IMÁGENES NUESTRAS | El Pípila, fuente que rinde honor al ilustre minero

Este personaje, comparte la ciudad con las figuras de otros personajes históricos como son el monumento obelisco a Lázaro Cárdenas, la escultura ecuestre de José María Morelos y la plaza Melchor Ocampo.

Foto: Sam Herrera Jr.

Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán.- En una ciudad como Morelia que se sigue expandiendo día con día, los habitantes suelen ubicarse no únicamente con el nombre de calles, colonias, iglesias y establecimientos, sino que también utilizan a los monumentos, estatuas y esculturas, como es el caso del Monumento Ecuestre a Morelos, apodado “El Caballito”; el Obelisco a Lázaro Cárdenas, también llamado a simplemente “El Monumento”; así como el homenaje a “El Pípila”.

PUBLICIDAD

De esta forma, la zona al norte del centro de Morelia se ve identificada desde hace casi 80 años por el monumento a este personaje, el cual no fue uno de los principales héroes de la patria como Hidalgo o Morelos, o un referente del presidencialismo como Lázaro Cárdena, sino que fue protagonista de un pequeño episodio de la historia pero que hace gran eco entre los mexicanos.

De acuerdo con información de archivo, la información disponible más aceptada apunta a que Martínez Amaro “El Pípila” fue un minero que vivió entre 1782 y 1863, se desempeñó con este oficio en el estado de Guanajuato y, cuando llegó el movimiento armado de la Independencia de México, se unió a las filas de Miguel Hidalgo y participó en la toma de la Alhóndiga de Granaditas.

La toma del mencionado almacén es uno de los acontecimientos más contados y repetidos de la historia de México y se ha convertido en una narración obligada cuando se visita este edificio hoy convertido en museo. De acuerdo con una versión ampliamente difundida, los insurgentes debían ingresar al sitio pero eran repelidos por objetos, disparos e incluso líquidos hirviendo que eran lanzados desde lo alto del sitio.

PUBLICIDAD

Los narradores que se dedican a contar esta historia a los turistas de la alhóndiga describen que los insurgentes se enfurecieron porque los enemigos atrincherados hondearon la bandera blanca de rendición, pero posteriormente no respetaron el pacto y continuaron con la ofensiva. De manera que “El Pípila” se ofreció como voluntario; le colocaron una roca aplanada en la espalda como protección, así como una antorcha encendida y elementos de minería para quemar la puerta de ingreso.

Se dice que, una vez que los insurgentes pudieron ingresar a la alhóndiga, se derramó tanta sangre, que ésta escurría por los surcos del empedrado de la calle. Sin embargo, la mayor imagen que sobrevivió la de ese día fue la del fuerte hombre minero, soportando el peso de la loza en su espalda, superando una lluvia de disparos y piedras, para finalmente llegar hasta la puerta con una antorcha encendida.

Algunas versiones apuntan a que historias como la de “El Pípila” o “Los Niños Héroes” son poco fieles a los hechos reales o incluso pueden ser inventadas, pero resultaba necesario establecer estas historias entre la población mexicana para, por ejemplo, establecer la idea de que un hombre común puede cambiar la historia o exaltar la idea de entrega a la patria desde edad muy temprana.

El efecto final de es que la imagen y el nombre del Pípila continua vigente hoy en día, en tanto que miles de morelianos lo ven y lo pronuncian todos los días cuando pasan cerca de su monumento ubicado al norte del centro de la ciudad. Este personaje, comparte la ciudad con las figuras de otros personajes históricos como son el monumento obelisco a Lázaro Cárdenas, la escultura ecuestre de José María Morelos y la plaza Melchor Ocampo.

En la capital michoacana, el monumento al personaje de la Independencia de México se ubica entre las calles Morelos Norte y Héroes Nocupétaro en un cruce de vías que prácticamente marcan la salida de la zona centro de la ciudad. Según información histórica, el monumento a “El Pípila” fue construido en 1944, cuando ese punto era el límite norte de la ciudad. Posteriormente, fue remodelado en la década de los 70s. De tal manera que actualmente ya rebasa los 95 años de existencia.

La figura fuerte y musculosa, bajo la pesada losa, puede lograr que incluso alguien que no conoce el monumento sepa que se trata de “El Pípila”. Una de las principales curiosidades, es que la figura se encuentra dirigida hacia su estado natal, donde comenzó su historia que se ha esparcido y sigue vigente por todo México.