Agencias / La Voz de MichoacánMéxico. En la vida siempre nos encontraremos personas que creen que lo saben todo y que nadie hace las cosas mejor que ellos, y claro, que tú eres un tonto. Y aunque trates de demostrar lo contrario, hay un punto en el que aceptas la derrota, no necesariamente porque la otra persona tenga la razón, sino simplemente porque nada se resuelve. Le dejas ganar, pero tu nivel de tensión y estrés está por los cielos. ¿Qué se hace en estos casos? Aquí te decimos cómo detectar a una persona arrogante y cómo lidiar con ella. Cómo detectar a una persona arrogante Cómo convivir con una persona arrogante sin enloquecer en el intento Arrogante o simplemente seguro de sí mismo Primero lo primero. Muchas veces, cuando alguien nos cae mal, confundimos la confianza con arrogancia. Identifica si es tu caso. La gente segura conoce sus valores y habilidades y no necesitan minimizar a los demás para sentirse bien con ellos mismos. En todo caso, se juzgan a sí mismos, pero nunca con base en alguien más. La arrogancia, en cambio, es una especie de inseguridad disfrazada, en la que la gente se compara con los demás por miedo a parecer incompetentes. Así, su mente clasifica a la gente en “más que yo” y “menos que yo” y tienden a minimizar a la gente que reta sus ideas y puntos de vista, pues tienen que demostrar que son inteligentes y que tienen la razón a la menor provocación. No necesitan demostrar talento sino superioridad. Es muy fácil. Guíate por estas señales: Siempre buscan llevar las conversaciones a situaciones en las que puedan hablar sobre cómo enfrentaron alguna situación. No les interesa para nada entender ideas diferentes a las suyas. Dan consejos sin que se los pidas. Te dicen cómo deberías de ver el mundo, y si no estás de acuerdo, te explican la misma cosas con distintas palabras, como si no estuvieras entendiendo nada. Interrumpen todo el tiempo para compartir su sabiduría. Lo mejor que puedes hacer es, en vez de caer en el juego y competir, convertirte en un modelo de persona segura. Intenta contestar de estas maneras: Escucha lo que te están diciendo y luego resúmelo sin emoción alguna. A fin de cuentas, sólo quieren sentir que los estás escuchando. Después pregunta si están dispuestos a escuchar tu perspectiva. Así estás dejando claro que si difieren no es porque no entiendas lo que te está diciendo, sino porque tienes tu propia opinión. Una vez que acepten, no te claves en que estén de acuerdo contigo, porque difícilmente sucederá. Aunque vean que tienes razón, les costará aceptarlo. Si pierdes la paciencia, evita juzgarlos o tacharlos de incorrectos, necios o ignorantes. Eso sólo les dará más cuerda. Cita tus fuentes. Si puedes, di por qué sabes lo que sabes, ya sea si lo leíste, si tomaste una clase, si lo viviste. Igual van a discutir, pero al menos ya diste una base sólida a tu argumento. Respira y encuentra una forma de mantenerte tranquilo. Recuerda que seguramente te volverás a enfrentar a esta situación.