Agencias / La Voz de MichoacánEn medio de la pandemia de COVID-19 y el auge de la peligrosa variante Delta, otras infecciones preocupan también a las autoridades sanitarias de Estados Unidos. Una de ellas es, por añadidura, intratable y letal. Tanto que el agente que la provoca ha sido colocado, en el imaginario colectivo, en el grupo de los llamados “supermicrobios”. Se trata de dos brotes de una variedad del hongo Candida auris, que es resistente a todos los tratamientos disponibles y, por ello, resulta especialmente amenazador. De acuerdo al Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), ese hongo es además difícil de detectar y se da mayormente en centros hospitalarios o de cuidado de salud. El Candida auris fue detectado por primera vez en 2009 y, en Estados Unidos en 2013, y aunque aún es raro la detección de brotes en dos hospitales del área de Dallas, Texas, y en un asilo en Washington DC ha encendido las alertas. “Esta es la primera vez que hemos empezado a ver agrupamiento [de infecciones] con resistencia”, en alusión a que el contagio se habría dado de paciente a paciente, indicó la doctora Meghan Lyman, del CDC, de acuerdo con la agencia AP. El citado hongo es especialmente peligroso para personas con severos problemas de salud e, indica AP, puede ser letal si invade la sangre, el corazón o el cerebro. Y dado que ninguno de los medicamentos antimicóticos disponibles funcionan contra una de las variantes del Candida auris, una mayor difusión de sus infecciones supondría un escenario de salud ominoso. Candida auris es “resistente a los múltiples fármacos antimicóticos que tenemos y también lo es a todo lo que usamos para erradicar bacteria y cepas de hongos en el hospital”, dijo a la televisora CBS News la doctora Neeta Ogden. En los dos brotes recientes, se identificaron 101 casos en el asilo de Washington DC, y de ellos tres presentaron resistencia a los tres tipos de medicamentos antimicóticos. En los hospitales de Dallas se identificaron 22 casos, de los cuales dos eran totalmente resistentes. De esos cinco pacientes con infecciones multiresistentes, tres fallecieron. Y los médicos consideran que los casos en esos brotes fueron consecuencia de difusión de paciente a paciente, quizá por haber sido expuestos a materiales contaminados. El decano de estudios de posgrado de la Universidad Cristiana de Texas dijo al periódico Dallas Morning News que una persona sana “no tiene nada de qué preocuparse” en relación al Candida auris, pero sí podría ser portador y contagiar a otros. Y cuando personas inmunodeprimidas, de avanzada edad o que tienen otros padecimientos quedan expuestas al hongo se vuelven especialmente vulnerables al microorganismo. Un cultivo del hongo Candida auris en el laboratorio del CDC. (CDC via AP) “Si yo estoy en una unidad de cuidado intensivo y veo esto [casos de Candida auris], estaría preocupado y querría descontaminar… Ningún hospital quiere tenerlo, definitivamente. Pero para el público, si usted es inmunológicamente competente, joven y saludable, yo no me preocuparía”. Con todo, en entornos hospitalarios y en unidades de cuidado de personas mayores, la aparición de ese hongo implica altos riesgos y por ello, dado que no es tratable, la prevención resulta clave. Así, ¿qué puede hacerse para frenar la propagación de este “supermicrobio”? El CDC indica que: · Familiares y otras personas que han estado en contacto con pacientes de Candida auris deben lavarse las manos con agua y jabón, o usar desinfectantes, antes de tocar al paciente o al equipo en la habitación donde se aloja. · Se ha de recordar al personal de salud que también se lave las manos. · Para los profesionales médicos y funcionarios de salud es clave saber cuando se den casos sospechosos de Candida auris, reportar los casos a las autoridades sanitarias de modo expedito y determinar de modo rápido la manera de contener su difusión. · El personal de salud debe continuamente mantener la limpieza de sus manos, usar batas y guantes y desinfectar las habitaciones con productos que eliminen el hongo.