Redacción / La Voz de Michoacán Pátzcuaro, Michoacán. Este 1 de julio se realizó el montaje del primer cuerpo del retablo principal dedicado a nuestra Señora de la Asunción, el más antiguo que queda en pie de la primera mitad del siglo XVI en Michoacán, ubicado en la localidad Huiramangaro, en el municipio de Pátzcuaro, concluyendo así la primera etapa de la restauración de este importante patrimonio cultural e histórico. Foto: Sam Herrera Jr. / La Voz de Michoacán.Foto: Sam Herrera Jr. / La Voz de Michoacán. El montaje se llevó a cabo con la participación de la comunidad de Huiramangaro, las restauradoras encargadas de los trabajos, la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Dirección de Patrimonio, Protección y Conservación de Monumentos y Sitios Históricos de la Secretaría de Cultura de Michoacán, por medio de su Departamento de Conservación y Restauración de Obras de Arte. Foto: Sam Herrera Jr. / La Voz de Michoacán. El templo de Santa María de la Asunción de Huiramangaro fue edificado en la tercera década del siglo XVI, por la orden religiosa de los franciscanos; al interior fueron elaborados el retablo principal, retablos laterales, arcadas, el sotocoro y el plafón policromado, todos realizados con anterioridad al Concilio de Trento, el cual determinó la posterior configuración de los diversos espacios religiosos del mundo católico. Este hecho le da singular relevancia histórica y artística al templo de Santa María Huiramangaro, al ser el único en el estado de Michoacán en conservar sus características originales de secuencia discursiva, manejo espacial, formal y funcional, previas al Concilio antes mencionado. El retablo principal ubicado en el muro testero del templo es el más antiguo (siglo XVI) que se conserva en el Estado, es de estilo plateresco, presenta dimensiones máximas de 6.36 metros de base por 7.40 metros de alto. Está facturado en madera, soportado sobre un banco de mampostería. Se conforma de una predela, dos cuerpos y un remate superior (ático) con la imagen del Pantocrátor, además contiene cuatro pinturas de caballete (San Marcos, San Mateo, San Lucas y San Juan), dos esculturas en nichos principales (Virgen de la Inmaculada y Virgen de la Asunción) y dos esculturas en nichos laterales (Santa Martha y María Magdalena). En agosto del año 2014 se llevó a cabo el desmontaje del retablo principal del templo por parte del INAH, debido a que el muro testero, al cual estaba anclado, presentaba graves daños estructurales, con un desplome considerable hacia el oriente, lo que representaba un riesgo para la integridad del inmueble, además de daños al retablo. Foto: Sam Herrera Jr. / La Voz de Michoacán. Una vez desmontado el retablo, se llevó a cabo por parte de la Dirección de Patrimonio, Protección y conservación de Monumentos y Sitios Históricos, la restauración del muro testero en el año 2017. El retablo estuvo desmontado y embalado en una bodega de la misma comunidad durante 5 años. Restauración del retablo principal En 2019 se firmó un convenio de coordinación entre la Secretaría de Cultura de Michoacán, el INAH, el Ayuntamiento de Pátzcuaro y la comunidad de Santa María Huiramangaro, para la restauración del retablo principal. En ese mismo año la Secretaría de Cultura, a través de la Dirección de Patrimonio Protección y Conservación de Monumentos y Sitios Históricos, contrató la rehabilitación del muro testero (concluida en 2020) y la primera etapa de la restauración del retablo principal, que incluyó el banco, la predela, el primer cuerpo y 3 esculturas. Video: Sam Herrera Jr. / La Voz de Michoacán. Durante la restauración del retablo se realizaron trabajos de fumigación preventiva, limpieza en seco, remoción de repintes de pintura vinílica y de cal que cubría un 95% de la obra, fijado de la pintura original, consolidación de galerías dejadas por los insectos xilófagos, y resane de elementos. Uno de los procesos más relevantes fue la remoción de repintes, ya que permitió el descubrimiento de imágenes de los cuatro doctores de la iglesia católica y los santos: Santo Tomas y San Buenaventura, además se recuperaron algunos fragmentos de hoja de oro, los estofados que decoraban los ángeles y follajes, así como la policromía del siglo XVI.