Accesos y agua potable, las principales necesidades de comuneros en el municipio de Jiquilpan

Caminos de acceso a las localidades y el servicio de agua potable son añejos reclamos de las comunidades de Los Tres Ríos y Los Laureles

Foto, José Luis Ceja.

José Luis Ceja / La Voz de Michoacán

Jiquilpan, Michoacán. Los accesos a sus comunidades y el abasto de agua potable han sido señaladas como necesidades de urgente atención por parte de los habitantes de las comunidades de Los Tres Ríos y Los Laureles en la parte alta del Río Jiquilpan quienes, aseguran, han sido víctimas recurrentes de los engaños y simulaciones de las administraciones locales.

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Enclavadas en la parte poniente del municipio, las comunidades distan apenas seis o siete kilómetros de la cabecera municipal sin embargo la carencia de caminos en buen estado, pasables en secas e imposibles en aguas, prolonga el traslado de estas rancherías al centro en casi dos horas de brechas y caminos lodosos; a más de ello, la falta de señal de telefonía celular convierte a estos espacios en sitios prácticamente inaccesibles; dedicados en su mayoría a la ganadería en pequeña escala y la siembra de ecuaros aunque, de acuerdo a los propios habitantes de estas comunidades el verdadero potencial se encuentra en el turismo.

Actualmente el camino que conecta a Jiquilpan con las comunidades de Otero, Los Tres Ríos, Los Laureles y Las Ánimas es utilizado para la práctica del senderismo, ciclismo y motociclismo a campo traviesa; sin embargo pese a su relativa cercanía con la cabecera es la carencia de servicios básicos como c aminos y agua lo que ha frenado el desarrollo de estas comunidades.

Los accesos

Incluso, anteriores administraciones se han negado de manera sistemática a propiciar proyectos de desarrollo básicos, en el caso de los caminos, señalan, existe el riesgo de desplome del puente que conecta a las comunidades de Los Tres Ríos y Los Laureles esto pese a que durante la administración municipal anterior, las autoridades solicitaron de las comunidades recursos económicos para su rehabilitación; debido a que estas comunidades que se encuentran dentro de las Zonas de Atención Prioritaria apenas pudieron aportar seis mil pesos para reparar la base del puente, la Dirección de Obras Públicas locales solamente se limitó a colocar una losa de mortero que, meses después fue arrasada por las primeras crecientes del Río Jiquilpan, incluso, según documento que obra en archivos, el entonces alcalde Roberto Mejía Zepeda devolvió al Gobierno del Estado la maquinaria que había solicitado la Dirección Municipal de Desarrollo Agropecuario para la rehabilitación de los caminos y la creación de abrevaderos y ollas de agua.

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pero tardaron más en ponerlo porque con las primeras crecientes se fue casi todo, se llevaron los camiones y las máquinas que habían traído para arreglar el camino y a final de cuentas no hicieron nada” señaló Josefina Rojas habitante de Los Tres Ríos.

En el tema del agua potable, los habitantes señalaron que el problema principal es que ninguna de las dos comunidades se suministra a través de alguna perforación ya que el abasto lo obtienen de norias que fueron donadas por particulares y en casos extremos de la extracción de agua del río.

En Los Tres Ríos ante la imposibilidad de mantener encendida la bomba para extraer agua, cada particular tiene que ir hasta la noria, encender la bomba, cargas sus depósitos y apagar el equipo de bombeo, el problema, dicen es que para encender el equipo es necesario cruzar el río con los riesgos que esto representa sobre todo para los menores o personas de la tercera edad.

En el caso de Los Laureles, la noria que abastece a la comunidad se encuentra en las cercanías del Río Jiquilpan por lo que se nutre de este cuerpo de agua y la existencia del líquido depende directamente de este río estacional por lo que en temporada de estiaje resulta complicado el abastecimiento.

Entre las principales necesidades, los habitantes de estas rancherías señalaron el camino que conecta a Los Laureles con las comunidades de Las Ánimas y Santa Bárbara lo que les permitiría un acceso a la carretera federal México-Manzanillo y desplazarse a diversas regiones sin tener que transitar entre brechas y arroyos.

De acuerdo a los habitantes de estas comunidades, es necesario plantear estas rancherías como una posible oferta turística en la que pudiera desarrollarse el turismo rural o de sitio, esto es habilitar algunas de las casas abandonadas en estas localidades para ofrecer hospedaje y asistencia a personas de la tercera edad de otros países, principalmente de los Estados Unidos.

“Mucha gente que se jubila en Estados Unidos está viajando a la parte de Jalisco del Lago de Chapala, en esta parte les podemos ofrecer muchas cosas, caminatas, ordeñas, asados y muchas cosas, que vivan un poco como nosotros vivimos” señaló Alejandro Prado de la comunidad de Los Laureles quien aseguró que hace un par de año se tuvo ya una experiencia con un grupo de veteranos de Estados Unidos que fueron quienes les dieron la idea de generar este tipo de turismo.