Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. La tercera ola de contagios del COVID-19 sigue orillando a los hospitales michoacanos al borde de la saturación, pues el Hospital General de Lázaro Cárdenas, cuya población es actualmente el epicentro de la pandemia, se mantiene con 81 por ciento de sus camas dedicadas a esta enfermedad, luego de que ayer por la mañana se saturó, sin posibilidad para atender a más personas. El Hospital de Pátzcuaro está al 100 por ciento de ocupación, mientras que el de Uruapan está al 91 por ciento y el Hospital General de Tacámbaro a 80 por ciento. La mañana de ayer, la Secretaría de Salud informó que el hospital General “Dra. Elena Avilés” de Lázaro Cárdenas ya no contaba con espacio para recibir a más pacientes, debido a que su área COVID-19 estaba saturada. Sin embargo, por la noche se despresurizó al 81.25. Sin embargo, el hospital de la Semar y el sector privado se reportan al 100 por ciento de ocupación en camas reconvertidas para la atención de Infecciones Respiratorias Agudas Graves (IRAG) en el puerto michoacano, mientras que el IMSS se encuentra a 83 por ciento y el ISSSTE a 80 por ciento. En Uruapan, el Hospital General “Doctor Pedro Daniel Martínez” se reporta al 91.89 por ciento, mientras que el hospital de Tacámbaro "María Zendejas", que durante la semana llegó a estar saturada, se encuentra al 80 por ciento, confirmó la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM). El caso de Lázaro Cárdenas destaca porque las unidades del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de Trabajadores del Estado (ISSSTE), así como de la Secretaría de Marina (SEMAR) también fueron declarados al 100 por ciento de su capacidad, a la par que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se mantiene cerca con un 82 por ciento y el sector privado sigue la misma tendencia con 87.5 por ciento en el puerto. En los siguientes lugares de ocupación de camas se ubica el Hospital de Apatzingán a 65 por ciento. Cuestionada sobre el caso de Morelia, la dependencia precisó que se encuentra actualmente a un 51 por ciento de su capacidad, por lo cual no figura entre las unidades de mayor riesgo de saturación. Lo anterior implica aumentos en la ocupación de camas COVID para la mayoría de las unidades mencionadas, pues en el caso de Lázaro Cárdenas se pasó de un reporte de 87 por ciento el pasado siete de agosto a 100 por ciento hasta el corte más reciente; en Uruapan el ascenso fue 60 a 91 por ciento en el mismo periodo; mientras que la unidad de Tacámbaro presentaba un 60 por ciento la semana pasada para llegar a un 100 por ciento a mitad de la semana y descender hasta 80 por ciento en el informe más reciente. En el caso del Hospital General de Morelia también se tuvo un ligero aumento de 49 a 51 por ciento en la última semana y esto se debe a que se trata de la unidad más grande del estado, con cerca de 100 camas para la atención del COVID-19, por lo que la llegada de nuevos pacientes no satura tan rápidamente la capacidad instalada, a lo cual se suma que la capital ha tenido varias jornadas de hasta cuatro defunciones por esta causa y que se convierten en camas nuevamente disponibles. NUEVA OLA SE CONCENTRA EN LÁZARO CÁRDENAS Si bien la mayoría de los municipios enumerados se encuentran en una situación delicada con banderas rojas o amarillas de riesgo, destaca especialmente el caso de Lázaro Cárdenas que se ubica como epicentro de la nueva ola con más de 2 mil 300 casos activos del COVID-19, dejando a Morelia en un lejano segundo puesto rondando los 1 mil 100 casos. Al igual que ocurrió con el caso de Morelia, las autoridades sanitarias anunciaron el aumento de medida preventivas en el puerto de Lázaro Cárdenas, lo cual incluye cancelar eventos masivos, limitar el horario de bares hasta las 23:00 horas y restringir el acceso a espacios de concentraciones que en este caso son las playas, con el fin de cortar las cadenas de contagio del COVID-19. “Si una persona está vacunada, pero padece obesidad, diabetes o hipertensión, aunque esté vacunada se va a enfermar y muy probablemente se va a complicar, entonces debe evitar acudir a lugares de riesgo”, expresó la secretaria de salud de Michoacán, Diana Celia Carpio Ríos, en relación a la ciudad costera. Aunque se previó que la nueva oleada de contagios tendría menores niveles de gravedad y defunciones gracias al efecto de la vacunación, las autoridades estatales también estiman que dure al menos seis semanas, por lo que el descenso se daría aproximadamente a inicios o mediados de septiembre, dejando todavía un tramo de varias semanas de saturación hospitalaria y muertes por esta causa, que además pudiera empalmarse con el regreso presencial a clases.