Por Bernardo León “Caminante no hay camino, sino estelas en la mar…”Antonio Machado Un cambio de administración implica necesariamente renovar, rediseñar, realinear objetivos y metas. La lógica de la alternancia democrática es justamente adaptar las instituciones y los procesos a los retos cambiantes que enfrenta la sociedad. Al mismo tiempo, es indispensable que los gobiernos no actúen como “Penélope” (esta mítica figura griega que tejía de día y destejía de noche) sino que los cambios se construyan sobre lo que se ha hecho y no tengamos que empezar de cero cada seis años. Michoacán es un estado que no puede darse el lujo de reinventar sus instituciones cada seis años. El costo de desechar lo que se hizo en un sexenio y empezar de cero en el que sigue es excesivamente caro sobre todo porque debilita la institucionalidad y por tanto la capacidad de gobernar que la administración debe tener. La lucha por el poder, en muchos casos impide un análisis objetivo de los aciertos, los errores y las omisiones de un sexenio, sin embargo, es importante evidenciar que detrás de cada institución, de cada salario, de cada capacitación, de cada equipamiento, está el dinero de los michoacanos (que es escaso) y que no debe tirarse a la basura como si fuera desechable. La Policía Michoacán es una institución que mas allá de aciertos, errores y omisiones, nos ha costado mucho a los michoacanos y con los cambios necesarios, debe ser una herramienta muy útil para que la nueva administración pueda pacificar el Estado, preservar el orden y convertirse en cimientos sólidos del edificio de un Sistema de Justicia Penal (SJP) que nos iguale a todos los michoacanos frente a la ley. Según datos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, en 2015 la Policía Michoacán tenía alrededor de 1,200 policías y entregará al gobierno de Ramírez Bedolla 6,663 pero con una capacidad presupuestal para contratar hasta 7,194. Al mismo tiempo, los salarios de los policías se han incrementado entre un 58 y un 109%, se cuenta con 1,200 patrullas y 8,828 armas. En el último sexenio se construyó el famoso (C5-I), se entregarán 6,060 cámaras, 55 arcos carreteros, 22,000 botones de emergencia y 11 cuarteles en distintas partes del estado para el despliegue territorial de la Policía Michoacán. No obstante, estos números y otros más que podrían añadirse – porque el esfuerzo de la sociedad por tener una buena policía estatal ha sido intenso y muy caro – el gran problema de la Policía Michoacán sigue siendo la política criminal reactiva en la que opera cada día y que no permite que el enorme esfuerzo y sacrificio de la mayoría de los policías estatales derive en un cambio profundo y definitivo en la situación de impunidad y por tanto, de la seguridad en el Estado. Desde 2015, se le insistió al gobernador y a sus funcionarios en la necesidad de cambiar esa política y transformar a la Policía Michoacán en una fuerza “proactiva” que junto con el Ministerio Público pueda ampliar la capacidad de recepción de denuncias e investigación, para procesar un mayor número de delincuentes, disminuir su número, abatir la impunidad y así evitar que sigan delinquiendo. Finalmente, en marzo de 2021- aunque al final del sexenio – tuvimos una buena noticia, la SSP creó la División Especializada en Investigación y Denuncias que trabajará bajo la conducción y mando del Ministerio Público para poder recibir denuncias y hacer investigación lo cual amplía la capacidad de investigación y operación de la Fiscalía. Hasta ahora, 98.9% del total de los 662,046 delitos que se cometen en Michoacán quedan impunes y el 84% de los que efectivamente se denuncian. La impunidad es el motor que más incentiva a los criminales para seguir delinquiendo, pasar de una política “reactiva” a una “proactiva” es la tarea mas importante de la nueva administración, ahora podrá hacerse mejor con la estructura y la infraestructura que se ha construido en la Policía Michoacán. @bernardomariale
La Voz de Michoacán
