José Luis Ceja / Colaborador La Voz de Michoacán Venustiano Carranza, Michoacán. La falta de rentabilidad, las escasas oportunidades de crecimiento y sobre todo el control de precios dictaminado por el comprador han puesto a la caprinocultura en una situación que, de no mejorar, está orillando a la desaparición de los rebaños, señaló Donaciano Machuca Carreón, presidente de la Asociación de Caprinocultores de la Ciénega de Chapala. El dirigente de los productores de leche de cabra en esta región destacó que actualmente perciben en promedio 7 pesos por litro de leche vendida a los ruteros que hacen la recolección para terceros, lo que significa una pérdida en las posibilidades de crecimiento de este sector; destacó que lo ideal sería recibir un mínimo de 11 pesos para poder realizar inversiones como la compra de ordeñadoras, terrenos, corrales, tejabanes; esta inversión, dijo, podría asegurar una producción de mayor calidad y mayor volumen; sin embargo esta posibilidad está lejana ante la negativa de los ruteros o recolectores quienes simplemente, ante la insistencia de un mejor precio de compra, buscan nuevos proveedores. Machuca Carreón destacó que durante los últimos meses y ante la falta de oportunidades de sustentabilidad, al menos tres productores de los de mayor peso en esta región han desistido de la actividad y han optado por vender sus rebaños para emprender otro tipo de actividades productivas; ello ha puesto en jaque a los caprinocultores con menor número de cabras, quienes han perdido competencia y se analizan nuevas posibilidades de comercialización. NUEVAS ÁREAS DE OPORTUNIDAD Las áreas de oportunidad para dar valor agregado a la crianza de cabras como el procesamiento de quesos, cajetas y dulces es también un horizonte muy lejano ya que, señala Donaciano Machuca, para ello se requieren de factores como inversión, incentivos y asesorías a las que no tienen acceso pese a que el mercado para estos productos es una de las ventanas de oportunidad de mayor crecimiento. Hay un mercado importante para estos productos sobre todo en ciudades como Guadalajara o centros turísticos, pero nosotros no podemos estar yendo todos los días, pero es un área de oportunidad muy importante” Donaciano Machuca, presidente de la Asociación de Caprinocultores de la Ciénega de Chapala Otra opción la constituyen los cárnicos derivados de esta crianza cuyo consumo no está generalizado en la parte michoacana de la Ciénega y se venden de manera ocasional a restauranteros del estado de Jalisco, principalmente en La Barca, pero ello tampoco ha significado un factor de relevancia para mantener la estabilidad de los productores michoacanos. En el entendido de que el principal activo de los criadores de cabra es la leche, Donaciano Machuca señaló que lo ideal sería establecer convenios para proveer a la paraestatal LICONSA con un doble propósito, primero el de garantizar la compra de leche y segundo que LICONSA fungiera como un regulador de los precios de compra en el mercado externo de la misma forma en que lo hace con la leche de bovino, tema que no ha podido plantearse a la paraestatal debido a la serie de trámites que deben realizarse para poder generar este tipo de convenios. ACUSAN FALTA DE ORGANIZACIÓN Martín Genaro Rojas, caprinocultor de la región de Totolán, señaló que es la falta de organización la que ha frenado los proyectos de producción y crecimiento de este sector, debido a que no existe una organización formal que establezca los parámetros de comercialización con los procesadores. De entrada, dijo y a diferencia de los productores de leche de vaca, los caprinocultores no cuentan con una empresa paraestatal como LICONSA que además de garantizar la compra de su producción es también un referente en cuanto a los precios de comercialización por lo que los caprinocultores está sujetos a los precios de oferta y demanda establecidos entre los mismos procesadores; Rojas Guerra, señaló que, de manera general son los criadores de cabras el sector más desprotegido de la ganadería toda vez que los programas federales pocas veces aterrizan en estas regiones, lamentó el excesivo apoyo a través de las diversas vertientes para los criadores de ganado vacuno en contra a los pocos que se despliegan para ellos. Destacó que en este esquema de indefensión y desorganización resulta complicado hacer de esta una actividad una de siquiera mediana rentabilidad, pues prácticamente el único aprovechamiento que se tiene de estas unidades productivas es la leche para la venta a procesadoras particulares toda vez que, culturalmente, el consumo de carne de cabra no es aceptado en la región así como la utilización de las pieles de los animales. Incluso, pocas Asociaciones Ganaderas Regionales han querido incluir a los caprinocultores como integrantes de estas organizaciones y aun cuando son aceptados deben resignarse a ser relegados tanto en las solicitudes de apoyo como en la toma de decisiones de las organizaciones ganaderas. Desde el 2018 los productores de leche de cabra de esta región han venido solicitando la presencia de una entidad reguladora en el precio de compra venta esto debido a que este comercio se da de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda o simplemente está sujeta al criterio de los ruteros que recolectan la leche en los diferentes establos.