Rafael Alfaro Izarraraz Para quienes creen que los resultados de los comicios de junio en el país o la Ciudad de México constituyen un indicador de que el electorado y el país se corrió hacia el centro y, por tanto, se debe aflojar el paso de la transformación, en virtud de acoplarse a “supuestas” nuevas circunstancias, el Presidente ha respondido con contundencia ante la debilidad de carácter o los análisis mal intencionados políticamente hablando o ingenuos que en política es lo mismo: apretar el paso, no zigzaguear. Zigzaguear significa seguir un camino que no lleva a un destino de manera directa, sino que quien lo anda debe moverse de la línea y regresar a ella continuamente con el riesgo de que un día se olvide de la línea directa. Para representar el zigzagueo, simbólicamente, algunos portales digitales colocan como ejemplo a la letra Z o a la W. En algunos otros casos toman como símbolo a un sinónimo de zigzaguear que es la palabra “serpentear” como si fuese una “S”, de una serpiente. Y es que para algunos analistas los resultados sobre todo de la ciudad de México que no fueron los que el morenismo esperaba, son un indicador de que el país o, en este la caso, la capital se movió, corrió o recorrió hacia el centro político. Pasó de la izquierda a un centro político. De donde, erróneamente, creen, deducen, que es necesario amoldar la línea política que sigue la 4t, en política, con la realidad. La 4t debe ser cambiada, esa es la lógica. Pasar al centro dicen, aunque nunca aclaran estos analistas qué es el centro actualmente. El centro es el PAN, el PRI o el PRD. También pueden ser políticos dentro de la 4t, de alguna de sus corrientes, como es el caso de Ricardo Monreal, sin duda uno de los más visibles operadores de una corriente que juega con sus propias canicas dentro de la 4t. Por supuesto no es el único y mejor no hagamos listas… El centro, el centro político, se ha desdibujado y no existe más centro político en la actualidad que los que hemos mencionado, la derecha porque el PRI se neoliberalizó lo mismo que el PRD. Hablamos del momento actual, el centro político en términos políticos es la derecha, el PRI, el PAN. Fuera de esas coordenadas está Ricardo Monreal y otros políticos dentro de la 4t. El problema para Los que juegan al interior de la 4t en cuanto se alejen se caen, seguro. Ante ello, los analistas del zigzagueo, proponen pasar de la línea recta o directa de la Cuarta Transformación, a ejecutar un zigzagueo que empalme el supuesto recorrido hacia el centro con las políticas del obradorismo en el gobierno. Lo que implica modificar las líneas políticas y a los políticos, por supuesto. Líneas zigzagueantes, moderadas, menos radicales quieren decir estos análisis. Lo interesante de este tipo de análisis es que se hacen justo cuando, después de las elecciones intermedia federales, se arriba a la etapa de la sucesión presidencial. Lo anterior implica, que cualquier zigzagueo en política lleva a colocar en la pista de salida por la candidatura presidencial a un tipo de actor político que se ajuste a las nuevas circunstancias. En otras palabras, detrás del zigzagueo, del supuesto recorrido hacia el centro de la población y de los electores, la intención lógica es cambiar a los agentes que se mueven en el escenario político y que deben conducir a ahora a la 4t. Apuntar a otro rumbo para satisfacer a un supuesto electorado insatisfecho por supuestos radicalismos, como si la elección de 2018 no hubiese sido contundente en su mensaje: cambiar el rumbo del país. El movimiento por la transformación (4t) es un movimiento heterogéneo. Existe una corriente moderada, que en realidad no quiere una transformación del tipo al que lleva el obradorismo sustentado en los pobres y en que “el pueblo manda”, están más orientados a un cambio institucional sin tanto que tenga que ver con “intromisiones del pueblo”. Creen que está bien eso de que el pueblo manda, pero institucionalmente y nada más, que no haga “enojar” a los poseedores del dinero, de equilibrar las fuerzas y no inclinarse tanto hacia la izquierda, el pueblo. Saben que, en este momento, en la segunda etapa del gobierno de Andrés Manuel es el punto en el que se debe actuar para ir colocando las piezas más a modo para una transición orientada. En los tiempos neoliberales no hubo zigzagueos. Las políticas neoliberales fueron de frente, directas, a fondo, acabaron con medio país, con lo poco que la revolución dejó como herencia. No se tentaron el corazón, aplicaron las políticas antipopulares más increíbles y no dudaron ni un momento en hacerlo. Ahí está el Fobaproa, la guerra contra el narco, los fraudes electorales, etc. Por fortuna no es la visión de quien encabeza el Ejecutivo y la transformación en México. La verdad, habrá que reconocer esto al presidente. La respuesta de AMLO ha sido contundente, tomar las cosas de manera directa y sobre todo participar de la toma de decisiones de lo que es y ha sido tradicionalmente el corazón de los movimientos de izquierda del país: la Ciudad de México. La incorporación de Martí Batres al gobierno de la ciudad puede entenderse como una manera de reacomodar las fuerzas políticas, pero, inevitablemente, toca a la sucesión presidencial. El bastión de la izquierda mexicana como lo es la Ciudad de México no pasará por zigzagueos. Continuará una línea directa hacia la transformación vía la 4t. No habrá concesiones a la derecha ni al nacionalismo y el izquierdismo neoliberal. Apretar el paso, dice López Obrador, no zigzaguear…