EFE / La Voz de Michoacán Ciudad de México. Hace 50 años, el 11 y 12 de septiembre de 1971, la música mexicana se transformó con el Festival de Rock de Avándaro, todo un hito en la historia del rock de este país y que fue considerado como el “Woodstock mexicano”. Nadie podía imaginar que aquel fin de semana se iban a congregar mas de 150,000 personas en un lugar perdido, Avándaro, un municipio de Valle de Bravo, a unos 140 kilómetros de Ciudad de México, al que los amantes del rock acudieron como en una peregrinación. El momento histórico para la juventud mexicana era entonces de pesadumbre con la conmoción causada por las matanzas del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco y el 10 de junio de 1971 del Jueves de Corpus. Eran todavía heridas abiertas para la juventud mexicana que en esa época vivía una fuerte represión y que buscaba cualquier resquicio hacia la libertad. Aquel fin de semana de hace 50 años se programó en Avándaro una carrera de autos y como complemento los organizadores incluyeron un festival musical con varios grupos de rock. Lo que nadie podía imaginar es la multitud que acudió -se habla de entre 150,000 a 200,000 personas- al festival de rock que quedó etiquetado como el “Woodstock mexicano”, en referencia al festival de música y arte de Woodstock, Nueva York, que se celebró del 15 al 18 de agosto de 1969, todo un acontecimiento musical y social de la juventud norteamericana de entonces. “Avándaro se les escapó de las manos a los organizadores, los fines eran otros y al final se pareció (a Woodstock) por mera coincidencia porque ni se hizo como Woodstock ni se trató de hacer algo como tal”, explicó en entrevista con Efe el reportero y columnista del periódico mexicano La Jornada, Javier Hernández Chelico, quien fue testigo de aquel acontecimiento. “Muchos años después llegaron las comparaciones, además de que los mexicanos somos muy dados, sobre todo en el rock, a decir: 'Avándaro, el Woodstock mexicano', 'Baby Bátiz, la Janis Joplin mexicana' o Jesús Corona, el Jimmy Page mexicano”, indicó. TODA UNA PEREGRINACIÓN “Si a los organizadores se les salió de las manos, también los asistentes y los músicos no sabíamos de la magnitud de Avándaro”, apuntó el periodista. Los asistentes pensaban que iban “a un concierto al aire libre común”, como cuando un día de 1970 la banda estadounidense Canned Heat se presentó ante miles de personas en Ciudad Universitaria. “No sabíamos dónde estaba Avándaro -a 6 kilómetros de Valle de Bravo- y prácticamente todos llegamos caminando como en una especie de peregrinación”, explicó Hernández Chelico. Señaló que a pesar de que la música estaba en segundo plano resultó “un hit que nadie esperaba” y eso que la infraestructura para conciertos era muy precaria en México. A pesar de ello, bandas como Dug Dug's, Epílogo, La División del Norte, Tequila, Peace and Love, El Ritual, Bandido, Los Yaki con Mayita Campos, Tinta Blanca y Three Souls in my Mind pusieron todo de su parte para que la fecha fuera inolvidable. Foto: Twitter Secretaría de Cultura de México. SONIDO Y ESCENARIO LIMITADOS El periodista recordó que “el audio era muy deficiente ya que en México no había un equipo de sonido moderno, era de tercer mundo, ahora una escuela primaría tendría mejor equipo de sonido que Avándaro”, bromeó. El escenario estaba montado sobre unos andamios que usan los albañiles y claramente se veía una estructura muy frágil. Para el también fotógrafo, Avándaro representó un antes y un después para el rock mexicano y un paso gigante en la evolución de las bandas mexicanas que ya tenían canciones propias y no versiones de éxitos en inglés como los grupos populares de la época. “Antes de Avándaro había varios grupos, el rock mexicano estaba naciendo y se fortaleció con el festival en un proceso de evolución que llevo a muchas bandas a grabar sus primeros discos”, explicó Hernández Chelico. La resonancia de Avándaro se vio magnificada por la cobertura mediática, un tanto de escándalo, con titulares llamativos y un tanto exagerados. “Música, droga y sexo. El frenesí en Avándaro”, tituló la revista Alerta, mientras que la revista Alarma escribió en su portada: “El Infierno en Avándaro. Asquerosa orgía hippie”, entre otras publicaciones, que causaron conmoción en la sociedad. Alarmado por esos titulares el presidente Luis Echeverria (1970-1976) llegó a prohibir algunos conciertos de rock, aunque Avándaro ya había logrado sin pretenderlo convertirse en un hito de la historia de la música moderna mexicana y una gesta de la juventud del país.