vaticano cuando aseguró que la credibilidad de la Iglesia "aumentaría mucho más con mujeres que ocupen lugares de liderazgo en todos los niveles de la Iglesia, desde la parroquia hasta el mismo Vaticano". ANTES DE LA COMISIÓN VATICANA SOBRE ABUSOS El anuncio de Marx sigue al que el pasado 28 de mayo hizo la Nunciatura vaticana en Alemania, que dio a conocer la creación de una comisión apostólica sobre los casos de abusos, que analizará "eventuales errores" del cardenal Woelki. Este admitió previamente que en su archidiócesis se produjo un "encubrimiento sistémico" de casos de abusos a menores, tras conocerse un informe encargado a un bufete de abogados de Colonia que se limitó a examinar el comportamiento de la jerarquía. La comisión vaticana comenzará sus trabajos a mediados de este mes y estará integrada por el cardenal arzobispo de Estocolmo, Anders Arborelius, y el obispo de Rotterdam y presidente de la conferencia episcopal holandesa, Johannes von den Hende. Ambos analizarán también "el comportamiento ante los casos de abusos sexuales" del cardenal arzobispo de Hamburgo (norte), Stefan Heße, así como de Dominikus Schwaderlapp y Ansgar Puff, obispos auxiliares de Colonia. El anuncio vaticano se produjo semanas después de que Woelki reconociera que en la administración de la archidiócesis hubo "caos" y un "sistema de silencio, secreto y descontrol". El informe encontró que altos jerarcas de la Iglesia católica supieron de casos de abusos sexuales a menores, pero incumplieron con su deber de reportarlos debidamente y actuar. Su contenido fue difundido además tras meses de críticas a la jerarquía de la Iglesia católica en Alemania por la falta de claridad a la hora de abordar la cuestión de los abusos a menores y en el contexto de un incremento del abandono de los fieles católicos. En 2019 se registraron 272.771 abandonos de la Iglesia católica en Alemania, un récord y último año del que se tienen datos, según las cifras de la Conferencia Episcopal; la Iglesia evangélica registró la salida de 270.000 fieles. El pasado enero, las autoridades de Colonia adelantaron que el número de abandonos de la Iglesia católica declarados alcanzó la media de mil casos mensuales, cuando lo habitual es que se registren alrededor de 640 por mes.